Mamá Rosa y la peligrosa pendiente hacia el fascismo
Para cualquier persona medianamente pensante es evidente que el escándalo en torno al orfanato de "Mamá Rosa" es un distractor montado por el gobierno de Enrique Peña Nieto, con mucho cálculo, para que nos olvidemos de la inseguridad, la injusta detención del Dr. José Manuel Mireles, la impunidad de "La Tuta", los "gasolinazos", las contra refo...rmas legislativas que entregarán la riqueza del país a unos pocos y darán más poder al duopolio televisivo, etc., etc., etc.
¿Podemos ver esto como algo diferente a una distracción mediática con fuertes tintes de telenovela? Muchas voces coinciden en que es sólo una cortina de humo, un drama en cuyo papel estelar han puesto a una villana llamada "Mamá Rosa" por un lado, y a un gobierno con su ejército salvador por el otro, dirigido desde Los Pinos en coproducción con el Señor Castillo, para solaz del gran público televisivo.
Con esto no quiero decir que en el albergue "La gran familia" todo haya sido positivo para los niños, ni mucho menos. La televisión muestra las condiciones degradantes de las instalaciones, totalmente inapropiadas para alojar a cualquier ser humano. Lo que cuestiono es la manera y el momento en que se llevó a cabo un operativo desproporcionado, en el que participó un enorme contingente del ejército y policías federales, todo para detener a una "peligrosísima" y enferma octogenaria a la que se convirtió en cuestión de horas en la malvada favorita de la televisión y todos los medios de comunicación al servicio del régimen.
Podrá ser verdad todo lo que de "Mamá Rosa" se dice en los medios de comunicación oficialistas, pero lo que es mucho más importante preguntarnos en todo caso, es: ¿Desde cuándo a Enrique Peña Nieto, al comisionado Castillo y al gobierno federal les importa tanto el bienestar de la niñez? ¿Por qué hasta ahora intervienen, precisamente mientras se impone en el Congreso de la Unión la reforma energética y "La Tuta" se pasea libremente por Michoacán? ¿Qué hay de todos los albergues infantiles que operan en el país en condiciones similares o peores al de "Mamá Rosa"?, ¿también los intervendrán con cientos de policías y soldados? ¿Qué dependencias de gobierno se harán cargo de las decenas de miles de niños que aún siguen hacinados en insalubres instalaciones similares a las de "La gran familia"?, ¿alguien cree que los DIF y demás aparatos burocráticos tienen la intención y la capacidad para atenderlos? Era el propio DIF quien enviaba a estos menores hoy ¨rescatados¨ del albergue de "Mamá Rosa". Precisamente la noche de ayer Elena Azaola denunció en el programa de Carmen Aristegui en CNN, que existen en el país cientos de guarderías en condiciones similares y que hoy tenemos en México a 30 mil niños institucionalizados.
El gobierno cada día renuncia más a su función de defender la vida y el bienestar de los más vulnerables. Los DIF se debilitan progresivamente, así como toda la asistencia social que se le proporcionaba a la población en décadas pasadas, y no existen leyes adecuadas que obliguen al Estado a supervisar el buen funcionamiento los cientos de albergues infantiles en nuestro país.
Me pregunto. ¿Quién es responsable? ¿Sólo una anciana de 82 años?
Para muchos periodistas y analistas que escriben en los medios serios de este país, este escándalo demuestra que tenemos a un Estado ausente, debilitado, que a falta de legitimidad, opera con demostraciones de fuerza bruta, lo cual es propio del fascismo, que pretende demostrar con exhibiciones de represión "la fortaleza del Estado".
En esta línea se inscribe el análisis de Daniel Butrille publicado el día de hoy en el sitio Monitor Político, el cual a continuación les comparto.
No nos quedemos en la condena o la defensa de una persona en particular, pues nadie es por completo perfecto ni malvado, y es obvio que la señora, a sus 82 años y con sus enfermedades a cuestas, ya no sabía a plenitud lo que sucedía en su "familia". Mejor busquemos respuestas, analicemos, tratemos de entender, para que, sin dejar de ser perspicaces ante los poderes autoritarios, seamos capaces de empatía hacia las víctimas.
Cristina Sada Salinas.
