Fernando Inés Carmona
Orizaba, Ver.- De continuar el modelo neoliberal en el país se corre el riesgo de un caos generalizado e incluso la nación se puede desbordar socialmente. Los tres niveles de gobierno dejaron de lado su papel social para adoptar políticas gerenciales, “se desprenden de las empresas de Estado para entregarlas a la iniciativa privada”, expuso Nicolás Salvador Gallegos, académico retirado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
La mayoría de los alcaldes en México “actúan como gerentes. Excluyen a los ciudadanos de participar en la toma de decisiones relacionadas con las obras y acciones de beneficio social”. Esto se desprende de un desgastado modelo neoliberal que irrita a la población en general, “si el modelo no se corrige, estamos al riesgo del caos generalizado y en consecuencia se puede desbordar a la nación”.
Desde hace 30 años, “el modelo económico neoliberal vino con la privatización de servicios públicos, transferencia de empresas paramunicipales al sector privado y políticas de exclusión social, como el impedimento de gobiernos municipales para que canasteras o vendedores ambulantes vendan en el centro histórico de ciudades importantes como Orizaba”.
Los actuales “pasaron de los gobiernos con compromiso social, a los gobiernos gerentes”, el ejemplo lo tenemos en Orizaba, “en donde desde hace 20 años, los alcaldes son gerentes del capital privado y vemos en esta administración municipal cómo se hizo la obra sin consultar a nadie, de ampliación de abasto de agua a la Cervecería Moctezuma, incluso se apresuraron a hacerlo”, señala.
Los gobiernos actúan como gerentes del capital trasnacional, “instrumentan políticas de esa naturaleza y la sociedad es cada vez más excluida de la participación económica y social. Hay un desmantelamiento del Estado nacional mexicano, que se refleja en todos los sectores”.
Esta ciudad “es ejemplo de la transnacionalización de la economía con la Cervecería Moctezuma que estaba en manos de capital nacional, que finalmente se fue al Fobaproa, que a su vez lo vendió a otros empresarios nacionales y ahora al capital trasnacional que es Heineken”.
Esa política neoliberal “terminó por desmantelar. Ahí tenemos la reforma energética, se despojó el estado de bienestar y lo mismo pasó con el campo y la educación”. Pero los gobiernos neoliberales “pretextan que esas empresas paraestatales representan una carga financiera enorme para el Estado. Hoy se entró en una etapa de reformas que, es un hecho, no convienen a la mayoría de sectores sociales”.
La globalización “es un proceso de dominación mundial que en México significa el desmantelamiento del Estado mexicano para transferir al sector privado nacional y extranjero las empresas del Estado. Estamos de regreso al Porfiriato, ahí tenemos el uso excesivo de las fuerzas federales, estatales y municipales para contener las manifestaciones sociales”, declaró.
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