Jaime Ríos Otero/ Prospectiva
No debiera ser sorprendente que los periodistas hayan sido agredidos y robados por la policía estatal cuando cubrían el desalojo de los profesores que ocupaban la Plaza Lerdo el viernes. Las agresiones contra la prensa han sido una tónica en este sexenio. La violencia ha alcanzado su peor expresión en el asesinato de comunicadores, como nunca en la Historia de Veracruz y como en ninguna otra parte del país.
Es lógico que al realizar un operativo violento como el que efectuaron los agentes del Estado, donde maltrataron, golpearon y torturaron con macanas eléctricas a los inermes manifestantes, quisieran impedir que los representantes de los medios de comunicación registraran su cruel acción. Y más que había representación de la prensa internacional, aunque ahora con la Internet, toda es global.
Flaco favor le hacen los mandos de las fuerzas armadas al gobernador con estas acciones torpes, que enrarecen el clima de por sí estresante que vive la sociedad por las maniobras políticas que pretenden transformar al Estado mexicano, y que han levantado oleadas de críticas.
Los compañeros periodistas se organizaron para expresarle al mandatario su repudio ante la falta de respeto para la labor de la prensa, pero especialmente porque los cuerpos que deberían ser arquetipo de confianza y avales para el cumplimiento de las garantías constitucionales, son enemigos de las mismas.
Dice el texto de los colegas: “Manifestamos nuestra enérgica condena y rechazo por el abuso de la fuerza y de la violencia, con fines de censura, llevada a cabo durante el operativo de desalojo implementado por elementos de la Secretaría de Seguridad Pública, apoyados con sujetos vestidos de civil, la madrugada del pasado 14 de septiembre en la Plaza Lerdo de la ciudad de Xalapa.
“Denunciamos que, sin el mínimo protocolo en el uso de la fuerza, los elementos de seguridad, persiguieron, privaron de su libertad, amenazaron, ofendieron verbalmente y agredieron con toletes eléctricos, balas de goma, y golpes físicos, tanto a manifestantes como a periodistas que cubrían el hecho noticioso.
“Al menos seis periodistas fueron agredidos directamente por elementos del grupo táctico, un grupo de choque vestido con pantalón de mezclilla, playera negra, casquete corto y botas militares, así como elementos del grupo antimotines.
“Melina Zurita, corresponsal de Radio Centro en Veracruz y colaboradora de la AFP, fue golpeada por integrantes de este grupo adscrito a la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), quienes la despojaron del equipo de video, grabadoras y la mochila con el material para el desempeño de la cobertura informativa.
“Roger Martínez López y Ricardo Matus, fotógrafos de la agencia Imagen del Golfo, fueron igualmente detenidos ilegalmente, despojados de sus equipos, agredidos y amenazados.
“En el primer caso, el fotoperiodista, quien en todo momento se identificó, fue correteado por policías y en la calle de Lucio fue agredido con un bastón eléctrico y despojado de la cámara fotográfica, en tanto que Ricardo Matus, fue despojado de su cámara en la calle de Leandro Valle, a un costado de Palacio de Gobierno.
“Por su parte, Oscar Martínez, fotoperiodista de la agencia AVC Noticias, fue detenido arbitrariamente al interior de Palacio de Gobierno y se le decomisó temporalmente su equipo para borrarle las imágenes fotográficas captadas de los hechos, tras ser amenazado y extraído los datos de sus identificaciones personales. Rubén Espinoza, también de la agencia AVC Noticias, fue privado ilegalmente de su libertad y obligado a borrar las imágenes que había captado en su equipo.
“Cabe destacar que el resto de los periodistas que cubrían el operativo fueron igualmente perseguidos por las calles del centro de la ciudad y amenazados con no escribir ni publicar sobre los hechos.
“Por todo lo anterior, las y los periodistas de Veracruz solicitamos a las organizaciones promotoras y defensoras de los derechos humanos y de las y los periodistas:
“1.- Su intervención, para que en la medida de sus competencias y facultades, investigue estos hechos de gravedad ocurridos en la ciudad de Xalapa, Veracruz, el pasado 14 de septiembre.
“2.- A las autoridades exigimos la investigación cabal de los acontecimientos y el castigo ejemplar a todos y cada uno de quienes hayan perpetrado estas agresiones, obstruido y censurado la labor informativa.
“3.- A las mismas autoridades exigimos la reparación del daño económico por los equipos sustraídos y que constituyen la comisión de ilícitos por parte de sus perpetradores”.
Hasta aquí el texto de los compañeros periodistas, los que registran y escribirán el devenir de este régimen que, a la mitad de su transcurso, no da señales de ofrecer a los veracruzanos un estado de cosas satisfactorio que lo deje bien parado ante la Historia.
FUENTE: PLUMAS LIBRES
No hay comentarios:
Publicar un comentario