Por Dulce Olvera mayo 24, 2016 -
En un país con
el sistema de salud público enfermo y con rezago educativo, la principal
motivación para solicitar un préstamo, de acuerdo con el Global Findex 2014, es
afrontar gastos médicos con un 27 por ciento, seguido por gastos educativos con
un 19 por ciento. Sólo el 7 por ciento se endeuda para empezar, operar o
expandir un negocio.
Solventar gastos médicos es la principal razón para solicitar un
préstamo en México. Foto: Cuartoscuro.
Ciudad de México, 24 de mayo (SinEmbargo).– En marzo el costo diario de
la canasta alimentaria básica fue de 89.30 pesos, mientras que el salario
mínimo llegó a los 73.04 pesos, de acuerdo con la Acción Ciudadana Frente a la
Pobreza. Sobrevivir con ese ingreso implica el riesgo de recurrir al
endeudamiento si se padece una enfermedad o se desea continuar estudiando,
alertan especialistas y análisis sobre el endeudamiento de los mexicanos.
El 51 por ciento de los adultos en México reportó haber adquirido un
préstamo en los últimos 12 meses, de acuerdo con el Global Findex 2014. Sin
tomar en cuenta las personas que tienen una tarjeta de crédito o solicitaron
créditos hipotecarios o automotrices, sólo el 10 por ciento de la población
obtuvo un préstamo a través de una institución financiera formal y el resto
mediante familiares o amigos.
La principal motivación para solicitar un préstamo, reportó la encuesta,
fue afrontar gastos médicos con un 27 por ciento, seguido por gastos educativos
con un 19 por ciento, mientras que el 7 por ciento mencionó hacerlo para
empezar, operar o expandir un negocio.
“Cuando se analizan las cifras de pobreza, se cree que los problemas
están concentrados ahí, en los pobres, pero los datos muestran que dado los
cambios en el patrón del consumo, se encuentra que en general las familias dedican
más de su gasto a la alimentación y eso es empobrecimiento porque brindan menos
dinero para otras cosas como educación o salud, elementos que pueden verse
resentidos”, expuso el economista Marcelo Delajara, del Centro de Estudios
Espinosa Yglesias (CEEY).
Más de la mitad de los trabajadores en el país, el 57.4 por
ciento, labora en el sector informal, lo cual priva de acceso a la seguridad
social.
Los recursos para atender a la población sin seguridad social pasaron de
108 mil 424 millones de pesos en 2004 a 236 mil millones de pesos en 2015, de
acuerdo con el “Primer Reporte Ciudadano sobre Calidad y Acceso Efectivo a la
Salud” de la Acción Ciudadana Frente a la Pobreza.
Sin embargo, el incremento no se refleja en mejores servicios médicos:
“no se surten completas las recetas de medicamentos, se generan largas esperas
para consultas especializadas, estudios y cirugías, y en ocasiones se niegan
los tratamientos”, enlista el estudio.
El 63.4 por ciento de las unidades de primer nivel urbano y el 59.5 por
ciento de las del área rural tienen fallas en el surtimiento completo de
medicamentos; una tercera parte de los pacientes no recibe los medicamentos que
se le recetan y 3.9 millones de personas tuvieron que pagar por consultas,
medicamentos o estudios de laboratorio.
En cuanto a la necesidad de endeudarse para poder seguir estudiando,
revelan datos del Instituto Mexicano de la Juventud (Imjuve), en México 31
millones de personas mayores de 15 años de edad tienen rezago educativo: cinco
millones no saben leer ni escribir, diez millones no han terminado la primaria
y 16 millones no han concluido la secundaria.
Asimismo, de acuerdo con la Secretaría de Educación Pública (SEP), en el
nivel superior se educa sólo al 30.1 por ciento de la población de entre 18 y
22 años de edad.
Respecto al uso de los ahorros y los préstamos para hacer frente a una
urgencia económica, expuso el Global Findex 2014, el 48 por ciento de la
población adulta en México estimó probable pagar una urgencia económica
equivalente a 6 mil 400 pesos en caso de una emergencia.
Entre aquellos que indicaron poder afrontar esta urgencia económica, uno
de cada cuatro mencionó que lo haría a partir de sus ahorros, mientras que la
fuente más socorrida sería los familiares o amigos en un 51.2 por ciento.
CRÉDITO VÍA TARJETAS
La tarjeta de
crédito es el producto crediticio con el mayor número de contratos. Foto:
Cuartoscuro.
