¿QUÉ TAL DURMIÓ, SEÑOR GOBERNADOR?
Guadalupe Loaeza
No me diga, señor gobernador Javier Duarte, que
esta noche durmió bien. No me diga que no sabe todo lo que está pasando en su
estado. Y tampoco me diga que a pesar del asesinato del fotoperiodista Rubén
Espinosa, junto con cuatro compañeras, podrá usted, a partir de ahora,
conciliar el sueño. ¿Qué acostumbra tomar para dormir? Me temo que dentro de
unas horas se verá usted obligado de duplicar la dosis porque a raíz de estos
asesinatos a usted y su gobierno se le van a poner las cosas color de hormiga.
Empecemos desde el principio. ¿Se acuerda de la foto de la portada de la
revista Proceso en donde aparece de perfil, caminando, con un vientre
particularmente abultado y un rostro de "muy pocos amigos"? Por
añadidura lleva una gorra policiaca.
¿Se acuerda que en esa ocasión mandó usted
comprar la revista a granel cuyo título decía: "Veracruz, estado sin
ley", porque no quería que nadie la viera? Bueno, pues a partir de esa
publicación, Rubén Espinosa empezó a ser víctima de acoso y golpes. Vayamos por
partes, el 14 de septiembre del 2013, las fuerzas de seguridad lo golpearon
durante un desalojo de la CNTE de la Plaza Lerdo en Xalapa. El 7 de junio de
este año, el fotoperiodista denunció acoso cerca de su casa, en Xalapa, vía
redes sociales. El 9 del mismo mes salió de Veracruz hacia el DF. Rubén le
comentó al director de la agencia Cuartoscuro, Pedro Valtierra, que lo estaban
persiguiendo en el Distrito Federal. Era tal su miedo, que incluso buscó a la
periodista Lydia Cacho, para preguntarle: "...cómo se aprende a procesar
una interminable cantidad de amenazas de muerte, unas veladas y otras claras y
directas?". En su texto titulado "No se mata la verdad",
publicado en Aristegui Noticias, Lydia describe los síntomas del joven
reportero: insomnio, falta de apetito y depresión, a la que Espinosa siempre quiso
llamar tristeza, para no invocar "su dura presencia cotidiana, eran
enemigos con los que había que acostumbrarse a vivir".
La autora de Los
demonios del Edén le recomendó una terapeuta especializada en estrés
postraumático, "ese síndrome que se convierte en daño colateral de la
labor de periodistas y de quienes defienden profesionalmente los derechos
humanos". Rubén aprendió a entrenar a sus colegas en asuntos de seguridad,
aprendió cómo documentar gráficamente las injusticias, las manifestaciones y a
hacer estrategias de seguridad personal. Finalmente Rubén se autoexilió en el
DF en un departamento en la colonia Narvarte con amigas cercanas, como la
activista y antropóloga Nadia Vera, quien pertenecía al movimiento #YoSoy132 de
Xalapa y a quien también asesinaron. ¿Se acuerda de ella, señor gobernador?
¿No? Bueno, pues Nadia Vera era integrante de la Asamblea Estudiantil de
Xalapa. Fue una de las agredidas por los policías de la Secretaría de Seguridad
Pública en Veracruz durante el desfile del 20 de noviembre de 2012, cuando
protestaba en contra de las elecciones presidenciales, el PRI y por los
periodistas asesinados en la entidad.
Por cierto, su participación en el
reportaje especial de Rompeviento TV: Veracruz: la fosa olvidada, fue
fundamental. ¿Ya vio usted el video? Está espeluznante. He aquí un pequeño
fragmento de lo que dice Nadia: "Nos empieza a preocupar mucho porque
empieza a elevarse el índice de desapariciones a partir del 2010 con la entrada
de Javier Duarte como gobernador. La violencia se empieza a destapar, entonces
sí nos empieza a preocupar porque resulta que nosotros empezamos a ser el
producto que ellos necesitan. Aquí el producto, o sea a ti te agarran como
mujer para la trata, a ti te agarran como estudiante para el 'sicariato' como
decía el compañero. O sea aquí el problema somos todos nosotros que les
estorbamos, tanto al gobierno como al narco. Entonces estamos entre dos frentes
o sea de represión ilegal y la legal. Porque el narco es el que gobierna en
este estado, el narco es el que está rigiendo, los Zetas literalmente son los
que tienen todo, todo, todo este estado manipulado".
Permítame recordarle, señor gobernador, las
palabras de la última entrevista que Rubén Espinosa pronunció para el portal
Sin Embargo: "Es triste pensar en Veracruz, no hay palabras para decir lo
mal que está ese estado... (...) La muerte escogió a Veracruz, la muerte
decidió vivir ahí".
¿Cuánto tiempo vivirá la muerte en su estado,
señor gobernador? ¿El tiempo que le falta por gobernar? Mientras tanto, deseo
que esta noche y las que vengan, duerma muy mal.
gloaezatovar@yahoo.com
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