¡¡¡Que estos parásitos no
te engañen!!!
Gonzalo
Guízar Valladares, Juan de Dios Sánchez Abreu (foto de archivo)
Por AURELIO
CONTRERAS MORENO
Columna
RÚBRICA
No tardaron muchos los partidos nuevos es mostrar su verdadera
naturaleza de rémoras de la política y sanguijuelas de las prerrogativas.
El Partido Encuentro Social (PES), ése que se originó como una
suerte de asociación política confesional a partir de una iglesia evangélica,
en Veracruz no es más que una recicladora de “cartuchos quemados” y de
personajes de la peor estofa.
Su dirigente estatal, Gonzalo Guízar Valladares, es de esos
políticos cuya praxis se resume en aquella máxima del priista veracruzano César
“El Tlacuache” Garizurieta: “vivir fuera del presupuesto es vivir en el error”.
Así se ha comportado Guízar Valladares en su vida política. Por
muchos años fue militante del Partido Revolucionario Institucional, que lo hizo
diputado local y federal, y en el que ocupó posiciones directivas en la
dirigencia estatal y en la de su municipio, Coatzacoalcos, así como cargos en
la administración estatal.
Emberrinchado porque en 2010 no le fue concedida la candidatura a
la alcaldía del antiguo Puerto México, Gonzalo Guízar renunció al PRI y se pasó
al PAN –en alianza con Miguel Ángel Yunes Linares–, que lo postuló para ese
mismo cargo en dos ocasiones, sin éxito.
De manera sorpresiva, Guízar reapareció este 2014 como presidente
del Comité Directivo Estatal del PES. Y su primera acción como dirigente fue
reunirse y tomarse la foto con el gobernador Javier Duarte de Ochoa, en una
suerte de “reconciliación” con su origen político.
Y se ve que llegaron a algún tipo de acuerdo para hacer del PES
una comparsa del PRI, al menos en Veracruz, aunque es previsible que lo haga
también a nivel federal. Una de las primeras “adquisiciones” de Guízar para el
nuevo partido fue Juan de Dios Sánchez Abreu, militante priista por más de 30
años y que hasta hace un mes era director de Análisis, Prospectiva y Evaluación
de la Secretaría de Gobierno del estado.
Sánchez Abreu –tristemente célebre por haber agredido a los
jóvenes del Movimiento #YoSoy132 durante un mitin de Enrique Peña Nieto en la
ciudad de Córdoba, durante la campaña de 2012– asumió este domingo el cargo de
secretario de Organización y Estrategia Electoral del PES en Veracruz, y se
presume operará desde ahí en favor de los intereses de su verdadero jefe, el
secretario de Gobierno Erick Lagos Hernández, quien el año que entra será
candidato a diputado federal por Acayucan, y que también tiene “metida la mano”
en el PRD para ese mismo fin.
Otro de los “cuadros de excelencia” que se agenció Gonzalo Guízar
para el PES es el impresentable Orfilio García Ortiz, un dizque líder social
también de origen priista, que basa ese “liderazgo” en invadir predios y
chantajear a la autoridad municipal de Xalapa con dejar sin agua a la ciudad o
bloquear sus vialidades cada que se le antoja pedir nuevas canonjías.
Tan “democrático” es Orfilio, que anunció que la organización que
encabeza, “Progresa Veracruz”, se afilió en masa al PES, y todavía se dio el
lujo de blofear con que con los 12 mil votos que le “garantiza” a su nuevo
partido, hará “perder” al PRI en Xalapa. Cuando la idea es, precisamente, todo
lo contrario.
Es por este tipo de situaciones que es tan mal vista la creación
de nuevos partidos políticos. Es demasiado fácil que se conviertan en engendros
succionadores del presupuesto que no representan nada, más que los intereses de
la misma clase política.
Absolutamente despreciables.
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