10 de julio de 2015

MI HIJA MUERTA MERECE JUSTICIA

Luz del Carmen Vilchis Esquivel
MÉXICO, DF, México
Estoy actuando como mi propia abogada. El Ministerio Público está negando la prueba de polígrafo al chofer y los testigos. Se niega a pedir reportes a la Editorial McMillan donde trabajó toda la mañana. Se niega a aceptar los testimonios de sus médicos sin presentar análisis. Se niega a citar al personal de la Fiscalía Benito Juárez que autorizó la cremación porque no había inconveniente. Se niegan a aceptar el video de TVUNO como evidencia de testigos. OBJETO toda prueba del hígado porque destruyeron evidencia. OBJETO todo peritaje del metrobús porque lo confinaron en los patios de la empresa Metrobús. OBJETO las declaraciones del chofer pues nunca se investigó su condición de diabético con medicamentos que lo vuelven fotosensible a la luz solar.

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El 9 de enero de 2014, mi única hija, Ti Kip Fernández Vilchis, falleció atropellada por el Metrobús  en la línea de Insurgentes a la altura de la calle de Encanto, a unos metros de la Estación Olivo. Las dimensiones de la embestida del carro la dejaron sin vida en instantes con el cerebro y la caja torácica destrozados. Cuando llegué a Xoco, hospital al cual la trasladaron porque tenía “signos vitales reflejos” encontré sólo el tibio cadáver de mi niña quien dos días después cumpliría treinta y dos años. En las horas precedentes, mi hija trabajó en la Editorial McMillan Castillo y cuando la mató el Metrobús 059, ella se dirigía a la UNAM por su certificado, documento con el que se consolidaba su beca para estudiar posgrado en Suecia. También iba a comer y fue un accidente de trabajo.
Sin embargo, corrompieron el expediente en la Fiscalía de Álvaro Obregón. El que fuera un dictamen inicial de SEMEFO que describía que mi hija no tenía restos de drogas ni alcohol, fue sustituido por un documento espurio en el que se afirma que conservaron un fragmento de su hígado para emitir un informe posterior en el cual dicen que el órgano revela un porcentaje de 83/100 de alcohol. Las huellas de frenado del Metrobús fueron cubiertas con tierra, no hay peritaje del estado de frenos del carro que la atropelló y la descripción de la velocidad a la que circulaba no cuenta con fundamentos coherentes El carro 059 fue confinado en un módulo de la misma empresa Metrobús. El chofer, diabético, ingería tres medicamentos que lo vuelven fotosensible a la luz solar.  Una serie de inconsistencias han vuelto el expediente un nudo de corrupción y mentira encaminado al dictamen en el cual mi hija aparece como alcohólica y suicida. Es obvio que tanto la empresa Metrobús como su concesionario están empeñados en ocultar la verdad y protegerse de cualquier reclamación.
Pido justicia. Mi hija no podía consumir alcohol en esas proporciones ya que padeció hepatitis hace varios años. No aceptan los testimonios de los médicos si no se presentan análisis, los cuales no existen, sin embargo, sí admiten a testigos que dicen mentiras y no demuestran su presencia el día de los hechos. Se ha manchado el buen nombre de mi hija y su reputación, y aunque ella ya no esté, la defenderé hasta lograr que sea reivindicada su persona y su prestigio que le valió la consideración, el respeto y cariño de innumerables personas.
Solicito que el caso sea supervisado por profesionales que se encuentren al margen de las cadenas de corrupción de la justicia en el Distrito Federal. Actualmente yo actúo como mi propia abogada y he ingresado diversas promociones con evidencias que no tenía el Ministerio Público. No es posible hacer pruebas de ADN contra el "supesto" hígado de mi hija porque tiraron la evidencia. Objeto toda prueba surgida de esa muestra. Objeto los peritajes negligentes y las declaraciones no confrontadas. Exijo un proceso transparente.

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