Por Salvador Díaz
1.
SABÍA QUIÉN ERA. Un carnicero. Por su triste papel jugado en Tlatelolco lo
mantenía yo en la retina. Lo recordaba como el feroz perseguidor de los
sobrevivientes del asalto al Cuartel Madera, ese 23 de septiembre de 1965,
fecha en que dieron inicio las guerrillas en México. En 1968, al amanecer del
conflicto estudiantil, él fue quien ordenó el bazukazo a la puerta de la
Preparatoria Uno, en el Centro Histórico de la ciudad. Y después, este bestial
comandante del “Batallón de Fusileros Paracaidistas”, fue el operador militar
del gobierno en la masacre del Dos de Octubre. Estaba al mando del Batallón
Olimpia. Su figura la conservaba en mis ojos con precisión fotográfica. Este
tipo incivil que respondía al nombre de José Hernández Toledo me recordaba a
otro individuo, más incivil aún, de la Revolución Mexicana.
2.
EN LA SECUNDARIA yo era un escuincle de media tabla pero bien informado, a
pesar de haber repetido el tercero por haberme ido a “Extra” en Matemáticas y
en Física. Una vez el maestro de Español, Evelio Monroy Castelán nos regañaba
por nuestra ignorancia supina sobre lo que pasaba en el mundo, y dijo “A ver
compañeritos, les voy a regalar un punto si me dicen quién es el secretario de
Relaciones Exteriores de México”. Nadie levantó la mano, el profe volteó
lentamente de un lado a otro y nada. Yo me animé y se sorprendió todito. “A
ver, a ver, ¿usted sabe?”, “Sí”, repliqué tímidamente, “Quién”, preguntó
levantando la barbilla, “Antonio Carrillo Flores”, dije aún más tímidamente,
“Ahhh”, se quedó pendejo Evelio, y Cómo es que sabe, Es que mi papá todos los días
compra el periódico, Cuál, El Universal Gráfico, Ah, Pues ya tiene un punto más
para el próximo examen. Carrillo Flores, hijo del inventor del “Sonido 13”,
Julián Carrillo, era el canciller de México en el gabinete de Díaz Ordaz.
3.
TAMBIÉN GUARDO la imagen en mi sesera de Rodolfo Sánchez Taboada, aquel capitán
primero carrancista quien, el 10 de abril de 1919, en la hacienda de Chinameca,
ordenó a sus soldados que le dispararan a quemarropa a Emiliano Zapata.
Venustiano Carranza festejó con los estrategas de la traición. Felicitó al
general Pablo González, le confirió a Jesús Guajardo el grado de general
brigadier y lo obsequió con 50 mil pesos, a Sánchez Taboada lo ascendió
militarmente y posteriormente fue recompensado, en distintos momentos, con la gubernatura
de Baja California, con la secretaría de Marina y con la presidencia del PRI.
4.
ESTE INFAME Sistema priista siempre premia a sus “mejores” hombres,
generalmente asesinos a sueldo. Rodolfo Sánchez Taboada y José Hernández Toledo
son pequeños botones de muestra.
5.
EN 1981 FILMABA yo una película sobre la guerrilla de Lucio Cabañas Barrientos
en la Costa grande de Guerrero. Me urgían tomas de soldados y el testimonio de
alguien con peso en la persecución a Lucio. Por eso cuando pedí informes en Atoyac
sobre quién era el comandante de la Zona Militar de esa región de la montaña y
me respondieron que era el general José Hernández Toledo, un ligero
aceleramiento sanguíneo me recorrió por las venas, y no era para menos, no
obstante, me dije, tengo que entrevistar a éste que es uno de los principales
asesinos de Tlatelolco.
6.
