Personal
de la Procuraduría General de Justicia de Estado de México acudió al
domicilio de Emir Garduño, acusado de lesiones, daños a propiedad ajena y
portación de arma de fuego; y quien también es investigado para conocer el
origen de sus recursos.
Imagínese
un periférico lleno de semáforos. No sirve como libramiento. Así estuvo por
años el de la zona norte de Morelia hasta que, en el marco del plan federal
para rescatar a Michoacán de la violencia, plantearon construir puentes que
agilizaran la vialidad.
Cuatro
de ellos —jugoso y cuestionado negocio— quedaron en manos de un desconocido
empresario constructor mexiquense, hoy vuelto famoso tras sus abusos a bordo de
su lujoso vehículo Rolls
Royce. Esta es la historia:
El 25
de marzo de 2014, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes federal publicó
en el Diario Oficial la convocatoria de licitación para esos cuatro “pasos
superiores”.
Las
futuras obras eran parte del “Plan Michoacán”, lanzado por el presidente Enrique Peña Nieto con un presupuesto de mil millones de
pesos para carreteras en el estado, y supervisado por el entonces comisionado
para la Seguridad y el Desarrollo, Alfredo Castillo.
En medio
de denuncias de constructores locales de poca claridad en el proceso, la mayor
parte de la licitación benefició a una constructora del Estado de México: SARO
Infraestructura S.A. de C.V., perteneciente a Emir
Garduño Montalvo, hoy nacionalmente conocido como el #LordRollsRoyce,
cuyo hermano es regidor deMetepec por
el PRI.
Licitación
en mano, Emir
Garduño Montalvo llegó
a Michoacán sin maquinaria ni empleados. SARO Infraestructura S.A. de C.V.
subcontrató a quien le hiciera el trabajo. Los proveedores de materiales de
construcción, camioneros, banqueros de arena y constructoras se abalanzaron
ante este proyecto millonario que representaba un respiro a sus finanzas tras
años de estancamiento por el control que mantuvo el crimen organizado en el
sector de la construcción.
La
sorpresa fue que apenas iniciadas las obras, la constructora de#LordRollsRoyce comenzó a incumplir en pagos. Ante la
desesperación, transportistas, proveedores y constructores solicitaron al
gobierno interceder en el caso.
En un inicio, según denunciaron los constructores locales, el
subsecretario de obras públicas de la SCT en Michoacán (lo sigue siendo),
Martín Valenzuela, les cerró la puerta bajo el argumento de que era un
conflicto entre particulares y que por tanto la dependencia no podía
interceder. Valenzuela fue contactado para esta columna, pero no respondió las
llamadas.
En medio de los reclamos, Emir
Garduño Montalvo acudió
a las obras en Morelia, donde se reunió con al menos nueve de los proveedores
de servicios y materiales afectados. Cuando el encargado de colocar la tubería
de protección en los costados de los puentes le reclamó el adeudo, según su
denuncia,#LordRollsRoyce lo amenazó
de muerte y lo
intimidó asegurando que era cercanísimo a Los Pinos.
Más
ahogados, los constructores michoacanos tocaron la puerta del entonces delegado
de la SCT en Michoacán, Roberto Cervantes. Al enterarse de las presunciones de Garduño,
Cervantes ordenó retenerle alrededor de 9 millones de pesos y destinarlos a
pagar a un primer grupo de sus proveedores. No fue suficiente. Al paso del
tiempo, #LordRollsRoyce recibió todo el dinero, hizo los
puentes con créditos y dejó sin saldar grandes adeudos a ingenieros eléctricos,
casas de materiales y obreros quienes aseguran haberse quedado, hasta hoy, sin
paga.
Quizá
parte de ese dinero circula hoy en Metepec,
en forma de Rolls
Royce.
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