Rúbrica
Por: Aurelio Contreras Moreno
Al momento de anunciar su aspiración a convertirse en candidato
“independiente” a la gubernatura de Veracruz, Gerardo Buganza Salmerón
despotricó contra las “mafias” partidistas del PAN y el PRI que, según él, le
impidieron ser gobernador en 2004 y en 2010.
También dijo que tenía más de cinco años de no militar en ningún
partido político, por lo que contaba con “autoridad moral” para lanzarse por la
vía “independiente”, pues quienes se perfilan para ser los candidatos
abanderados por los principales partidos, representan “más de lo que ya no
queremos”.
Pero contrario a la honestidad que pregona,
Buganza miente. No se desvinculó de los partidos cuando renunció al PAN en 2010
para unirse a la campaña a la gubernatura de Javier Duarte, quien una vez en el
poder premió su traición a su partido nombrándolo secretario de Gobierno.
Como mencionamos en la anterior entrega de este espacio, todos los
secretarios de despacho de la administración duartista realizaron aportaciones
económicas al Partido Revolucionario Institucional al inicio de este gobierno,
como lo marcan los estatutos de ese instituto político en relación con las obligaciones
de sus militantes.
Gerardo Buganza no fue la excepción. El 11 de mayo de 2011, siendo
dirigente estatal del PRI Héctor Yunes Landa –otro de los aspirantes a la
gubernatura impulsados por el duartismo–, el entonces secretario de Gobierno
acudió a las instalaciones del Revolucionario Institucional, acompañado por
otros funcionarios de la dependencia, como el subsecretario Erick Lagos
Hernández, para entregar sus aportaciones económicas al tricolor –equivalentes
al cinco por ciento de su salario–, en un acto público que fue incluso
boletinado por la oficina de prensa priista.
En esa ocasión, Yunes Landa felicitó a Buganza “por esta decisión,
así como al resto de los servidores públicos que lo acompañaron y que también
entregaron sus respectivas cuotas”, mismas que serían utilizadas “para
privilegiar el apoyo a los comités del partido en los municipios gobernados por
la oposición”.
¿Eso es estar “desvinculado de las mafias partidistas”? Claramente
no. Amén de que Buganza tampoco dejó de “meter mano” dentro de Acción Nacional
y de colocar en el gobierno estatal a ex panistas incondicionales suyos, como
la todavía directora de Promoción Turística Silvia Monge Villalobos o el
director del “elefante blanco” llamado Instituto Veracruzano de Bioenergéticos,
Osiel Castro de la Rosa.
Y para que no quede duda de que Gerardo Buganza Salmerón está
imbuido por completo de la cultura y prácticas priistas más rancias, al
anunciar el pasado viernes 17 de julio, desde la sala de conferencias de la
Coordinación General de Comunicación Social estatal, su renuncia a la
Secretaría de Gobierno y su intención de ser candidato a gobernador, incurrió
en una flagrante ilegalidad, pues realizó un desvío de recursos públicos al
utilizar la infraestructura física y humana del gobierno estatal para promover
intereses político-electorales personales.
En lo que vino a acabar quien una vez se proclamó “gobernador moral”
de Veracruz.
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