NO SÓLO ERAN LOS VOLANTES, a mi padre, afortunadamente le gustaba leer el
periódico y diariamente compraba el “Universal Gráfico”, el periódico
vespertino de “El Universal”, la sección que buscaba siempre eran las tiras
cómicas. Me encantaba leer “Dick Tracy”, “Trucutú”, “Lorenzo y Pepita”, y otros
que se me desperdigan en la memoria. Me gustaba contestar el crucigrama y ver
al otro día la solución, pero, sobre todo, diariamente, sin excepción, leía
“Aunque usted no lo crea”, de Ripley. Otras páginas que me chutaba eran las
deportivas y las fotos y encabezados de todas las secciones. Pero en esos
momentos de explosión estudiantil di cuenta de “La marcha del silencio”,
encabezada por Javier Barros Sierra, rector de la UNAM, lo recuerdo muy bien.
7.
ESPERABA EL EQUIPO del CUEC, la escuela de cine de la UNAM, afuera del cuartel
de Atoyac. Vivíamos la época de la guerra sucia, 1981. Yo fungía como el
director del documental que, en ese entonces, aún no tenía nombre. Pedro
Reygadas era el fotógrafo, Chucho Pérez, era su ayudante, Jorge Pérez Grovas,
el sonidista, Paco Orduña era el “foquero” y gaffer, aunque sólo fue una o dos
veces y nos regaló su material del CUEC que a él le correspondía, y nos
acompañaban en cada viaje ayudantes diferentes, entre los cuales estaba el
Gordito, Raúl Héctor Ruiz, Mi hermano Enrique, Octavio, “El príncipe Azteca”,
Evencio, y mi cuate de siempre Luis Miguel Valdivia Santamaría, (a) El
simpatías. Acabábamos de realizar unas chingonas tomas de los soldados pero
esperábamos hacerle una entrevista a un militar. Estábamos nerviosos, la neta.
8.
CON FRECUENCIA Díaz Ordaz advertía “a todos los mexicanos” de una conjura
comunista que actuaba contra México, culpaba a los estudiantes de
"boicotear" las olimpiadas, y de que “manos extrañas se empeñan en
desprestigiar a México”, las noticias se saturaban de palabrejas para mí nuevas
como “alborotadores”, “agitadores”, “provocadores”, “motineros”, “extremistas”,
“elementos subversivos” para hablar mal de los estudiantes. Para hablar bien de
las acciones del gobierno los diarios y la televisión, Jacobo Zabludowski sobre
todo, se referían al “patriotismo” del presidente, a las acciones enérgicas
contra los “rojos” y contra los “agentes del comunismo soviético”. En ese clima
anticomunista, un “estudiante”, para los medios masivos era sinónimo de lo que
hoy llamarían “revoltoso” y era fuerte candidato a ser arrestado y encarcelado.
9.
CURSABA YO 3er. grado en la Escuela Secundaria Federal Ignacio Ramírez (ESFIR)
de Texcoco, en 1968, así que sólo participé en el movimiento estudiantil como
mero espectador, por medio de volantes y por los testimonios de mi hermano Polo
que estaba en la Facultad de Medicina de la UNAM y nos contaba sobre las
marchas y algunas movilizaciones a las que asistía. Mi padre nos surtía de la
información necesaria como para empezar a odiar al Ejercito, él trabajaba
exactamente atrás de la Catedral metropolitana donde le llegaban muchos
volantes de primera mano que se guardaba en la bolsa trasera del pantalón y al
llegar a la casa campesina nos los daba y todos les echábamos un vistazo. Mi
papá nos decía “Pinches soldados ya están matando estudiantes”.
10.
LOS ALTOS MANDOS del ejército dijeron que fueron objeto de una agresión de los
estudiantes agitadores. José Hernández Toledo dijo en su parte de guerra:
“Claro que el 2 de octubre como caímos en una emboscada, ciento por ciento
cobarde y mezquina, hicimos uso de las armas únicamente para repelar la bárbara
agresión de que fuimos víctimas ya que recibimos fuego sin contemplación de
ninguna clase”.
11.
EN EL CAMPO MILITAR Nº 1, ahí donde torturaron o torturan y han desaparecido a
tantos guerrilleros, existe un monumento a los soldados “caídos” en Tlatelolco.
12.
