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Tirano, autoritario, inexperto, son algunos de los calificativos que los expertos utilizan para hablar sobre el Gobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, quien con tres años y casi ocho meses en el poder, ha colocado a la entidad entre las más violentas, más endeudadas, más peligrosas para el ejercicio periodístico y con más habitantes viviendo en la pobreza.
A decir de Darío Ramírez, director de la organización Artículo 19 en México, Duarte no sólo ejerce en exceso su autoridad, sino que utiliza su poder en contra de quienes disienten con él. Sobre las cifras de violencia, es difícil negarlo, incluso, cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), dicen que en lo que va de su gestión han ocurrido la mayor cantidad de homicidios, extorsiones y secuestros de las últimas tres administraciones…
Por: Mayela Sánchez – julio 30 de 2014 – 0:00 México, TIEMPO REAL – Sin comentarios
Ciudad de México, 30 de julio (SinEmbargo).– Nació en el puerto de Veracruz el 19 de septiembre de 1973, tiene una vasta formación académica y su trayectoria en el gobierno –que no en la política– ha estado desde el principio ligada a la del ex Gobernador priista Fidel Herrera Beltrán. Esa es la somera apreciación que puede hacerse del actual Gobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, a partir de su ficha curricular.
Pero si se intentara un acercamiento al mandatario local a la luz de los hechos que han delineado su gestión, tendrían que considerarse aspectos como el aumento de la violencia, el incremento de la deuda pública, las agresiones a la prensa y la prevalencia de la pobreza en la entidad. Se trata de temas que Duarte se ha empeñado en negar o frente a los cuales ha sido omiso en los tres años y casi ocho meses de gestión al frente de un estado que figura entre los más violentos, más endeudados, más peligrosos para el ejercicio periodístico y con más personas viviendo en la pobreza.
Si se quisiera ver a Duarte a partir de sus relaciones políticas, de inmediato salta a la memoria la figura de Herrera Beltrán, su antecesor en la gubernatura y quien ha estado presente desde el inicio de su carrera en la administración pública, hace casi dos décadas. En 1995, con apenas 22 años y sin tener aún ninguno de los títulos académicos que afianzó entre 2001 y 2009, Duarte se convirtió en asesor de Herrera Beltrán cuando éste fungió como Coordinador General para la Promoción de la Participación Solar, en la Secretaría de Gobernación.
Después, cuando ocupó una curul como Diputado federal, entre 1997 y 2000, Duarte fue su secretario particular. Durante la gestión de Herrera Beltrán como Gobernador de Veracruz, Duarte se incorporó de nueva cuenta a su equipo de trabajo: primero como subsecretario de Finanzas y Administración de la Secretaría de Finanzas y Planeación (Sefiplan), y luego como titular de dicha dependencia. Tras un año en ese puesto, en 2009 Duarte saltó por primera vez a la política al convertirse en Diputado federal, cargo que abandonó en 2010 para competir por la gubernatura de su estado natal, con apenas un año de experiencia en un puesto de elección popular.
De ahí que uno de los rasgos que definen a Duarte sea su inexperiencia política, a decir del investigador de la Universidad Veracruzana, Martín Aguilar Sánchez. “No podemos decir que Duarte tuviera una trayectoria política, no es un político, no ha sido un Gobernador que haya tenido una estructura de largo aliento […] sino que es a partir de esta construcción fundamentalmente con sus lazos personales y su conocimiento económico, vinculado con el gobierno económico” que llegó al poder.
El pasado 7 de julio, en una reunión con líderes empresariales, Duarte mismo reconoció esa falta de conducción en su administración al afirmar que su gobierno no estaba preparado “para el complejo escenario que se tenía”, e intentó justificarse aludiendo al contexto de inseguridad, a la inestabilidad económica y hasta a los desastres naturales como causas del panorama adverso con el que recibió el cargo.
“Me tocó bailar con la más fea”, dijo el Gobernador.
Sin embargo, lejos de generar la comprensión de los empresarios a quienes se dirigía en esa ocasión, las palabras de Duarte propiciaron críticas entre éstos y entre miembros de la oposición, quienes cuestionaron que el mandatario no ofreciera alternativas de solución a una problemática que no le era ajena, dado que él había formado parte de la administración anterior. De lo expresado por Duarte en esa ocasión, llamó particularmente la atención el hecho de que por primera vez desde que llegó al cargo, en 2010, reconoció el problema de inseguridad que golpea al estado.
Hasta entonces, su posición había sido de una sistemática negación, a pesar de que en menos de cuatro años de gobierno ha contabilizado 2 mil 949 homicidios y mil 465 casos de extorsión, más que los registrados en todo el sexenio de Herrera Beltrán, así como 339 secuestros, cifra muy por encima de los casos ocurridos durante las dos administraciones anteriores. La falta de pericia política de Duarte es lo que lo ha hecho incapaz de reaccionar adecuadamente ante los problemas que se le han presentado, considera Aguilar Sánchez, quien tiene un doctorado en Ciencia Política y está adscrito al Departamento de Investigaciones Histórico-Sociales de la Universidad Veracruzana.
Y apunta que ante situaciones adversas, lejos de la tradición priista de “pegar con la izquierda y negociar con la derecha”, Duarte es incapaz de negociar y su respuesta ante los problemas que se le han presentado ha sido la del endurecimiento político ante cualquier crítica o cuestionamiento a su gestión. De ahí que el académico no dude en definirlo como un personaje autoritario. “Lo que nos parece es que es un Gobernador al que le cuesta mucho trabajo entender en qué consiste un proceso de democratización, un Gobernador que a mí me parece con un perfil autoritario”, dijo.
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