DANIEL BUTRUILLE
El hecho de que Michoacán siga siendo foco de atención, tiene explicación con nombre y apellido y ¡padrino! Nombre: Alfredo, apellido: Castillo, padrino: Enrique Peña Nieto, Presidente de la República. El único Estado de la República en el cual una figura de excepción prevalece sobre un gobernador del cual nadie recuerda el nombre, y que todavía se pregunta en qué consiste ser gobernador (aparte de cobrar el sueldo, ¡claro!). ¿La figura? ¡Un comisionado! ¿Comisionado por quién? ¡Por el propio Presidente de la República! ¿Comisionado para qué? Para hacer que prevalezca el orden republicano, enviando a la cárcel a quienes no les caen bien o no encajan en su visión de un Estado sumiso, obediente y callado de preferencia.
Después de enviar a la cárcel (hasta Sonora por favor para no arriesgar alborotos en su Estado) al Dr. Mireles bajo cargos ficticios, y de raparlo para agregar el insulto al agravio, ahora se enfoca a una señora de 82 años de edad, benefactora rebasada por sus propias beneficencias, detenida con la fuerza del Estado, en pago por 60 años de dedicación desordenada a causas de familias desbaratadas, con más corazón que razón, y con más generosidad espontánea que caridad pública y apoyo oficial. Pero al comisionado, le olió a ilegalidad y le pareció que era oportunidad para demostrar su prepotencia. Le envió el ejército, armas y fuerza, y no la mandó rapar porque no lo dejaron en el hospital. Más bien, el director del hospital que no entendió a quién se enfrenta, denunció la vigilancia invasiva y abusiva para una paciente octogenaria cuya peligrosidad no justifica la presencia permanente de dos guardias dentro de la habitación.
¿Qué estamos presenciando? Manifestaciones peligrosísimas de un fascismo naciente, acusaciones amañadas y detenciones violentas que no están sin evocar ciertos países europeos de los años 30’s y 40’s. Peligro mayúsculo para la democracia (¿?) mexicana. O el comisionado está llevando al Presidente a donde no quisiera ir, o el presidente le dio carta blanca al comisionado para dar demostraciones ilimitadas de la fuerza del Estado. Las dos alternativas son iguales de amenazadoras para la sociedad mexicana.
Y mientras tanto, el Dr. Mireles pagando el precio de desafiar al comisionado en una cárcel lejos de sus familiares y “La Tuta” libre y desafiando a la sociedad y al Estado, llevando a cabo sus negocios al margen de la ley, pero no al margen del comisionado. ¿Esto también forma parte del plan? ¡Ojo! Pendiente peligrosísima que puede ser fatal.
Para cualquier persona medianamente pensante es evidente que el escándalo en torno al orfanato de "Mamá Rosa" es un distractor montado por el gobierno de Enrique Peña Nieto, con mucho cálculo, para que nos olvidemos de la inseguridad, la injusta detención del Dr. José Manuel Mireles, la impunidad de "La Tuta", los "gasolinazos", las contra refo...rmas legislativas que entregarán la riqueza del país a unos pocos y darán más poder al duopolio televisivo, etc., etc., etc.
¿Podemos ver esto como algo diferente a una distracción mediática con fuertes tintes de telenovela? Muchas voces coinciden en que es sólo una cortina de humo, un drama en cuyo papel estelar han puesto a una villana llamada "Mamá Rosa" por un lado, y a un gobierno con su ejército salvador por el otro, dirigido desde Los Pinos en coproducción con el Señor Castillo, para solaz del gran público televisivo.
Con esto no quiero decir que en el albergue "La gran familia" todo haya sido positivo para los niños, ni mucho menos. La televisión muestra las condiciones degradantes de las instalaciones, totalmente inapropiadas para alojar a cualquier ser humano. Lo que cuestiono es la manera y el momento en que se llevó a cabo un operativo desproporcionado, en el que participó un enorme contingente del ejército y policías federales, todo para detener a una "peligrosísima" y enferma octogenaria a la que se convirtió en cuestión de horas en la malvada favorita de la televisión y todos los medios de comunicación al servicio del régimen.
Podrá ser verdad todo lo que de "Mamá Rosa" se dice en los medios de comunicación oficialistas, pero lo que es mucho más importante preguntarnos en todo caso, es: ¿Desde cuándo a Enrique Peña Nieto, al comisionado Castillo y al gobierno federal les importa tanto el bienestar de la niñez? ¿Por qué hasta ahora intervienen, precisamente mientras se impone en el Congreso de la Unión la reforma energética y "La Tuta" se pasea libremente por Michoacán? ¿Qué hay de todos los albergues infantiles que operan en el país en condiciones similares o peores al de "Mamá Rosa"?, ¿también los intervendrán con cientos de policías y soldados? ¿Qué dependencias de gobierno se harán cargo de las decenas de miles de niños que aún siguen hacinados en insalubres instalaciones similares a las de "La gran familia"?, ¿alguien cree que los DIF y demás aparatos burocráticos tienen la intención y la capacidad para atenderlos? Era el propio DIF quien enviaba a estos menores hoy ¨rescatados¨ del albergue de "Mamá Rosa". Precisamente la noche de ayer Elena Azaola denunció en el programa de Carmen Aristegui en CNN, que existen en el país cientos de guarderías en condiciones similares y que hoy tenemos en México a 30 mil niños institucionalizados.
