Por periodistasdigitales - en Nota principal
Ciudad de México,4 de abril (SinEmbargo).– Andrés Manuel López Obrador es un líder populista con “un pensamiento de derecha reaccionario” que ha “hundido a la izquierda” mexicana como lo muestra la integración de su gabinete, en donde “hay gente de derecha”, plantea el antropólogo Roger Bartra, un reconocido académico, doctor en sociología por la Sorbona y quien fuera por muchos años miembro del ahora extinto Partido Comunista Mexicano.
Con motivo de la publicación de su libro El regreso a la jaula (Debate 2021), Bartra, hijo de catalanes que llegaron exiliados a México durante la guerra civil española, señala en entrevista con SinEmbargo que Morena —el partido fundado por López Obrador en 2015— se trata de un movimiento de restauración nacional que busca recuperar el viejo régimen priista que existía en la época de Gustavo Díaz Ordaz, Luis Echeverría y José López Portillo.
“Eso desde luego que es una señal de retraso y de ser un líder de derecha. Yo por lo tanto no veo que haya por ningún lado una posibilidad seria para la izquierda de crecer dentro de Morena”, menciona el también investigador del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM.
Bartra describe en la plática cómo la corriente populista conservadora que existía en el Partido de la Revolución Democrática (PRD) se afianzó en 2006 con el liderazgo y primera candidatura presidencial de López Obrador, quien en ese momento —refiere— “ya se expresa con una posición esencialmente reaccionaria y de derecha, pero sigue arrastrando ese peso de estar en un partido que es considerado de izquierda”.
“En aquella época dije: ‘no, López Obrador no parece ser un peligro para México, es un peligro para la izquierda’, y efectivamente, hundió la izquierda y esa corriente populista que viene de antiguo, no es una novedad, acabó fundando Morena, se desarrolla y llega por fin a la Presidencia”, abunda.
ese a identificar la intención del Presidente López Obrador de restaurar un Gobierno como los que tuvieron lugar en los años 60 y 70, en el apogeo del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en el cual militó el actual mandatario federal, Roger Bartra precisa que esta vuelta al pasado difícilmente podría tener lugar.
“Esa restauración no es posible y por lo tanto el resultado es lo que yo en mi libro llamo un desmadre en el Gobierno. Está desmadrando el propio instrumento de Gobierno que necesita para gobernar y por eso las cosas están como están. Hay un verdadero caos en el Gobierno y desde luego también en Morena, en su partido”, refiere.
En ese sentido, Bartra también comparte sus apreciaciones sobre el proceso electoral de este año, sobre lo que puede ocurrir el año entrante con el referéndum de revocación de mandato, así como en la contienda presidencial de 2024, sobre la cual prevé “una batalla muy cruenta dentro del Gobierno y dentro de Morena justamente por lograr la candidatura presidencial”.
—¿Por qué considera que el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, cuyo movimiento advierte que es populista de signo reaccionario, implica un regreso a la Jaula, sobre la cual da cuenta a finales de los ochenta?
—Yo he examinado con cuidado en mi libro El regreso a la jaula lo que ha hecho el Gobierno de López Obrador. De hecho, he examinado también con cuidado sus propuestas anteriores, sus compromisos, sus libros, sus discursos. Lo que yo intento es hacer una anatomía, digámoslo así, del Gobierno de López Obrador, y ahí es donde yo he encontrado, de hecho desde 2006 o antes, que López Obrador es un líder populista, bueno yo creo que en ese sentido es un líder populista clásico, un personaje, un líder carismático que apela a las masas y que dice representar al pueblo, etcétera.
Lo que genera cierta tensión o preocupación en muchos es que, yo creo, se trata de un populismo reaccionario. Yo creo que los rasgos conservadores y reaccionarios de López Obrador son evidentes, y muchos dentro de su Gobierno de la 4T lo reconocen, porque lo conocen, porque han visto cómo habla, porque sabe lo que piensa.
Pero al examinar punto por punto yo veo que hay elementos claramente reaccionarios comenzando por la militarización a la que está sometiendo el país metiendo al Ejército en funciones que deberían ser exclusivamente civiles, bueno eso está clarísimo. Segundo, la composición del Gabinete es evidentemente gente de derecha, hay muy pocos ahí que pueden ser considerados de izquierda y no pueden hacer gran cosa. El exsecretario de Hacienda que tenía ciertas inclinaciones reformistas y socialdemócratas tuvo que renunciar porque se dio cuenta justo de esto que estoy diciendo. Me refiero a (Carlos) Urzúa. Después está ligado a esta política económica el hecho de que se haya negado hacer una reforma fiscal progresista, avanzada, etcétera. Nada de eso. Y así, se acumulan muchas cosas.
En cuarto lugar, yo añadiría el hecho de que ha impulsado una moral atrasada, decimonónica, que ha cristalizado, primero en lo que esbozó como una constitución moral y luego quedó degradado todo a un manual de ética, a una guía de ética. Si uno ve esas peculiaridades, ahí está el perfil claro de un pensamiento de derecha reaccionario.
