Zongolica, Ver.- En la sierra los indígenas no conocen de derechos humanos. Sólo saben que si quieren subsistir deben trabajar hasta 14 horas con cobros de jornales míseros que agravan más la desigualdad, expresó el vicario de la iglesia San Francisco de Asís, Jafet García Velásquez. “Marginación, rezago social y de desarrollo, pero sobre todo las violaciones a los derechos humanos son el común denominador con el que se vive todos los días en estas zonas”, dijo.
“La pobreza y desigualdad no sólo se enseñorean en las comunidades apartadas sino que incluso están en las calles de las cabeceras municipales de la sierra. Las violaciones a los derechos humanos son la constante, aquí en la sierra todos esos hechos provocan que la brecha de desigualdad cada vez se agrande. Esto lo vemos al salir a la calle, cada día crece la mendicidad, cada vez vemos cómo se acrecienta el sufrimiento de nuestra gente”, agregó.
Indicó que ha notado que incluso entre los habitantes de los municipios indígenas “crece la discriminación”. Por ejemplo, la gente que habita en las cabecera municipales margina a aquellos que por necesidad viven en las comunidades alejadas, “como no hablan en español se les margina. Esto es grave porque en vez de que entre ellos se apoyen, se abusa y generan problemas mayores”.
Una de esas consecuencias es el encarcelamiento de indígenas que por el solo hecho de no dominar el español “son sometidos, encarcelados y, en algunos casos, ni siquiera juzgados, pero su ignorancia hace que los inculpen, muchas veces por delitos que no cometieron. Muchos de los indígenas son detenidos, llevados presos porque no se pudo llevar bien su caso. No hablan español, la ignorancia hace que la gente no pueda defenderse ante señalamientos que en repetidas ocasiones no son comprobables.
”En las escuelas los niños de las cabeceras municipales agreden a los que vienen de comunidades apartadas. Esto se convirtió ya en un problema ético que lejos de unificar criterios de una misma raza los aparta y hace que cada vez haya mayor distanciamiento entre ellos. La discriminación cada vez es mayor entre la población cuya pobreza marginación y desigualdad se convirtió en un escenario al que deben enfrentarse en el día a día”, explica.
La gente de esta zona debe entender que entre ellos mismos deben ayudarse para poder salir adelante, “finalmente todos somos hijos de Dios y no se debe medir la igualdad por las condiciones de vida, por la forma de vestir o incluso por el idioma. Entre ellos mismos debe haber apoyo para poder salir adelante”, expresa.
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