Línea Caliente
Por Edgar Hernández*
¡Anima
el regreso de Morales Lechuga!
Más que la estrofa de -¡El final se acerca ya!-
pareciera un clamor generalizado poner un hasta aquí a tanto abuso de poder.
Esa necia y persistente necesidad social de que regrese la
justicia a Veracruz, misma que un día se extravió cuando dos regímenes se
entregaron a la delincuencia organizada quesque para mantener la gobernabilidad
y de paso ganar en lo oscurito carretadas de dinero.
Esa persistente contención de tanta impotencia de las familias
veracruzanas ante los interminables atropellos ciudadanos y abusos de poder y
ese esperar que algún día retornara la justicia…
Ese día, finalmente, está por sucederse.
Para el proyecto de gobierno de Héctor Yunes Landa el regreso a
la legalidad se encuentra en Ignacio Morales Lechuga, decisión que concita la
esperanza.
El proyecto arroja una luz de que espera a Veracruz un mejor
destino.
De ser así quedaran para la historia negra todo ese odio
sembrado entre hermanos, la incontable cifra de muertos en esa falsa lucha
contra los criminales y el contubernio entre la secretaría de Seguridad Pública
y la Fiscalía General del Estado, que dieron como resultado el más gigantesco
cementerio que se tenga memoria en la entidad.
La guerra sucia dejó a millares de familias en la orfandad ya
que en la mayoría de los casos hoy día no se sabe dónde quedaron sus hijos, las
esposas, los paterfamilia, los amigos, la gente con la que tenían vecindad, los
que un día desaparecieron y no se supo más, sus mujeres, sus niños.
Las cárceles se abrirán para devolver la libertad a todos los
inculpados de manera abusiva y arbitraria por una autoridad incapaz de resolver
la criminalidad y refugiada en la invención de culpables por la vía de la
tortura, igual que hace un siglo en la era porfirista.
¿Por qué no tener un gobierno que rescate la dignidad y
moralmente haga sentir orgullosos a los veracruzanos de este proyecto, es
decir, “que no seamos corruptos vergonzantes, sino que expulsemos a los
corruptos de Veracruz”, dijo ante Héctor Yunes Landa, el exprocurador Ignacio
Morales Lechuga, quien con el almirante Wilfrido Robledo Madrid, han sido
propuestos para ocupar la Fiscalía General de Veracruz y la Secretaría de
Seguridad Pública.
Ello anima.
El fincarle responsabilidades a Luis Angel Bravo Contreras y al
general habilitado –cero estrellas- Arturo Bermúdez representa el sueño de
Fuenteovejuna.
Habremos de estar preparados para resistir la revelación de las
peores páginas sangrientas de Veracruz. Ese número indeterminado de levantados
y masacrados. Preparados para cuando se abra la gigantesca fosa que está debajo
de la Academia de Policía en donde los vecinos de Emiliano Zapata afirman que
hiede día y noche.
Ello al igual que las de Tlalixcoyan, Villarín, Tuxpan y
Minatitlán. La explicación del por qué nunca se emitió la alerta de género. La
verdad de Tierra Blanca y Papantla. Los 584 desparecidos entre 2010 y 2014
reconocidos por el propio gobierno. Las 950 personas que desde que llegó Luis
Angel Bravo dice buscar y no encuentra. Las 306 llamadas “ausentes”... ¿Y se
explique qué pasó en la discoteca “Madame”?.. Y la cuota diaria de aprehensiones
ilegales que se reportaba al gobernador para convencerlo de que Veracruz era el
crisol de la paz social en donde solo se roban “frutsis y gansitos?
Son muchos, muchísimos los pasivos de un régimen que escondió en
la impunidad y abuso de poder su incapacidad que desde el arranque se manifestó
con la pila de cadáveres arrojados el pie del WTC de Boca ante procuradores y
presidentes de tribunales de justicia como una muestra de quien es el que
verdaderamente manda en Veracruz.
Lo de Morales Lechuga nos regresa en la historia de la
legalidad. La guerra sucia está por llegar a su fin.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo
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