Ruleta Tuxtleca
Si
realmente pretendió ponerse bajo el escrutinio de la sociedad en su conjunto y
al mismo tiempo se colocó la soga al cuello para ahorcarse política y
administrativamente ante su pueblo, habría que reconocerle los tamaños ante
fenomenal odisea en tiempos turbulentos.
“Los
más de 10 mil asistentes a la fiesta que me mostraron su apoyo, cariño,
afecto y respaldo no me los quita nadie”
alardeó el protagonista de ésta historia.
A
una fiesta todo mundo va y más si te invitan cordialmente y mucho más si se
trata de algún actor político en activo como es su caso.
Y
más, pero más y muchísimo más si se trata de la primera “autoridad” de tu
pueblo, pues como suele decirse en estos tiempos “vivir fuera del presupuesto
es vivir en el error”.
El
hombre lleva más de un año y nueves meses sosteniendo el timón del barco
administrativo, tiempos de desgastes políticos, administrativos y financieros,
tiempos de críticas y señalamientos, de fortalezas y debilitamientos, de
análisis y reflexión, de un “yo soy y aquí estoy; yo quiero, yo puedo”. ¡¡T ´as
muy cabrón!!.
Acostumbrado
a estar en medio de la tormenta y en el ojo del huracán, el hombre también ha
capoteado sus desafíos políticos y enfrentado con entereza los retos propios;
que aun raspado y medio se ha salido con la suya, claro ejemplo la imposición
que hizo de su hijo putativo Juan Carlos Perrtin, en la suplencia de la
diputación federal, aun y cuando sabía perfectamente el costo de la “estrategia”
y que a la postre habrá de pagar muy cara esa factura al propietario de la
estafeta.
Y
es que, mire usted, tras la mega “madriza” política y administrativa, asestada
en forma por demás viral en las redes sociales del Facebook y Twitter con acres comentarios para él, y, aunado a
los “desplegados” en primera plana de varios medios impreso y digitales a nivel
estatal y Nacional, haciendo alusión al derroche de recursos para celebrar sus
47 años, en un municipio donde existen innumerables cinturones de miseria y
pobreza extrema y que está enlistada en la Cruzada Nacional contra el Hambre,
Manuel Rosendo Pelayo, alcalde de San Andrés Tuxtla, salió al paso en medio de
la tormenta y pretendió darse baños de
pureza ante una cuarentena de representantes de los diversos medios masivos de
comunicación, a lo mejor pretendiendo defender lo indefendible.
En
su propia casa y de entrada, dijo ser respetuoso de las críticas vertidas en
los diversos medios masivos de comunicación y que nunca jamás ha vertido
amenaza alguna a algún reportero, precisando que ha sido respetuoso y tolerante
ante los señalamientos realizados por los medios durante su administración.
“No
le robe a nadie, no repartí dinero ni despensas, no me sorprendieron con
tarjetas de Sedesol ni nada por el estilo, la gente que acudió a la fiesta lo
hizo con sus muestras de afecto y cariño tal y como ha ocurrido en los últimos
15 años, a mí me queda claro que se trata de un golpeteo político en los medios
por parte de detractores políticos plenamente identificados, ya no tan solo en
la aldea si no que ahora es a nivel estatal y nacional”.
¿Estará
viendo moros con tranchetes el Edil?
¿De
sus detractores o enemigos políticos quién tiene los recursos económicos
suficientes para pagar desplegados de esa magnitud?
Rosendo
Pelayo, no lo dijo a sus “amigos” de los medios, pero capoteando la tormenta
dejó entrever que el pasado sábado, una vez más y a temprana hora de su
administración y de su “poder” municipal, le tentó el agua a los camotes y al
mismo tiempo mostró el músculo político y lanzó la advertencia a los grupos
políticos extraños al municipio, que es la cabecera distrital electoral, “el poder aquí soy yo y quien quiera azul
celeste que le cueste”. Te digo,¡ t ´as muy cabrón mi Chendo!.
La
felpa en las redes sociales de cómo celebró su cumpleaños número 47 en el campo Aurelio Ballados, no se los quita
ni Dios Padre, y; sin lugar a dudas que le recargó de ego y vanidad, no por
nada alardeó que estuvieron 10 mil
invitados, las pruebas irrefutables se aprecian en dos hashtag o etiquetas en
Twitter #la culpa es de Chendo y #los amigos de Chendo en las que se muestra el
“apoyo, respaldo y cariñó de su pueblo”. “Eso no me lo quita nadie”. Evidenció.
Y
vivillo desde chiquillo, Manuel Rosendo Pelayo, el sábado también de refilón
reconoció el respaldo de quienes han contribuido no solo con su formación
personal sino con su trayectoria política.
Y
en una acción que antes ningún alcalde, diputado local o federal o servidor
público de todo Veracruz, hizo mención
especial para el gobernador Javier
Duarte de Ochoa, a quien agradeció el apoyo y el respaldo en el progreso y
bienestar de los sanandrescanos y dijo que es un hombre con gran sensibilidad
política y comprometido con el progreso de Veracruz.
“Hoy
en circunstancias difíciles, de desconfianza y en las que intereses obscuros
pretenden afectar a Veracruz, los sanandrescanos y su alcalde expresamos,
valoramos y reconocemos que gracias al gran sentido humanista de Javier Duarte,
estamos progresando y avanzando en muchos aspectos del municipio y en beneficio
de todos sus habitantes, San Andrés Tuxtla, tiene a un gran aliado de sus
causas y por eso avanzamos hacia el progreso”. (¿¿…??)
Éste
mensaje sin lugar a dudas que causo escozor en medio de la turbulencia
gubernamental y dio pie a los marrazos de conciencia para corregir el rumbo
administrativo, tanto para Rosendo Pelayo como para Javier Duarte,
indudablemente que ahora ya son tiempos de análisis y reflexión, de madurez,
prudencia y sensatez; no vaya ser que lo obtenido se les escape de la mano como
el agua, los tiempos políticos por venir requieren de unidad y eso nuestro
personaje lo sabe muy bien y más aún si realmente quiere formar parte de las
grandes ligas a la que está acostumbrada la clase política encumbrada.
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