Veracruz, Ver.- Por la mañana, a unas horas de que se suscitara la balacera en Río Medio I, don Horacio, dueño de la carnicería La Normita, salió al recuento de los daños.
Las paredes de su negocio estuvieron a punto de caerse por los golpes de las balas de grueso calibre lanzadas por los elementos de la Marina contra los sicarios, que estaban pertrechados en una casa cercana.
“Quiero apoyo, no es posible, los marinos y los soldados están para resguardar a los civiles como nosotros no para venir a rafaguearnos, estábamos durmiendo”. Es don Horacio Rosas Ávila, uno de los vecinos que sufrieron afectaciones en su patrimonio por la lucha de la Marina contra los delincuentes.
Don Horacio, así como el resto de las personas que viven en la manzana en la cual se desarrollaron los hechos, en la calle Río Pánuco y Víctor Sánchez Tapia, están molestos con los federales. Al momento no saben quién les pagará los daños que se quedaron al paso del convoy de los marinos que perseguía a los delincuentes.
En la calle, junto a su negocio, los dos vehículos de su propiedad también estaban destrozados por la lluvia de plomo, “no los quiero ni mover, no sé sí prendan, hasta que vengan los peritos, si es que vienen”, dijo al tiempo que dejaba rodar algunas lágrimas.
A los carros de don Horacio se une más de una decena de unidades de los vecinos que pagaron las consecuencias del enfrentamiento sin tener causa.
Recordó que durante la balacera, cerca de la medianoche, su familia ya estaba en la cama, en la parte trasera de la carnicería. Pero escucharon cómo las ráfagas golpeaban sus paredes y cómo algunos casquillos se colaban por las ventanas.
Le dijo a los suyos que para salvar la vida se arrastraran hasta a uno de los cuartos de atrás. Allí se metieron, bajo un colchón, a esperar se calmaran las hostilidades. Cuatro horas por lo menos fueron y en ese tiempo rezaron y lloraron mucho tomados de la mano.
“Imagínense, yo soy el jefe de la familia, eran mi responsabilidad todos”, es lo que los soldados no entienden, llegan y te disparan nada más”, dijo.
Solicitó el apoyo del gobernador Javier Duarte de Ochoa, así como de los alcaldes de la zona para que le repongan los daños a él y a sus vecinos, de lo contrario, les costará mucho más seguir con el trauma emocional y encima la afectación al bolsillo.
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