7 de noviembre de 2020

EL CANIBALISMO DE MORENA Y SU ALIANZA CON EL PVEM


POR: VERÓNICA MALO GUZMÁN

 SÁBADO, 20 DE JUNIO DE 2020 · 02:46

“No debemos ganar el poder y perder el partido”. Frase pronunciada por Castillo Peraza acerca de Acción Nacional cuando Vicente Fox se acercaba al triunfo presidencial, pero que ahora describe las divisiones internas, choques y animadversiones que se viven al interior de Morena, el partido en el gobierno.

Lo cierto es que los agandalles habían iniciado ya hacía algunos meses, desde que Yeidckol Polevnsky había retrasado las elecciones internas y se había quedado como presidenta de Morena por más tiempo del establecido en los estatutos. Con la entrada de Alfonso Ramírez Cuellar a la dirigencia y dejando a Citlali Ibañez como secretaria general (la degradación de puesto conllevó a recordar su verdadero nombre), esto enmascaró de una forma mal maquillada una ruptura que va más allá del poder político y alcanza cuestiones muy serias de índole económico y jurídico.

El partido de la “honestidad valiente” gastó con Yeidckol 350 millones en inmuebles que Morena no adquirió, esto es, que no posee. Vamos, ni siquiera los renta actualmente con opción a compra; simplemente no existen. La auditoría interna solicitada por Ramírez Cuellar permite atisbar el tamaño de desfalco realizado por la otrora presidenta. Y se habla adicionalmente de otros 600 millones más, destinados a gastos sin comprobar.

Al mismo tiempo, como respuesta al “BOA” anunciado por López Obrador, Morena tomó la batuta y organizó un frente común para enfrentar las elecciones del 2021. Ahora se sabe que los morenistas irán acompañados por el Partido del Trabajo y el Partido Verde Ecologista de México. Demasiadas sumatorias —y muy caras— para un instituto político (Morena) que supuestamente está más fuerte que nunca, o demasiado pocas si se considera que estos partidos políticos no le aportan gran cosa (más bien nada) a la principal fuerza electoral.

Algunos de los partidarios convencidos de los distintos institutos políticos deben estar en shock o en estado de incredulidad al ver esta alianza... o quizá no; total, no sería la primera vez que presenciemos tal despropósito y contradicción. Pero es que después de haber vapuleado al PVEM como uno de los partidos de México que más se venden al mejor postor (con justa razón), ahora van de la mano del mismo para mantener y/o acrecentar su participación en el Congreso. De verdad que el “hambre” provoca comportamientos bien raros.

El Verde ha sabido ser la rémora del sistema político mexicano. Iniciando su escalada al poder en tiempos de Vicente Fox, en cada sexenio han sabido acomodarse para dar ese 1 o 2% del apoyo electoral al partido en el poder. Hoy han coqueteado con Morena y este partido ha caído ante los devaneos de dicha lacra. ¿Por qué? Insistimos, ahí radica la incógnita. Total, no nos confundamos, Morena no es obviamente ninguna blanca palomita y si buscó o accedió a la alianza con el Verde es porque como todo partido, seguramente solo busca el poder y las convicciones están de más.

Dado que los ideales son intercambiables, eso explica el canibalismo interno y la sed de hacerse de la estructura y del presupuesto a cómo dé lugar (a veces a costa de entorpecer la conducción de la gestión gubernamental federal y locales). La lucha por el poder es sangrienta, sumado la escuela de dinamitar y destruir partidos, tan bien aprendida en su paso por el moribundo PRD, del que el presidente AMLO formó parte figurando como su máximo exponente.

Sin lugar a dudas, la oposición en el país sigue enclenque, falsamente fortalecida por el pitorreo de BOA. No hay candidatos y tampoco líderes que puedan establecer una agenda paralela a la dictada diariamente por López Obrador. No han sabido establecer distancia y empezar a marcar los temas que en realidad preocupan y ocupan el acontecer nacional. Fortalecer la cantaleta diaria, solo los debilita (aún más) y consolida el mensaje matinal de la 4T. Pero todo parece indicar que las pocas figuras que existen en Morena tampoco son de presumir; AMLO no cuenta con ellas para salir victorioso en el 2021, en eso ha sido muy claro.

El dedo flamígero utilizado muchas veces por Morena para señalar las conveniencias del Verde, se torna contra ellos mismos en esta alianza demencial. Pero tendrá éxito si eso complica que la oposición rompa la hegemonía en el Congreso federal en las votaciones federales intermedias, la cual sigue teniendo el sustento de la fuerza y popularidad de López Obrador.

Las pifias del actual gobierno aderezadas ahora con este canibalismo al interior del partido y su terrible alianza servirán para apoyar a la oposición, pero no sabemos si lo suficiente como para ponerle trabas al presidente AMLO en la consecución de su proyecto de transformación nacional.

Por VERÓNICA MALO GUZMÁN

VERONICAMALOGUZMAN@GMAIL.COM

@MALOGUZMANVERO

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