El gobierno cada día renuncia más a su función de defender la vida y el bienestar de los más vulnerables. Los DIF se debilitan progresivamente, así como toda la asistencia social que se le proporcionaba a la población en décadas pasadas, y no existen leyes adecuadas que obliguen al Estado a supervisar el buen funcionamiento los cientos de albergues infantiles en nuestro país.
Me pregunto. ¿Quién es responsable? ¿Sólo una anciana de 82 años?
Para muchos periodistas y analistas que escriben en los medios serios de este país, este escándalo demuestra que tenemos a un Estado ausente, debilitado, que a falta de legitimidad, opera con demostraciones de fuerza bruta, lo cual es propio del fascismo, que pretende demostrar con exhibiciones de represión "la fortaleza del Estado".
En esta línea se inscribe el análisis de Daniel Butrille publicado el día de hoy en el sitio Monitor Político, el cual a continuación les comparto.
No nos quedemos en la condena o la defensa de una persona en particular, pues nadie es por completo perfecto ni malvado, y es obvio que la señora, a sus 82 años y con sus enfermedades a cuestas, ya no sabía a plenitud lo que sucedía en su "familia". Mejor busquemos respuestas, analicemos, tratemos de entender, para que, sin dejar de ser perspicaces ante los poderes autoritarios, seamos capaces de empatía hacia las víctimas.
Cristina Sada Salinas.
DANIEL BUTRUILLE
El hecho de que Michoacán siga siendo foco de atención, tiene explicación con nombre y apellido y ¡padrino! Nombre: Alfredo, apellido: Castillo, padrino: Enrique Peña Nieto, Presidente de la República. El único Estado de la República en el cual una figura de excepción prevalece sobre un gobernador del cual nadie recuerda el nombre, y que todavía se pregunta en qué consiste ser gobernador (aparte de cobrar el sueldo, ¡claro!). ¿La figura? ¡Un comisionado! ¿Comisionado por quién? ¡Por el propio Presidente de la República! ¿Comisionado para qué? Para hacer que prevalezca el orden republicano, enviando a la cárcel a quienes no les caen bien o no encajan en su visión de un Estado sumiso, obediente y callado de preferencia.
Después de enviar a la cárcel (hasta Sonora por favor para no arriesgar alborotos en su Estado) al Dr. Mireles bajo cargos ficticios, y de raparlo para agregar el insulto al agravio, ahora se enfoca a una señora de 82 años de edad, benefactora rebasada por sus propias beneficencias, detenida con la fuerza del Estado, en pago por 60 años de dedicación desordenada a causas de familias desbaratadas, con más corazón que razón, y con más generosidad espontánea que caridad pública y apoyo oficial. Pero al comisionado, le olió a ilegalidad y le pareció que era oportunidad para demostrar su prepotencia. Le envió el ejército, armas y fuerza, y no la mandó rapar porque no lo dejaron en el hospital. Más bien, el director del hospital que no entendió a quién se enfrenta, denunció la vigilancia invasiva y abusiva para una paciente octogenaria cuya peligrosidad no justifica la presencia permanente de dos guardias dentro de la habitación.
¿Qué estamos presenciando? Manifestaciones peligrosísimas de un fascismo naciente, acusaciones amañadas y detenciones violentas que no están sin evocar ciertos países europeos de los años 30’s y 40’s. Peligro mayúsculo para la democracia (¿?) mexicana. O el comisionado está llevando al Presidente a donde no quisiera ir, o el presidente le dio carta blanca al comisionado para dar demostraciones ilimitadas de la fuerza del Estado. Las dos alternativas son iguales de amenazadoras para la sociedad mexicana.
Y mientras tanto, el Dr. Mireles pagando el precio de desafiar al comisionado en una cárcel lejos de sus familiares y “La Tuta” libre y desafiando a la sociedad y al Estado, llevando a cabo sus negocios al margen de la ley, pero no al margen del comisionado. ¿Esto también forma parte del plan? ¡Ojo! Pendiente peligrosísima que puede ser fatal.
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