27 de diciembre de 2013

JAVIER DUARTE, SU DECIR Y SU SILENCIO DE LA VIOLENCIA INSTITUCIONAL…

POR MARTIN MARTINEZ SOSOL
CORDOBA, VERACRUZ
El 28 de diciembre de 2013, nueve personas murieron a manos de militares en dos hechos distintos; en el primero, cinco hombres, entre ellos el presunto líder regional de Los Zetas en Veracruz, Ángel Enrique Uscanga, El Pokemón; en el segundo, cuatro jóvenes que viajaban en un taxi, los cuales, según familiares y amigos, eran inocentes. El error del conductor del taxi, fue atropellar a un motociclista y en lugar de detenerse, acelero para huir de la escena. Sin embargo a unas cuantas cuadras, en la avenida 5 entre calles 6 y 8, se encontraba un retén militar, custodiando la funeraria Vélez, en donde precisamente se encontraba el cuerpo del supuesto líder del grupo criminal. Los tripulantes del taxi nada pudieron hacer, fueron vilmente acribillados por los miembros de las fuerzas castrenses.

Al otro día de los hechos la mayoría de los medios de comunicación daban a conocer la versión elaborada por comunicación social del gobierno del estado, en donde tildaban de criminales a los acribillados, y que iban al rescate del cuerpo de su líder.


Posteriormente en la población de Ixhuatlan del café, en donde eran oriundos los asesinados, salían a protestar para limpiar el nombre de los caídos.

Javier Duarte fue entrevistado en varias ocasiones minimizando la protesta realizada por familiares y amigos de las cuatro víctimas en el municipio de Ixhuatlán del Café, y advirtió que las autoridades no cambiarán su versión de los hechos.

Este 28 de diciembre se cumplirá un año de este acto criminal. En donde los militares son especialistas en sembrar armamento y estupefacientes, en donde el titular del gobierno del estado, defiende la postura de unos militares que violentan las garantías individuales y carcomen la legalidad que ellos dicen defender.

Veracruz no es una ínsula aparte, estamos dentro de un Estado fallido, en donde los mismos gobiernos, tanto municipal, estatal y federal, conforman parte de esa falacia y en donde su decir o su silencio los convierte en cómplices de la violencia…violencia institucional que le pega a la población.

POR MARTIN MARTINEZ SOSOL

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