La aplanadora PRI y AN en el “senado” espurio, como siempre en la historia del “poder legislativo” (JA), acaba de aprobar la iniciativa del usurpador Enrique Peña Nieto que reforma (vandaliza) la “Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos”, legalizando que agentes de migración y de Aduanas de Estados Unidos y otras naciones puedan operar armados en México.
De esta manera, la poca simulación de soberanía que nos quedaba ha sido liquidada por esos criminales que se autonombran “senadores”, cumplimentando las órdenes de Estados Unidos.
La iniciativa enviada por el asesino de Atenco en febrero pasado, fue avalada con 78 votos a favor, 20 en contra y dos abstenciones.
Como lo denunció la “oposición” en la cámara alta secuestrada por los peores delincuentes de México, esa “reforma” en realidad materializa una vieja demanda de Estados Unidos. “Es un sometimiento vergonzoso a los intereses de Eu”, denunció Manuel Bartlett –artífice del fraude electoral de 1988– mientras que Alejandro Encinas señaló lo obvio: agentes aduanales y de migración del vecino del norte, podrán intervenir también en asuntos de “seguridad nacional”.
Es decir, participarán –como ya lo venían haciendo ilegalmente– en las represiones y matanzas de estudiantes, campesinos, activistas y luchadores sociales; así como en las ejecuciones extrajudicales de la policía y el Ejército.
“Se trata de la aceptación de una nueva imposición de los Estados Unidos, que significará la invasión de todo el territorio nacional por agentes extranjeros armados, lo cual es una absoluta violación a la soberanía de este país”, recalcó Bartlett.
En respuesta, el criminal racista y malinchista Ernesto Cordero, ex colaborador del genocida Felipe Calderón, justificó su voto a favor de esta gigantesca traición diciendo, maliciosamente, que no teme a agentes extranjeros portando armas en México y sí a los policías de Iguala. Claro, omitió decir que los policías mexicanos no se mandan solos. Actúan por órdenes de sus mandos cuando reprimen o asesinan al pueblo, y los mandos reciben a su vez instrucciones directas del régimen usurpador.
“No le tengo miedo a un oficial extranjero que porte armas, le tengo más miedo a un policía municipal de Iguala”, dijo textualmente el criminal farsante y manipulador Cordero.
Por su parte, otros priistas y panistas insistieron en que se trata de una médida “benéfica” para fortalecer los procesos de cooperación migratoria y aduanera de México con el resto del mundo y mejorar el turismo.
No obstante, ese argumento es mentira frente al hecho de que la “reforma” permite a oficiales extranjeros instalar puestos migratorios y aduanales todo el territorio nacional, y estarán facultados para realizar preinspecciones, tanto de personas como de mercancía. Una absoluta y total violación a la soberanía que, hoy por hoy, era ya letra muerta, pero con esto ha quedado completamente liquidada.
Eso sí, la nueva contrarreforma no implica la reciprocidad de Estados Unidos. Es decir, nuestros agentes mexicanos NO podrán hacer lo mismo en el vecino país del norte. La legislación gringa prohíbe expresamente la portación de armas de fuego a todo ciudadano que no sea estadunidense, a menos que migre de forma permanente a ese país.
Simple y llanamente se trata de una rendición total a Estados Unidos. No nos chupamos el dedo. Los agentes gringos ya operaban en México armados hasta los dientes. Es otra “reforma” para legalizar lo ilegal, pero más importante, avanzar en la anexión de México a Estados Unidos con la facultad otorgada en nuestras propias “leyes” a la fuerza pública extranjera para reprimir y asesinar al pueblo mexicano si se inconforma. También protegerán a las trasnacionales que ya están invadiendo nuestro territorio, despojando a campesinos y saqueando nuestros hidrocarburos.
Si los atracos gigantescos, el despilfarro de nuestra riqueza, las masacres y la violencia desatada no eran suficientes para indignar al pueblo, esto ya debería ser la gota que derrama el vaso. Ya debería ser motivo de una fuerte y enérgica reacción –no violenta evidentemente– para derrocar a esa bola de criminales traidores que están entregando descaradamente el país al extranjero, particularmente Estados Unidos.
¿Ya van a reaccionar?, ¿o van a seguir “aguantando vara”? ¿Qué nuevo atropello brutal están esperando? ¿Necesitan que nos saquen a balazos de nuestro propio territorio, como muy pronto ocurrirá, para decidirse a recuperar la dignidad?
Con información de La Jornada
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