-En 6 meses no se ha
investigado el asesinato de activistas de Iguala, denuncia.
-Un sobreviviente
acusa a autoridades municipales como responsables de la agresión, señala.
El obispo Raúl Vera y Sofía Mendoza viuda de Hernández, después de la
conferencia de prensa organizada por la Red Solidaria Década contra la
ImpunidadFoto Roberto García Ortiz
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Ángeles Cruz Martínez
Periódico La Jornada
Sábado 7 de diciembre de 2013, p. 15
Sábado 7 de diciembre de 2013, p. 15
México sigue siendo rehén de la impunidad y de las complicidades entre
políticos y el crimen organizado, denunció el obispo Raúl Vera al señalar que,
luego de seis meses, nada se ha investigado sobre el asesinato de Arturo
Hernández Cardona, Angel Ramírez Román y Rafael Banderas Román, integrantes de
la organización Unidad Popular, de Iguala, Guerrero.
Ellos tres junto con otros cinco
activistas fueron secuestrados el pasado 30 de mayo y luego asesinados. Héctor
Arroyo Delgado, Efraín Luna, Gregorio Dante Cervantes, Nicolás Mendoza Villa y
Jimmy Castrejón lograron huir de sus captores.
Uno de los sobrevivientes dio su
testimonio de los hechos y acusó a las autoridades municipales de ser las
responsables de la agresión. Sin embargo, nada ha pasado para esclarecer los
crímenes y, en cambio, la vida del testigo está en peligro, denunció el obispo
de Saltillo.
En conferencia de prensa, organizada
por la Red Solidaria Década contra la Impunidad, que preside Raúl Vera, la hija
de Hernández Cardona, Soledad, denunció el clima de hostigamiento que padecen
ella y su familia, a causa del cual decidió abandonar la entidad.
Exigió a la Procuraduría General de la
República (PGR) que atraiga el caso para su investigación, ya que no existe
garantía de que las autoridades municipales o estatales hagan valer la
justicia, y menos porque entre los señalados como presuntos responsables está
el presidente municipal, José Luis Abarca Velázquez, y Felipe Flores,
secretario de Seguridad Pública.
Esto forma parte del testimonio de
Nicolás Mendoza Villa ante notario público, por el temor de sufrir alguna
represalia si se presenta en la agencia del Ministerio Público, como han
planteado las autoridades municipales.
El obispo Vera señaló que este es un
caso inédito que comprueba el nivel de corrupción e impunidad que prevalece en
el país. El gobierno “dice que las cosas van a cambiar… con este caso pueden
demostrar que realmente hay voluntad política de acabar con el flagelo del
crimen organizado. Mientras no se quite a los políticos corruptos y se les
lleve ante la justicia, la situación tampoco cambiará”.
Soledad Hernández señaló que hasta
ahora no ha habido voluntad de ninguna autoridad para resolver el caso de su
padre, quien un día antes de su secuestro presentó denuncia por amenazas en
contra del alcalde Abarca Velázquez.
Si los funcionarios locales
son los señalados como los autores de los asesinatos, no es posible que se
les deje a ellos mismos la investigación ni tampoco que podamos confiar en
ellos, indicó.
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