FUERA DE FOCO
Por: SILVIA NÚÑEZ HERNÁNDEZ
Para
conocer sobre la crítica situación que aqueja al estado de Veracruz, no se
tiene que ser erudito en temas de economía, en seguridad, en infraestructura,
etc. Basta con vivir en la entidad veracruzana para saber que la inseguridad se
incrementa, que no existe dinero para obras ni mantenimiento mucho menos para
infraestructura pública. Día con día a los ciudadanos veracruzanos les cuesta
más trabajo llevar sustento a sus familias, en educar a los hijos, en destinar
recursos para nuestra salud, en tener esparcimiento.
Pero pese a todos esos elementos mencionados, quiere poner en tela de juicio lo
dicho con anterioridad sobre la debacle que prevalece en todos los rubros en
Veracruz, basta hacer un recorrido en los diferentes medios de comunicación y
leer al menos cinco de sus titulares, podrá constatar cual mal estamos.
Amable lector, pero si todo eso está fuera de su alcance por estar muy ocupado
trabajando jornadas de hasta 18 horas al día para llevar el sustento a sus
familias y al llegar a casa no le quedan fuerzas para pensar en otra cosa más
que descansar, entonces, sólo basta con ser un tanto observador en su entorno y
aceptar las circunstancias en las que se encuentra su cuadra, porque
seguramente si ésta refleja decadencia, es un reflejo literal de cómo está todo
el estado. Es importante advertir que dicha introspección no aplica a los
“pudientes”, pues para ellos el trato es absolutamente diferente al resto de la
población.
Basura por doquier
Por las mañanas salgo de casa y la primera visualización desagradable que tengo
en mi contexto es basura desperdigada por doquier, perros hambrientas
aprovechando las bolsas abiertas que los pepenadores desde temprano revolotean
para buscar “tesoros” perdidos. Pese al esfuerzo de fin de semana por mantener el
frente limpio –faena que realizan también gran parte de mis vecinos- al parecer
ni al ayuntamiento de Veracruz como a su director de Limpia Pública les
interesa controlar.
Las autoridades municipales argumentan que el ciudadano debe de contribuir para
mantener libre de basura las alcantarillas y así evitar inundaciones. Pero
ahora le preguntamos al alcalde de Veracruz, Ramón Poo Gil, si es justo que una
persona limpie y limpie el frente de su casa y no exista interés del municipio
para controlar a los pepenadores que son quienes originan tan desagradable
aspecto y ambiente de inmundicia en fraccionamientos y colonias.
¿Por qué el alcalde de Veracruz no obliga al director de Limpia Pública trabaje
adecuadamente en pro de los veracruzanos?
Por una simple razón amable lector, porque el sujeto no tiene manera de poder
hacer su trabajo –en el caso de que si le interese devengar el oneroso salario
percibe-. No cuenta con los elementos para realizarlo. No tiene recursos ni
infraestructura tanto humano como técnica para cumplir.
Otro punto en contra es que el cabildo tampoco coadyuva para implementar un
reglamento que impida y multe a los pepenadores para que no realicen su
“trabajo” en la vía pública y sean devueltos a los tiraderos.
Una cosa trae a otra, porque entonces el presidente municipal, Ramón Poo Gil,
justificándose ante la crítica situación en el que mantiene en el territorio de
su jurisprudencia, aludirá que no ha recibido el presupuesto de parte del
estado para canalizar a ese tipo de acciones primordiales que debe de ofrecer a
la ciudadanía.
El gobierno de Javier Duarte de Ochoa, se sabe que no le ha dado gana de
entregarle los recursos a los municipios, acto que afecta a no tan sólo el
director de Limpia Pública, sino a la sociedad misma, que en resumen es quien
pague “los platos rotos” sobre las corruptelas de los gobernantes.
El asunto no termina ahí gentil lector. La situación crítica no se concentra en
la cuadra donde habita; sólo basta hacer un pequeño recorrido a cualquier punto
de la conurbación –Veracruz-Boca del Río-Medellín de Bravo- para constatar que
la situación no varía mucho de un municipio a otro. Baches y cráteres lucen en
un 80 por ciento de las vialidades en toda la conurbación, áreas verdes
olvidadas, etc.
Derivado de la falta de recursos en los ayuntamientos, estos no han logrado
llevar a cabo su Plan de Obras, los cuales estaban supuestamente calendarizados
para que en este año, se aplicaran los recursos a diversos sectores.
¿Dónde está el dinero de los ayuntamientos? ¿Cuál es la causa por el que
gobernador del estado, no se los ha entregado? ¿Jineteo? O de plano, ¿Ya se lo
gastó?
Vaya usted a saber cuáles son las razones específicas, pero al final, quienes
sufren las consecuencias de la corrupción en los tres niveles de gobierno es el
ciudadano.
El problema es que no se sabe cuándo se acabarán los malos gobernantes.
Desafortunadamente cuando pensamos que se ha visto el peor, el próximo edil o
ejecutivo estatal lo desbanca. Ejemplos simples hay muchos, sólo basta recordar
el mal gobierno de Jon Rementería Sempé al cual se caracterizó por aprovecharse
del poder y no hacer absolutamente nada; pero Carolina Gudiño Corro, en los
tres desastrosos años de mandato, se esforzó muchísimo en ser hasta el día de
hoy, la peor alcaldesa del municipio de Veracruz.
¿Será que Ramón Poo Gil la quiera desbancar? Le daremos el beneficio de la
duda.
Y que lo “cachan”
Al parecer al gobernador del estado, Javier Duarte de Ochoa no le preocupa
hundir de la manera que lo está haciendo al estado de Veracruz. Pretender pasar
de humo una iniciativa en el Congreso del estado –apoyado por los legisladores
priístas- la cual le permitiría un financiamiento de cuatro mil millones de
pesos, es verdad un acto de literal insensatez.
La hazaña fue “balconeada” al ser infiltrado en un rotativo local, y más tarde,
la presidenta de la Mesa Directiva del Congreso local, María Guadalupe Ingram
Vallines tuvo que anunciar que dicha iniciativa sería anulada por votación.
Mientras tanto, diputados priístas horas antes negaban que dicha iniciativa
existiera y se atrevieron a demeritar al periódico que dio la primicia; su
“defensa” se vino abajo luego de que ellos mismos al votar en contra de esta,
aceptaban su existencia.
No es culpa de los ciudadanos que todas las declaraciones proveniente de parte
del gobierno duartista, sean consideradas falacias. Mienten por el placer de
mentir, aunque no haya necesidad de hacerlo. Este es el tipo de política que
actualmente existe en el estado, por lo tanto, no es culpa de los veracruzanos
sentir la animadversión que estos le producen.
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