¡NO PASARÁN POR NUESTROS TERRITORIOS!, ADVIERTEN DURANTE MOVILIZACIÓN...
Angélica Enciso y Emir Olivares
Periódico La Jornada
Jueves 24 de julio de 2014, p. 7
Miles de campesinos de 20 estados marcharon en la ciudad de México en
demanda de una reforma integral para el agro, en repudio a la parte de las
leyes energéticas que afectarían la propiedad ejidal y con el fin de exigir
respeto a los derechos de pueblos y comunidades.
Al grito de: ¡No pasarán por
nuestros territorios!, unos 35 mil productores rurales –según estimaciones de
los organizadores– se movilizaron del Ángel de la Independencia a la Secretaría
de Gobernación (SG).
Estimaciones de las autoridades del
Gobierno del Distrito Federal apuntaron que los manifestantes eran unos 25 mil.
Con la intención de que sus
planteamientos sean considerados en el Congreso, donde el tema se debatirá en
breve, los productores dieron a conocer un documento con sus propuestas para la
reforma al agro, anunciada en marzo por el presidente Enrique Peña Nieto.
Consideraron que la iniciativa debe
estar concluida antes de que el gobierno envíe el proyecto de Presupuesto de
Egresos de la Federación 2015 al Congreso.
Expresaron preocupación sobre las leyes
energéticas secundarias, en particular en torno a la ocupación de
tierras para extracción de hidrocarburos, lo que consideraron un despojo.
Los líderes campesinos tenían ya
acordada una reunión con funcionarios federales, por lo que a pesar de que las
calles aledañas a la SG estaban bloqueadas por granaderos y la Policía Federal,
cuando la marcha llegó los representantes pudieron entrar sin dificultad.
La marcha comenzó poco antes de las 11
de la mañana, aunque desde temprano los contingentes se congregaron cerca del
Ángel. En este edificio hay gente sin oficio, gritaron al pasar frente al
Senado.
La movilización fue encabezada por
dirigentes añejos, como José Luis González, José Durán, Ignacio Irys, Alfonso
Ramírez Cuéllar y Max Correa.
Acudieron organizaciones de diversas
posiciones políticas, incluidas algunas que simpatizan con el tricolor,
pero la principal agrupación ligada al priísmo, la Confederación Nacional
Campesina, no estuvo presente.
En pancartas y cartulinas, los
campesinos –algunos a ritmo de tambora y otros con mazorcas en las manos–
expresaron sus quejas sobre la situación del sector: El hambre no se
combate con despensas, sino con producción de alimentos en comunidades, Si
Zapata viviera, que friega les pusiera, México exige soberanía alimentaria
y energética.
La marcha transcurrió prácticamente sin
incidentes, salvo un conato de enfrentamiento entre miembros de la Unión
Campesina Democrática (UCD).
La confrontación entre simpatizantes de
José Durán y Antonio Tirado derivó en empujones, jaloneos y una persona
atropellada por un vehículo particular cuando intentaba protegerse de otros que
la perseguían.
El conflicto comenzó a la altura de la
glorieta de Colón, cuando simpatizantes de Tirado, dirigente de la UCD en
Guanajuato, reprocharon a Durán, líder nacional de esa agrupación y actual
coordinador del Congreso Agrario Permanente, estar entre los dirigentes que
encabezaron la movilización, pues le imputaron actos de corrupción. Los seguidores
de este último acusaron al primero de usurpador.
La protesta duró unas siete horas y
concluyó con un mitin en el Zócalo, donde la presencia de los campesinos
inconformes se vio disminuida.
Sólo fue ocupada una cuarta parte de la
plancha, debido a que la lluvia dispersó a numerosos manifestantes.
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