El pasado fin de semana, sucedió en Coatzacoalcos, un terrible drama.
Todo inició con una joven madre en trabajo de parto para traer al mundo a un nuevo veracruzano. Acompañada de su esposo, esta mujer de vivir humilde, ( avecindada en el Ejido El Encanto Pesquero, municipio de Agua Dulce, pero ubicado muy cerca de Las Choapas ), se dirigió al Hospital Comunitario de Las Choapas, donde el médico de guardia (médico general) determinó que había que someterla a una operación cesárea y de inmediato ordenó su traslado al Hospital Regional de Coatzacoalcos, ANTE LA IMPOSIBILIDAD DE ATENDERLA EN ESE HOSPITAL.
A bordo de la ambulancia del hospital y sin un médico que la asistiera, la parturienta inició su drama. A mitad del camino, la mujer dio a luz asistida por su esposo y el camillero. Así continuaron su camino, entrando a toda velocidad y con sirena abierta a Coatzacoalcos; en las inmediaciones del IMSS, un taxi se atravesó al paso de la ambulancia, provocando un fuerte choque. Debido al impacto, las puertas de la ambulancia se abrieron y la camilla con la madre y el recién nacido, salieron volando, proyectando a ambos contra el pavimento.
El bebé murió instantáneamente y la madre aún se encuentra en estado de coma, con muy pocas probabilidades de sobrevivir.
Los medios de comunicación dieron cuenta de este lamentable hecho. La ciudadanía se indignó y exigió todo el peso de la ley para el imprudente taxista. El padre y esposo exigió justicia. Así las cosas, en pocos días se habrá olvidado el asunto y todo quedará plasmado en una estadística que refleje 1 o 2 muertes más por accidente de tránsito.
Pero a mí me gustaría ahondar un poco más en el asunto.
Estos hechos me mueven a recordar que este hospital de Las Choapas, fue inaugurado hace 3 años aproximadamente. En la ocasión, como siempre, se dijo que era la solución a los problemas de salud de los habitantes de la zona. Se habló de una inversión millonaria en equipamiento. En fin, la misma parafernalia que acompañó a toda obra del sexenio anterior.
La realidad del Hospital de Las Choapas, como el de Ixhuatlán del Sureste, como el de Oluta, como el de Tonalapan y como todos los de la región sur del estado, es que solamente sirven como centro de acopio de enfermos, a los que canalizan al Hospital Regional de Coatzacoalcos.
Todos los días, las ambulancias acarrean a todo paciente que llega a estos hospitales y presenta un mínimo grado de gravedad, como el caso de una cesárea.
La causa? La falta de medicamentos, equipo, materiales y principalmente personal. En el caso que nos ocupa, el problema es que no cuentan con un ginecólogo que pueda atender una cirugía tan rutinaria como lo es una cesárea, amén que no hay permanentemente anestesiólogos, asistentes, enfermeras de quirófano y muchas veces ni materiales ni medicamentos.
Me parece totalmente absurdo, injusto e inhumano que por no pagar el salario del personal necesario, ocurran casos como el hoy relatado. Me indigna pensar que con el costo de una hora de vuelo del super helicóptero o del jet que utiliza el gobernador Javier Duarte para asistir al Distrito Federal a gozar una corrida de toros dominical, se podrían haber pagado los salarios del personal necesario para haber atendido a esta mujer y a su hijo en su ciudad y no haberlos mandado a morir innecesariamente.
Cuántos casos más como el aquí tratado tendrán que ocurrir para que el gobernador y sus secretarios valoren la vida de los veracruzanos?
Podrá su conciencia (si la tienen) superar a su estulticia?
Dejarán de declarar que todo está bien y se preocuparán de ocuparse para que verdaderamente todo esté bien?
Podría darse el caso que cada uno de los beneficiarios de este gobierno, llámense, Secretarios, Subsecretarios, Directores, Compadres, Cuates y hasta el Suegro, prescindiese de un “BAÑAPERROS” y con el ahorro se pagase el salario de un ginecólogo, un anestesiólogo y el personal necesario para atender a una parturienta en cada uno de los hospitales del estado y no se mandase a morir inútilmente a un bebé como este angelito que tuvo una efímera vida; que en los pocos minutos que estuvo en este MUNDO VERACRUZANO, conoció sus pésimas carreteras, las carencias de atención médica, los defectos de una ambulancia mal adaptada y la dureza de la realidad … y del pavimento.
Creo que la única dependencia del gobierno veracruzano que podría interesarse en este caso es el DIF ESTATAL. Conozco la nobleza y sensibilidad de Karime su presidenta y la calidad humana de Toño Nemi, su Director.
Ojalá esto cambie, pero para mejorar, no para seguir igual.
Antonio Williams
Antonio Williams es ciudadano de Coatzacoalcos, de ocupación comerciante y no se dedica al periodismo. Los artículos que escribe son comentarios y señalamientos sobre el actuar de los gobernantes y funcionarios, con el único fin de despertar conciencia en los ciudadanos. No se persigue la firma de ningún contrato de publicidad o complicidad ni prebenda alguna.
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