Veracruz, Ver.- El rostro juvenil y jovial de Carla Jacinto no
permiten imaginarse el infierno en el que vivió durante cuatro años en los que
fue prostituida; cada día, la violaban al menos una treintena de veces. Su
testimonio es sólo una muestra del negocio que históricamente ha sido uno de
los más importantes para el crimen organizado, el tráfico de personas que son
abusadas en todos los sentidos.
Los golpes que su madre le propinaba todos y cada uno de los días la
lastimaban, no sentía pertenencia en ningún sitio, más que cuando jugaba con
patinetas en el parque, en donde un día un niño le ofreció de su canasta de
dulces un caramelo que le manda un chico, que la observaba de lejos, ella, una
niña de 12 años, lo aceptó emocionada.
“Yo llegué ahí porque me enamoraron, iba en primero de secundaria y lo conocí,
en menos de una semana me fui con él, imagínense no tener una familia como la
mía y no tener a quién platicarle tus problemas, todo lo que puede pasar en una
semana”.
En la trata de personas inciden varios factores de acuerdo con el diagnóstico
realizado por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), entre ellos
están la pobreza, la marginación, el desempleo, la falta de escolaridad, la
desintegración o la disfunción familiar, la violencia doméstica, las
desigualdades, la baja tasa de matriculación escolar, así como la condición de
migrante, la pertenencia étnica y otros factores culturales.
“Después me dijo que fuéramos a Puebla, me dijo que si no tenía amigas, le dije
que no tenía, (…) intercambiamos teléfonos, pasa una semana y le marqué por
curiosidad, él me dice: ‘hola princesa cómo estás, te quiero ver’, yo tenía 12
años, lo veo otra vez y me dice lo de Puebla, le dije que sí, tres meses me dio
amor, afecto, cariño y lujos y después me dijo: tienes que trabajar”, explicó
la joven de ahora 23 años.
La trata de personas es el tercer negocio ilícito más lucrativo del mundo, sólo
superado por el tráfico de drogas y de armas, las ganancias que genera año con
año oscilan los 32 mil a 36 mil millones de dólares, aproximadamente, de
acuerdo con las estimaciones del Foro de Viena para combatir la Trata de
Personas.
Durante la estancia de Carla en esa vivienda en Puebla, notaba que los amigos y
primos de quien le prometió hacerla su esposa, llegaban cada día con una joven
diferente, entonces escuchó por primera vez la palabra “padrote”.
“Le pregunté que qué era eso, y me explicó que las chavas cuando trabajan en la
prostitución él era el que las cuidaba, después me dijo que él se iba a casar
conmigo”.
No pasó mucho tiempo para que él le diera una instrucción precisa, tenía que
comenzar a trabajar en el mismo negocio, lo primero que hizo fue llevarla a un
prostíbulo donde no la aceptaron porque se veía muy joven y no tenía credencial
de elector. “Me tomaron unas fotos infantiles y al otro día llegaron con la
credencial de elector, de 12 a 18 años en un día, mismo nombre, 18 años”,
afirmó.
Los niños, niñas y adolescentes representan 21 por ciento de las víctimas de explotación
sexual y 27 por ciento de explotación laboral de acuerdo con la Organización
Internacional para el Trabajo (OIT). En México las cifras indican que el número
de niños y niñas sometidos a esclavitud sexual es de 16 mil 13 mil y 20 mil
(Inegi, Unicef, DIF); mientras que otros estudios indican una cifra mucho mayor
que asciende a 70 mil, de los cuales 50 mil son explotados en las zonas
fronterizas y 20 mil en el resto del país. Respecto del total de las víctimas,
hay estimaciones que oscilan entre los 50 mil y 500 mil casos.
Carla fue enviada a Guadalajara con La Morena otra joven que también era
víctima de trata y explotación que le explicó lo más básico de lo que sería su
nuevo empleo, cómo utilizar un condón, después le puso la faldita, las zapatillas
y la enviaron a su primer día de trabajo. “La primera vez fue lo más horrible,
12 años, uno tras otro pasó por mi cuerpo sin respetar absolutamente nada de
mí, imagínense a su hijo en esa posición, a los niños los visten de niñas para
trabajarlos (…) cuando uno es víctima de trata piensa que es un objeto que se
usaba y desechaba”, afirmó.
Cada día al menos una treintena de hombres abusaba sexualmente de ella,
tocándola y haciéndole cosas que determina son indescriptibles. Lo peor es que
había chicas aún más pequeñas que ella, niñas que llegaban con ocho años,
incluso vio llegar bebés que eran violados por sujetos sin escrúpulos que
pagaban por ello.
Escapar no era una opción, la violencia psicológica y física que los tratantes
usan contra sus víctimas es lo que las mantiene cautivas, amenazas y todo tipo
de maltratos físicos y emocionales. “Muchas veces quise escapar, mi familia e
hija estaban de por medio, sino hacían lo que ellos querían me decían que
mataban a mi familia, me enseñaban una foto de mi mamá y me hacían hincarme
enfrente de ella con la pistola en la frente”, narró.
