Octavio Rodríguez Araujo
En 1997 se estrenó una película interesante y satírica titulada en
inglés Wag the dog,presentada en español comoEscándalo en la
Casa Blanca. Los principales actores fueron Robert de Niro y Dustin
Hoffman, el primero caracterizando a un experto en relaciones públicas del
presidente de Estados Unidos y el segundo a un productor de cine de Hollywood.
El presidente quiere relegirse, pero en esos momentos se da a conocer un
escándalo sexual que podría perjudicarlo seriamente en sus aspiraciones. De
Niro y Hoffman idean una táctica distractora: una supuesta guerra contra
Albania, y se embarcan en producirla para los medios, inventando situaciones
creíbles para el público estadunidense. El propósito era, obviamente, desviar
la atención de los ciudadanos para convertir en asunto secundario el escándalo
que envolvía al presidente.
El recuerdo de esa película viene a cuento por el tema de Mamá
Rosa en Zamora, Michoacán. Tema que, por cierto, ha dado la vuelta al
mundo en la prensa de varios países y que ha movido a diversos autores, algunos
calificados como historiadores, a polemizar sobre el caso y el despliegue
policiaco y militar para liberar a niños, adolescentes y adultos de
la peligrosísima anciana de más de 80 años de edad.
En mi interpretación, y al margen de los chorros de tinta que se han
vertido sobre el tema, el caso coincidió con los momentos en que los
legisladores priístas, panistas y socios aprobaban leyes secundarias que
facilitarán la venta no sólo de recursos mexicanos sino del país en su
conjunto. Puede ser también que intereses económicos no precisamente pequeños
quieran para sí (y futuros proyectos inmobiliarios) el gran terreno en que se
ubica (todavía) el albergue denominado La Gran Familia, ahora desmantelado a
medias. Puede ser, asimismo, que alguien les dijo que por ahí se escondía La
Tuta, razón por la cual tenían que intervenir los militares.
Igualmente se ha insinuado que fue para sacar de foco el caso Mireles. Pero
también se ha dicho que el matrimonio Alejandro y Rosy Orozco
(La Casa Sobre la Roca) y los evangélicos de ultraderecha que fundaron el
Partido Encuentro Social, amigos y protegidos de Felipe Calderón, querían
lastimar los intereses de Vicente Fox, Marta Sahagún y su hermano el médico
Alberto Sahagún de Zamora, que han defendido a la señora Rosa Verduzco junto
con unos pocos intelectuales (sobre todo de derecha) que han querido ver en la
controvertida anciana una gran labor filantrópica que, en su opinión, debió
hacer el gobierno, tanto el federal como el estatal.
En resumen, puede ser que el asunto obedeciera a todo lo mencionado y a
algo más que se me haya olvidado, pero el tema se apagará pronto y, para
justificarse, al no contar con una guerra con Albania, habrá chivos expiatorios
(o delincuentes reales) que serán detenidos, tal vez juzgados y luego dejados
de lado como ya se olvidaron del supuesto asesino de Colosio y de otras
vergüenzas de la justicia mexicana, algunas con carácter de malas telenovelas
(Genaro García Luna) y otras como fantasías de risa como los huesos de Muñoz
Rocha y la vidente Francisca Zetina alias La Paca.
En el México donde nada es lo que parece es perfectamente
posible que nunca sepamos bien a bien lo que ocurrió en el caso que nos ocupa,
como tampoco si de verdad el 20 de julio de 1969 los astronautas del Apolo 11
pusieron los pies en la Luna, pues todo mundo se pregunta por qué nunca más se
repitió la hazaña pese a los enormes adelantos tecnológicos de los últimos 45
años. ¿En qué país lo que parece es real? Ni esto sabemos: ¿Irak tenía las
armas que Bush había dicho? ¿Quiénes derribaron el avión malayo? ¿De verdad
apresaron al Chapo Guzmán? ¿Oswald mató a Kennedy? ¿Margaret
Thatcher era de hierro? ¿El imperialismo es un tigre de papel?
La imaginación de la gente en el poder es tal que puede inventarse
cualquier patraña y, gracias a los medios de comunicación a su servicio,
convertirla en una distracción semejante a la que usan los magos para
sacar conejos de una chistera: una mano llama la atención mientras la otra hace
el truco. Lo grave es que detrás del súbito descubrimientode este drama de
una casa hogar (existente desde hace décadas), con sus asegunes y medias
verdades de cada lado, el país está siendo despojado de sus riquezas y no habrá Mamá
Rosa,DIF o Cruzada contra el Hambre que alcance para sus damnificados, pues
se cuentan ya por millones… y serán más.
rodriguezaraujo.unam.mx
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