Hay pocas cosas que podrían ser bien vistas o que yo las veo bien desde la perspectiva de una persona de izquierda, reformista, como yo, por ejemplo, la elevación del Salario Mínimo, sin duda alguna; la extensión del apoyo a las personas de la tercera edad de manera masiva, eso es positivo. Son peculiaridades que sí ha arrastrado él y que vienen de su origen dentro de un partido que más o menos era de izquierda, el PRD.
—Andrés Manuel López Obrador es un personaje emanado de la izquierda mexicana, ¿de qué tamaño es la deuda del Presidente hacia este sector que al final fue el que lo ha abanderado en los últimos 18 años?
En aquella época dije: ‘no, López Obrador no parece ser un peligro para México, es un peligro para la izquierda’, y efectivamente, hundió la izquierda y esa corriente populista que viene de antiguo, no es una novedad, acabó fundando Morena, se desarrolla y llega por fin a la Presidencia. Por el camino, López Obrador sí ha hecho posiblemente algunos compromisos, no muchos, porque no se ve que haya muchos resultados al respecto, con gente de izquierda, pero gente de izquierda en su Gobierno es complementamente marginal, tiene muy poca influencia y no determina el ideario del Presidente, ni la agenda.
—¿El nacimiento de Morena como partido también implica, entonces, el hundimiento de la izquierda como tradicionalmente se conocía?
Bueno, es un momento verdaderamente triste y catastrófico, efectivamente, para la izquierda porque significa que el partido de la izquierda, el PRD, queda tremendamente lastimado, con muy poca fuerza, con un sector social demócrata que no sé qué tanto sobreviva. Y Morena funda un movimiento que no es de regeneración nacional, sino de restauración nacional porque ese es otro elemento claramente reaccionario del Gobierno de López Obrador, está intentando, que es un imposible, pero está intentando la restauración del régimen que existía en los años 60 y 70, en la época de Díaz Ordaz, en la época de Echeverría, la época de López Portillo, que era una época, cualquiera de mi edad vivió aquellas épocas, en aquella época no solamente había una miseria espantosa, no había libertades y la represión era brutal. Eso desde luego que es una señal de retraso y de ser un líder de derecha. Yo por lo tanto no veo que haya por ningún lado una posibilidad seria para la izquierda de crecer dentro de Morena.
—Usted dice que López Obrador ha buscado instaurar un Gobierno al estilo de este viejo priismo, pero ¿existen los elementos y las condiciones para hacerlo?
—¿Considera que López Obrador sea un personaje autoritario?
—Yo no lo conozco personalmente así que no puedo juzgar a su persona, puedo juzgar sus acciones de Gobierno y me parece que están fortaleciendo el presidencialismo a un grado inaudito. Ya venimos de un régimen presidencialista que es el que está avalado por nuestra Constitución, pero él lo está llevando a un extremo tremendo.
Esta confrontación que hay en estos momentos con el INE, es una de las cosas más graves que han ocurrido. Es gravísimo porque tenemos al Poder Ejecutivo enfrentándose a un instituto autónomo que es, como decía la joya de la transición democrática. Es una cosa peligrosísima este enfrentamiento entre el poder presidencial ante el INE, y además con este trasfondo de que decenas de candidatos o precandidatos de Morena no cumplieron sus obligaciones y no informaron. Esto es un hecho real, claro pueden darle la vuelta y buscar una trampa, y entre estas decenas está un caso emblemático que es el de Salgado Macedonio, que es la representación misma de lo más podrido de la política mexicana, posiblemente violador, con un estilo de actuación política que ya mostró varias veces, sobre todo cuando estaba en Acapulco, un estilo del priismo más atrasado y rancio que uno puede imaginar y con un machismo exacerbado… bueno, ¿eso está defendiendo el Presidente, eso está defendiendo Morena? Estamos pues ante un populismo reaccionario sumamente agresivo y eso me parece que es extremadamente preocupante.
—¿Qué tipo de escenario es el que se está fincando tanto para el proceso electoral de este año como para el de 2024? ¿Ve continuidad del proyecto del Presidente?
Ahora, antes de las elecciones del 24 va a haber otro acontecimiento, casi seguro, en el 22 que es el referéndum por la revocación de mandato, eso va a ser otro momento de tensión y va a ser, desgraciadamente, otro momento en el que López Obrador, que no ha dejado de estar en campaña electoral permanentemente, pues va a continuar y va a matizar las elecciones presidenciales del 24, pero al mismo tiempo, eso yo lo doy por seguro, va a haber una batalla muy cruenta dentro del Gobierno y dentro de Morena justamente por lograr la candidatura presidencial.
—En cuanto a la oposición, el aglutinarse en una alianza y sumar al PRI, ¿a quién beneficia a ellos, a los integrantes de la oposición, o a Morena?
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