El Mundo de Orizaba
Orizaba.- Una mujer originaria de Ixhuatlancillo, que vendía elotes en compañía de su hijo, fue detenida ayer por elementos de la Policía municipal tras agredir a un inspector de Comercio sobre la calle Madero.
Los uniformados la esposaron y detuvieron a la comerciante, pero dejaron al menor en el parque Castillo. Dicha situación causó indignación entre las personas que presenciaron los hechos.
De acuerdo al testimonio proporcionado por el niño Jesús "N", de 12 años, todo sucedió a la 18:00 horas, cuando caminaba sobre la calle Madero en compañía de su mamá Rosa Virginia Sánchez, de 28 años.
Vendían sus elotes, pero al recorrer el Centro Histórico, justo a la altura de la avenida Colón Poniente, fueron retenidos por dos inspectores de Comercio, quienes le arrebataron la bolsa con mercancía.
Dicha acción provocó el enojo de Rosa Virginia quien abofeteó a uno de los inspectores para que le devolviera la bolsa.
Las personas que presenciaron los hechos intentaron mediar la situación entre la vendedora y los empleados municipales, sin embargo, los inspectores ya habían solicitado el apoyo de la Policía municipal.
A los pocos minutos arribaron los uniformados quienes esposaron y subieron a Rosa a una patrulla para trasladarla a la Inspección. Ante el alboroto que generó la detención, los policías olvidaron llevarse a niño, a quien dejaron llorando en el parque Castillo.
Los indignados testigos resguardaron momentáneamente a Jesús "N", y le prestaron un teléfono celular para que se comunicara con sus papá, Pablo Martínez Herrera, de ocupación albañil, quien se presentó para recogerlo.
Finalmente el niño se fue con su papá en busca de Rosa.
Hace un mes Otro caso
Hace un mes, en junio 7, un adolescente que vende mangos en el centro de la ciudad durante los fines de semana, fue agredido por personal de Comercio, quienes le tiraron la mercancía, despertando la indignación de decenas de testigos, quienes salieron en su defensa. Algunos testigos señalaron que los inspectores de Comercio jalonearon al joven cuando él expendía sus productos. Después del enfrentamiento, los testigos exigieron al Ayuntamiento un trato digno para las personas que se dedican a vender sus productos de manera honrada.
De la redacción El Mundo de Orizaba
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