El pasado fin de semana, el Jefe de Plaza en Veracruz, Javier
Duarte, rendía su Informe de Gobierno, pero olvidaba a las víctimas de
desaparición en el estado. Los familiares de estas se lo recordaron y para
callar la protesta, los guaruras (suponemos, también Zetas) llegaron hasta donde
estaban y a empujones y jalones, les arrancaron las mantas que usaron. Y es que
es lógico: el Cártel del PRI vive de la apariencia y de la simulación, así que
cuando quedan exhibidos, actúan de la única forma que saben hacerlo, usando la
represión o…..
Pero no es solo un político o dos los que han denunciado los
vínculos de Javier Duarte de Ochoa con la delincuencia organizada; los
ciudadanos saben que en Veracruz se cocinó un ‘caldo de cultivo’ sangriento,
donde la plaza fue vendida dos veces y que el operador político para esto, fue
el mismo Erick Lagos.
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