El obispo de Saltillo, Raúl Vera López, señaló que los hechos en los que
murieron 45 indígenas tzotziles formó parte de una estrategia
contrainsurgente que el gobierno mexicano recibió de Estados Unidos para
aterrorizar a la base social del Ejército Zapatista de Liberación Nacional
(EZLN) y así eliminar del escenario a los representantes de la Iglesia, porque
eran testigos que seguían las acciones del Ejército mexicano. “El Ejército
calculó mal su estrategia. Fueron clichés que le dio por escrito el Pentágono y
consistía en su guerra de baja intensidad. No había supervisión de nadie, pero
sabían que la Iglesia podía ser un factor muy importante y cuando iniciaron su
guerra de baja intensidad, a los sacerdotes extranjeros los expulsaron. De un
día para otro les aplicaron el artículo 33 (constitucional)”, señaló.
(spdNoticias 24-12-12)
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