Las instituciones bancarias (múltiple y de desarrollo) ofrecen créditos
personales, de nómina, grupales, ABCD, hipotecarios, automotrices y las
tarjetas de crédito. Las sociedades pertenecientes al sector de ahorro y
crédito popular, por su parte, brindan créditos al consumo y a la vivienda.
De acuerdo con el Reporte Nacional de Inclusión Financiera 2016 de la
Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), dentro de la banca múltiple, la
tarjeta de crédito fue el producto crediticio con el mayor número de contratos.
Al cierre de junio de 2015, el total de contratos de este producto alcanzó la
cifra de 27.7 millones: alrededor de 1 de cada 2 contratos de crédito
corresponden a tarjetas de crédito.
Banamex es el banco con mayor crecimiento, superando un millón de
contratos adicionales respecto de 2013, seguido por Bancoppel con 645 mil
contratos adicionales en el mismo período.
Los créditos personales son el segundo producto crediticio más numeroso
con 11.3 millones de contratos (el 22 por ciento del total de contratos de
crédito). Banco Azteca (47.8 por ciento) y Banco Ahorro Famsa (21.2 por ciento)
fueron las instituciones con mayor participación al cierre de junio del año
pasado.
Banco Azteca ofrece a los consumidores de bajos ingresos préstamos
a largo plazo para pagar bienes de comercio de línea blanca, electrónica o
muebles. De acuerdo con Alejandro Valenzuela, director general del banco,
propiedad de Ricardo Salinas Pliego, entre los 13 millones 500 mil
clientes, el promedio tiene alrededor de 2 mil 600 pesos en su cuenta bancaria.
El tercer producto más demandado fueron los créditos de nómina al
contabilizar 4.6 millones de contratos, es decir, 130 mil contratos adicionales
respecto de lo reportado en diciembre de 2013. En este caso, Santander fue el
banco que más crecimiento reportó, al sumar 436 mil créditos de nómina más en
comparación a lo registrado en 2013.
Dentro de la banca múltiple, Nuevo León y la Ciudad de México acapararon
los contratos de crédito. En contraste, Oaxaca, Zacatecas y Chiapas registraron
los indicadores más bajos.
En cuanto al sector de entidades de ahorro y crédito popular, el 98 por
ciento de los contratos de crédito reportados correspondieron a créditos al
consumo. A junio de 2015 se contabilizaron 2.5 millones de contratos de los
cuales Caja Popular Mexicana concentra el 52 por ciento.
En los créditos a la vivienda, a junio de 2015 únicamente se
suscribieron 62 mil contratos. La participación de las Socap corresponde
al 60 por ciento del total y Caja Morelia Valladolid concentró la mayoría con el 12 por ciento. En el caso de las Sofipo, el número de créditos a la vivienda ascendió a 25 mil créditos y Te Creemos registró el 71 por ciento de los créditos.
al 60 por ciento del total y Caja Morelia Valladolid concentró la mayoría con el 12 por ciento. En el caso de las Sofipo, el número de créditos a la vivienda ascendió a 25 mil créditos y Te Creemos registró el 71 por ciento de los créditos.
En este sector Guanajuato es la entidad con mayor cobertura, seguida de
Colima y Querétaro.
ÍNDICE DE MOROSIDAD EN MARZO 2016
La cartera total de crédito en el sector de banca múltiple creció 13.9
por ciento en marzo de este año en comparación con el mismo mes de 2015,
reportó la CNBV.
Por segmentos, los incrementos anuales fueron 15 por ciento en cartera
comercial, 13.3 por ciento en consumo y 10.3 por ciento en vivienda.
Dentro del crédito al consumo, el otorgado a través de tarjetas de
crédito aumentó 7.2 por ciento anual en marzo y representó el 40.1 por ciento
del total; los créditos de nómina crecieron 19.8 por ciento y conformaron el
24.7 por ciento de este portafolio; y los créditos personales subieron 19.9 por
ciento más y fueron el 20.4 por ciento del total.
El Índice de Morosidad (IMOR) –la relación entre el monto de la cartera
vencida respecto de la cartera de crédito total– en la cartera de consumo
presentó un nivel de 4.06 por ciento, una disminución de 0.94 pp anuales. La
cartera de tarjeta de crédito tuvo un IMOR de 4.97 por ciento, 0.43 pp menos
que el año anterior.
La morosidad de los créditos a la vivienda se situó en 3.3 por ciento,
0.41 pp menos que en marzo 2015. El crédito destinado a vivienda media
residencial alcanzó un IMOR de 3.44 por ciento, mientras que el segmento de
vivienda de interés social registró un IMOR de 10.37 por ciento.
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