NUESTRO PAÍS SE PREPARABA para las Olimpiadas de 1968, las fanfarrias olímpicas
se escuchaban cada cinco minutos en la radio. Yo coleccionaba unos hermosos
pines con los distintivos de cada deporte que salían en las bolsitas del
detergente Ariel, con los cuales se ganaba uno una lana si conseguía toda la
colección. Nunca pude completarla por más que mi madre cada que abría una
bolsita de fab nos preguntaba si ya teníamos ese botoncito de metal.
13.
EN UN DISCURSO en Guadalajara, 1º de agosto de 1968, Díaz Ordaz, en plena
represión estudiantil, dijo, para quien la quiera tomar “dejo mi mano tendida”,
Jaime Goded, con quien llevaría yo una materia en Ciencias Políticas de la UNAM
unos cinco años más tarde, le replica, a GDO, “A esa mano tendida, la prueba de
la parafina”.
14.
MÉXICO VIVÍA EL MUNDO “feliz” de los priistas, el orbe tricolor de las
elecciones robadas, de los caciques nacionales, de los líderes sindicales
corruptos. No había más ideología que la del PRI. Y el presidente era
omnipotente y omnipresente, casi Dios, pero cuando inauguró las olimpiadas el
12 de octubre, recibió abucheos y la más ruidosa silbatina que pudo haberse
hecho a algún presidente por la masacre del 2 de octubre. El que se sentía Dios
se convirtió en Satán.
15.
HOY ES DOS DE OCTUBRE, hace 51 años en una tarde lluviosa murieron vilmente
acribillados cientos de personas en una plaza pública, niños, mujeres y
ancianos entre ellos, jóvenes los más. Gobernaba el Calígula y recalcitrante
anticomunista Gustavo Díaz Ordaz, su secretario de Gobernación respondía al
nombre de Luis Echeverría, éste lo hizo tan bien que el primero lo designó su
sucesor. En la masacre “brilló” tanto el ministro de Defensa Marcelino García
Barragán, como el ejecutor directo José Hernández Toledo, quien después fue
jefe de la zona militar en Atoyac de Álvarez y férreo perseguidor de Lucio
Cabañas, el guerrillero, en la sierra de Guerrero. Las manos enguantadas de
blanco del batallón Olimpia estaban bajo su mando y fueron las que facilitaron
la matanza y procuraron los arrestos de cientos de activistas del 68.
16.
CUANDO LO VI VENIR lo reconocí de inmediato, soy muy fisonomista, salía rodeado
de su guardia personal. Me puse más nervioso. El soldado que vigilaba la
entrada de la Zona Militar ya tenía mi credencial de Chapingo y del CUEC.
Cuando se acercó José Hernández Toledo, el ejecutor de Tlatelolco, el guardia
que le hizo el saludo con la mano en forma de hacha en la gorra militar,
aprovechó para decirle que quería yo hablar con él y le entregó mis
credenciales. El sanguinario general estaba más gordo y más canoso, se veía más
viejo que en las fotos que yo conocía, con unos bigotes de morsa
inconfundibles, “General quisiera hacerle una entrevista, mire, esteee, estamos
haciendo un documental/”, no me dejó terminar, efectivamente me miró y me cortó
de tajo, “No doy entrevistas”, cuando ya se iba, como burlándose, me espetó “y
menos a comunistas”, me entregó mis credenciales y montó en un vehículo
militar. Frustrado me retiré con mis compañeros cineastas.
17.
UN DIARIO EXTRANJERO informó que fueron 365 muertos. Nunca se supo la cifra
exacta. Años después Luis Echeverría ex presidente de México enfrentó órdenes
de aprehensión, finalmente fue absuelto. A 5i años de los hechos nadie ha sido
encarcelado.
18.
MI PADRE TRABAJÓ durante 40 años en “El Centro Vidriero de Gómez Lavín”, una de
las vidrierías más importantes de México, en Guatemala 34, en el corazón de los
“disturbios”. Hace unos cuantos años desapareció ese negocio para darle paso al
Museo Archivo de la Fotografía de la Ciudad de México. Cuántas veces fui a este
legendario lugar. Fue mi fuente de información de muchos acontecimientos, 1968
fue uno de ellos.
