Esa frase de “usar cubrebocas es no confiar en dios”, demuestra ignorancia total sobre el tema…
Las declaraciones del
obispo contradicen lo que hasta ahora se ha comprobado científicamente: el uso
de cubrebocas sí ayuda a reducir el riesgo de contagio por COVID-19.
Antonio González
Sánchez, obispo de Ciudad Victoria, Tamaulipas, aseguró el domingo que usar
cubrebocas para protegerse del COVID-19 es no confiar en Dios.
En su misa del domingo,
transmitida en el perfil de Facebook 'Diócesis De Ciudad Victoria', González
Sánchez invitó a los feligreses a que pidieran "de verdad y de
rodillas" que la pandemia se acabe.
"Póstrate de
rodillas y pídele al padre Dios que esto ya pase y sobre todo que nos quite el
miedo", señaló el obispo.
Agregó que quizá se
enferma, pero que el uso de cubrebocas es no confiar en Dios.
"Para mí, a nivel
personal, el famoso cubrebocas es no confiar en Dios. Yo entiendo que a lo
mejor mañana estoy enfermo porque no soy inmune a nada. Pero, así como me ven
mi rostro (sin cubrebocas), ando así porque confío mucho en Dios. Piénsenlo, no
les voy a pedir que se lo quiten", señaló.
Las declaraciones del
obispo de Ciudad Victoria contradicen lo que hasta ahora se ha demostrado
científicamente: el uso de cubrebocas sí ayuda a reducir el riesgo de contagio.
La Organización Mundial
de la Salud (OMS) ha repetido en varias ocasiones que se reduce el riesgo de
contagio cuando una persona, que puede ser asintomática, lo usa.
Hay menos dispersión de
microgotas al momento de hablar o respirar con el cubrebocas puesto; por tanto,
si otra persona usa su tapabocas y pasa a menos de un metro y medio de un
asintomático, el riesgo de contagio por COVID baja.
Por otra parte, hace
cinco días, las autoridades de Salud de Estados Unidos confirmaron que el uso
de dos cubrebocas (uno de tela encima de uno quirúrgico) puede reducir el
riesgo de contagio hasta en 96.5 por ciento, siempre y cuando dos personas que
tengan contacto usen ambos tapabocas.
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