La Iglesia católica –de manera particular uno de sus grupos ultraconservadores, como el Opus Dei y el Yunque– será la que finalmente determine quién ocupará la presidencia de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), pues por un lado el arzobispo de Xalapa Hipólito Reyes Larios impulsa al abogado Fernando Perera Escamilla y, por el otro, el obispo de Córdoba Enrique Patiño Leal, al panista Mauricio Duck Núñez.
Aunque todavía faltan de comparecer algunos aspirantes a la presidencia de la CEDH, la línea ya habría sido dictada a favor de estos dos personajes, pero faltaría llegar a un acuerdo final dentro de la cúpula católica para tomar la decisión final.
De acuerdo con versiones que corren en el interior del Congreso del Estado, la etapa de entrevista, a la que finalmente se sometió a 13 de los 16 aspirantes, fue con el objetivo de evitar que se objetara el proceso y demostrar que existió apertura, equidad, democracia y transparencia.
Sin embargo, Alejandro Carvallo Delfín, presidente de la Junta de Coordinación Política, ya habría recibido la instrucción para comenzar a sacar los acuerdos en torno a Mauricio Duck Núñez y Fernando Perera Escamilla, en la espera de la decisión final que tome la Iglesia católica en Veracruz.
Por un lado, el panista Mauricio Duck Núñez sería respaldado por el grupo del Opus Dei asentado en la zona centro de la entidad, encabezado por el obispo de Córdoba Enrique Patiño Leal, y su llegada a la presidencia de la Comisión Estatal de Derechos Humanos sería más un pago para este grupo y no tanto para el secretario general de Gobierno, Gerardo Buganza Salmerón.
Duck Núñez igualmente cuenta con el apoyo de los grupos empresariales de la zona de Córdoba, que son los principales financiadores de la Iglesia católica y de manera particular del Opus Dei en esa región, amén de otros sectores del catolicismo, como los Caballeros de Malta.
En contraparte, el abogado Fernando Perera Escamilla cuenta con todo el respaldo de la arquidiócesis de Xalapa, encabezada por Hipólito Reyes Larios, gracias a la defensa que ha hecho de sacerdotes inmiscuidos en la comisión de delitos, como fue el caso de Rafael Muñiz López, el “Lobo Siberiano”, acusado de pederastia.
Este aspirante habría sumado el respaldo del obispo de Veracruz, Felipe Gallardo Martín del Campo, por igualmente defender a algunos sacerdotes que se han visto involucrados en diversos hechos, como riñas, accidentes automovilísticos y delitos sexuales, así como integrantes de El Yunque de la región de Xalapa y de otras entidades del país.
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