19.
AL SIGUIENTE DÍA de la masacre miles de mexicanos buscaban a sus familiares en
delegaciones, hospitales y depósitos de cadáveres, otros tantos estaban en
cárceles o en cuarteles militares, La gente se informaba por las noticias
sesgadas de periódicos que hablaban de los “ataques de los provocadores y
agitadores” o de “zafarrancho en Tlatelolco”. Mi papá dijo ¡Pinche gobierno
jijo de la chingada!", estaba indignado. Mi odio de chamaco llegó al
extremo, “pinches soldados”, dije para mí. ”Ovaciones”, diario deportivo,
titulaba: "Sí habrá Olimpiada".
20.
EN SU 5º INFORME de Gobierno en 1969, Díaz Ordaz, en la forma más desvergonzada
del mundo, alardeando de su cobardía acerca de la matanza de Tlatelolco, dijo:
“asumo plenamente, la responsabilidad personal, jurídica e histórica, de las
decisiones tomadas al respecto”.
21.
EN 2006 OTRO PRIISTA, sanguinario también, Enrique Peña Nieto, gobernador del
Estado de México y actual presidente de la República, ante la inmisericorde
represión y allanamiento de moradas, violaciones a mujeres, muerte de dos
jóvenes, en el pueblo de Atenco, casi en las mismas palabras dijo: “Asumo toda
la responsabilidad de lo ocurrido en Atenco pues era necesario restaurar el
orden y el estado de Derecho”.
22.
EN 1982, UNOS MUCHACHOS del CUEC que hoy rememoran lo ocurrido en Tlatelolco,
terminamos el documental sobre Lucio Cabañas y otros problemas sociales de
Guerrero. No pude entrevistar a Hernández Toledo pero sí lo hicimos con un ex
soldado de Aguas Blancas, persecutor del guerrillero y tomamos clandestinamente
imágenes valiosísimas de los soldados del sombrío general. El documental lo
pueden ver en You Tube, se llamó finalmente, "El edén bajo el fusil" (https://www.youtube.com/watch?v=dp3DYTxvehg&t=3162s).
23.
ABRIL DE 1977. GDO, al ser nombrado embajador de México en España por José
López Portillo, “regañó” en esta forma a un periodista: “Estoy muy orgulloso de
haber sido presidente de la República… pero de lo que estoy más orgulloso es
del año de 1968, porque me permitió servir y salvar al país, les guste o no les
guste con algo más de horas de trabajo burocrático, poniéndolo todo, vida,
integridad física, horas, peligros, la vida de mi familia, mi honor, el paso de
mi nombre en la historia. Todo se puso en la balanza. Afortunadamente salimos
adelante. Y si no ha sido por eso, usted no tendría la oportunidad, muchachito,
de estar aquí preguntando”.
24.
MI ABUELITA DOMI (Domitila) que vivía en la Colonia 20 de noviembre, fue a
Peralvillo el día 3 de octubre a un mandado, me platico días después, “vi a
varios camiones que llevaban cadáveres”, me lo dijo casi llorando. Mi abuelita
no mentía, era incapaz de decir una mentira.
25.
COMO SI EL TIEMPO fuera un rechinar de amarguras, el olor a la pólvora de
Tlatelolco invade los rojos recuerdos de mi primera juventud, persisten tercos,
necios, tenaces, y viene a mí la época de la guerra sucia de los años 70 y 80
del siglo pasado, el momento en que intenté entrevistar al carnicero de
Tlatelolco, llega a mí la remembranza de mi papá entregándome los volantes
estudiantiles, y yo aprendiendo a odiar al Ejército y por último brotan las
imágenes de Sánchez Taboada, de José Hernández Toledo, de Echeverría, de Díaz
Ordaz, de Peña Nieto y me repiquetean las palabras: “Sí, el Sistema sabe
premiar a sus peores hombres, brutos, carniceros, asesinos”.
26.
¡DOS DE OCTUBRE NO SE OLVIDA!
TOMADO DEL MURO DE Salvador Díaz
No hay comentarios:
Publicar un comentario