Carla tuvo dos abortos, uno de ellos, al poco tiempo de haber ingresado a esta
red y a pesar de los cuidados que quien la enamoró, tenía sobre su control de
natalidad con el uso de pastillas anticonceptivas y condón. “Me pegaban con
puños cerrados, me daban de patadas, me pegaban con cables, palos, me jalaban
de los cabellos, me tiraban al suelo, me quemaron con una plancha y me
obligaron a abortar (…) me dan una pastilla, una bucal y una vaginal, siento
que me bajan dos coágulos, cuando los vi, ya estaba formado el feto, eran
gemelos”, afirmó.
Carla volvió a embarazarse tiempo después, su captor la dejó tenerlo,
amenazándola todos los días como matarla a ella y al bebé en caso de que se
enterase que no era su hijo. Ella trabajó desde el momento que supo que estaba
embarazada hasta los ocho meses de gestación, sin que ninguno de sus clientes
reparara en su estado, al menos en no tratarla tan mal.
El informe de la CNDH indica que las víctimas de trata sexual resientan mayor
impacto, pues la explotación implica ser ultrajadas sistemáticamente, lo cual
tiene efectos devastadores en su salud mental y física.
Un “ángel” fue enviado para darle a Carla el valor y coraje para escapar de la red
de trata que la tenía atrapada desde hacía cuatro años. Un señor que llegó
hasta ella, se hizo pasar por un cliente y le dijo que sólo quería pagar para
platicar. “Después de mucho tiempo de que me insistiera acepté, ahí no podías
hacer nada, mucho menos platicar con un cliente, pero él me metió tantas ideas
en la cabeza y cuando vi una oportunidad para escaparme, lo hice, él murió en
septiembre, dos años después de que ya había salido de la red de trata y
después de que me comuniqué con él para agradecerle y decirle que ya estaba
esperando a qué hotel entraría a trabajar a un curso de hotelería (…) murió al
otro día, feliz”, aseguró.
Carla pudo recuperar a su hija, ahora vive con ella y su otra pequeña a quienes
trata de formarlas para que no tengan que pasar por el infierno que ella vivió,
además da pláticas alrededor de todo el mundo, en la más reciente estuvo frente
a un grupo de alcaldes de diversas ciudades y frente al papa Francisco,
acompañada de la joven que pasó dos años encadenada en una Lavandería en
México, víctima de la explotación laboral.
Panorama en Veracruz
Después de un trabajo de campo que se hizo entrevistando a varios tratantes que
ya están encarcelados, Rosi Orozco, ex legisladora federal y presidenta de la
Comisión Unidos contra la Trata, aseguró que los lugares que tienen mayor
incidencia en Veracruz son el puerto de Veracruz, Misantla, Naolinco,
Cocoatzintla, Orizaba, Córdoba, Martínez de la Torre y Trapiche del Rosario.
“Por ejemplo, ellos –los tratantes encarcelados– me contaron que en Martínez de
la Torre la gente se enteró cómo trabajaban, y ya no se podía ir como antes a
buscar chicas porque la gente ya sabía cómo operaban. Ellos llegaban con carros
lujosos, lo primero que hacen es enamorarlas, después las quebrantan y las obligan
a prostituirse, por ejemplo a Carla al mes de que nació su bebé se la quitaron,
el captor la tuvo más de un año sin que pudiera ver a su bebita, cuando le
regresaron a su hija, traía su mejilla quemada”, dijo.
La Organización Internacional para las Migraciones ha detectado un incremento
sistemático en la venta de niños guatemaltecos en la frontera sur, en estados
destino como Chiapas, Tabasco, Oaxaca y Veracruz.
El estado de Veracruz es uno de los pocos que cuentan con una ley especial,
publicada el 5 de noviembre de 2010. El 21 de marzo de 2013 se modernizó a
través de la publicación en la Gaceta Oficial del estado el decreto que expide
la Ley número 821 para Prevenir, Sancionar y Erradicar los Delitos en Materia
de Trata de Personas y para la Protección y Asistencia a las Víctimas de estos
Delitos del Estado de Veracruz, que en su artículo ocho y siguientes tipificaba
los delitos en materia de trata de personas. La descripción típica difería de
la establecida en la ley general, pues conservaba los medios comisivos como
elemento del delito, lo que fue corregido con el decreto de reforma del 9 de
mayo de 2013.
Las autoridades federales informan a la CNDH que la incidencia, de captación,
traslado y explotación de víctimas de trata se da en los siguientes estados:
Tlaxcala, Distrito Federal, Puebla, Tamaulipas, Tabasco, Veracruz, Chihuahua,
Guanajuato, Querétaro, Baja California, Nuevo León. En cada una de ellas hay
especificadas zonas y rutas de enganche; en la entidad son Minatitlán, Córdoba,
Veracruz, Acayucan, Poza Rica de Hidalgo, Tuxpan, Misantla, Cosamaloapan,
Ixhuatlancillo, Emiliano Zapata, Tlapacoyan, Coatzacoalcos, San Andrés Tuxtla,
Perote, Huatusco y Orizaba.
Las averiguaciones previas en Veracruz han variado, de 10 en 2009, cuatro en
2010 y 2011; ocho en 2012 y dos en 2013 con sólo tres consignaciones. Hoy se
celebra el Día Mundial contra la Trata y se invita a todos los ciudadanos a
combatirla desde su trinchera.
FUENTE: LA JORNADA VERACRUZ