Cynthia Lobato, localizados
colaboradores cercanos al gobernador, conspicuos representantes del panismo y
legisladores azules –pero rojos por dentro- juegan contras de manera soterrada.
Con
un ojo al gato y otro al garabato buscan socavar los empeños del gobernador
Miguel Angel Yunes Linares de terminar de una vez y para siempre con las
complicidades insanas, la escalada de corrupción que nos corroe hace más de dos
lustros y gestar una nueva generación de políticos que construyan el nuevo
Veracruz.
A cien días del nuevo régimen queda al descubierto una escalada
de alianzas y complicidades que paradójicamente adelantó el Pejelagarto, Andrés
Manuel López Obrador, tras denunciar lo que ya se sabía.
La entrega de una candidatura con la bendición del PAN a la
“tapadera” del Duartismo, Ricardo García Guzmán; que el mismo partido azul
permitiera –solapado por el PRD- y el registro de la candidatura del fidelista
de hueso colorado David Velasco Chedraui.
Y lo peor.
Queda
al descubierto una prostituida relación entre localizados diputados panistas y
ex funcionarios duartistas –Juan Manuel del Castillo, Vicente Benítez, Gerardo
Buganza- en descrédito del propio jefe del ejecutivo receptáculo de todo lo
bueno y lo malo que le sucede a Veracruz.
Al descobijo pues, la complicidad de esos que se dicen cercanos
quienes se mueven abajito, en esa penumbra que les permite sobrevivir al
panismo tras la muerte del priismo y dejar anclada una posta en caso de que el
PRI regrese al poder.
¿Juego perfecto?
Ni tanto al descubrir el aparato de poder estatal las
deslealtades de casa en donde se ubica en primer término a la diputada local
Cynthia Lobato –quien hasta ahora venía gozando de todas las confianzas de
Miguel Angel Yunes-.
La
misma que en presunta alianza con Juan Antonio Nemi Dib, ex secretario de Salud
busca distraer el grave tema de la corrupción en una de las tres dependencias
que registran mayor saqueo en los últimos doce años.
Estamos hablando de la Secretaría de Salud –las otras son la SEV
y la SPP- donde se mueven fuerte corrientes distractoras que van desde la
filtración de información a modo para los legisladores, en lo particular a
Cynthia Lobato, hasta la exculpación de responsabilidades a Duartistas metidos
hasta el cuello en cuantiosos desvíos.
Resulta extraño que durante la comparecencia de Fernando Benítez
Obeso, la diputada, a unos cuantos días de haber llegado a la legislatura,
mostró tal nivel de información en su exposición de motivos que solo alguien
desde dentro –o que estuvo dentro- de la Secretaría de Salud estatal, le pudo
haber proporcionado.
La
responsabilidad apunta a Nemi, quien se ha reunido en varias ocasiones con la
legisladora.
El tema, sin embargo, va más allá.
El factor Cynthia es la punta de iceberg de los traidores
incrustados en el gobierno y en el partido que ante el alud de problemas que de
sí trae el gobernador a quien buscan tenderle cortinas de humo y distractores
para consumar alianzas no confesables que empiezan a salir a la luz pública.
¿Qué busca Cynthia Lobato con manipular la información médica
que ocultan millonarios desvíos?
Como
vocal de la Comisión de Salud y Asistencia Social no puede actuar con dilación
al demandar primero un “proyecto informativo” ante la exigencia de actuar
ministerialmente a la de ya, sobre los casos de medicamentos clonados,
extraviados o pruebas falsas de VIH.
Luego sostiene que debe indagarse sobre el paradero de la
víctimas que no recibieron los tratamientos y pruebas adecuadas para prevenir y
combatir padecimientos graves como cáncer y VIH… ¿quién y por qué se le
aconseja tales caminos, cuando la información está en SESVER y en la propia
Fiscalía?
¿Quién le pasó información tan precisa sobre “pruebas de
hemoglobina”, el “agua destilada” en ampolletas en lugar de medicamentos contra
responsables alternos desviando la atención contra quienes estaban enterados de
tal desmadre como Pablo Anaya Ribera, Juan Antonio Nemi y Fernando Benítez
Obeso?
¿Por
qué no se actúa directamente contra ex directores de los Servicios de salud y
jefes administrativos como Luis Fernando Artiga Tinoco, Timoteo Aldana, Ricardo
Sandoval, Pedro Manuel Solís y Hugo Odón Flores Lira, que fueron los que
encubrieron a los titulares arriba citados?
Cuando se sesga la información se es cómplice ¿qué no?
Pero como decíamos, es la punta del iceberg de un grupo de
yunistas que se asumen de hueso colorado pero qué en el fondo, como Cynthia
Lobato, se la pasan en el coqueteo ¿por complicidad o por alianza política? con
exponentes del duartismo que se mueven en la total impunidad.
El
más contento de todos, Juan Antonio Nemi, quien debió haber dicho que la
operación le salió más barata que con los priistas.
Algo pues apesta en ese intríngulis Lobato/Nemi.
Tiempo
al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo
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