27 de agosto de 2012

Se ve lejos un “alto al fuego”/ Piedra en el zapato


por Lilia Baizabal

El mayor mal es la falta de amor y caridad, la terrible indiferencia hacia nuestro vecino que vive al lado de la calle, asaltado por la explotación, corrupción, pobreza y enfermedad”: Madre Teresa De Calcuta
Fin de semana trágico, sangriento en Veracruz y en otros estados del país donde se reportaron más de 55 muertos, resultado de presuntos enfrentamientos entre integrantes de la delincuencia organizada, que parecen haber roto cualquier pacto y dejan un panorama todavía mas desolador ante la esperanza de un “alto al fuego”.
 
Antes y después de las elecciones presidenciales, se dejó sentir una leve disminución de los hechos de violencia, sin embargo, en las últimas tres semanas los enfrentamientos y asesinatos se han recrudecido a lo largo del territorio nacional.
Lo mismo incrementó la violencia en Zacatecas, que en San Luis Potosí, Guerrero, Michoacán, Nuevo León, Jalisco y este fin de semana, se reportan 30 muertos en el Estado de México y al menos 10 en diversas partes de Veracruz, así como otros cinco en el Bajío donde los delincuentes, colapsaron la circulación vial explotando vehículos.
 
El estado de Guerrero, reportó la aparición de 11 cuerpos mas, localizados a la orilla de la autopista.
 
A estos hechos, le agregamos el ataque del viernes 24, en contra de dos supuestos empleados de la embajada estadunidense, en la carretera federal México-Cuernavaca. La noticia corrió como pólvora en el mundo, sumando otro grave escándalo para la imagen del país.
 
Sobre este incidente, no se conoció el número de muertos o heridos porque casualmente, los cuerpos fueron retirados del lugar por integrantes de los grupos criminales, que presuntamente, participaron en la balacera. Están iniciados elementos de la Policía Federal. Y el país, ante un posible conflicto diplomático.
 
El crimen en todo su esplendor, mostrando su musculo ante las fuerzas federales y su dominio sobre el territorio mexicano. Y lo peor es que ya no se ven cuáles otras estrategias puedan funcionar por parte de las fuerzas federales para frenar estos ríos de sangre, que continúan cobrando la vida de personas inocentes.
 
Pareciera que los grupos criminales se reacomodan previo a la sucesión presidencial en el país. Lo preocupante es que ante el fallo total de la estrategia del gobierno federal para combatirlos, andan sueltos. Sí, “los demonios andan sueltos”- diría Carlos Salinas.
 
Pareciera que el mal tiene en sus manos a todo el país. Sino fuera por los pocos creyentes que elevan plegarias, por esos hijos de Dios que meditan y ruegan al cielo por el retorno de la paz al país, México ya hubiese sido totalmente destruido, como sucedió con Sodoma y Gomorra.
 
Y es que pareciera que el crimen no se pudo controlar, porque no existió voluntad política para procesar a los auténticos cerebros y cabezas del mal que dicen expertos, no están en las filas de narcos, sino en las de la política.
 
El narcotráfico siempre ha existido en el país, antes estaba controlado porque entregada sus jugosas cuotas a los políticos en turno, ellos hacían lo suyo y desde el poder se hacía lo otro. Hoy, se ha percibido que algunos grupos desde el poder, lo han manipulado a su beneficio, llevando a la nación al baño de sangre de Norte a Sur y de Este a Oeste.
 
A quién le conviene que el país entre en otro espiral de violencia, previo a que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, revele los resultados de las elecciones presidenciales del mes de julio. No hay que ser un dotado para sospechar que se busca sembrar otra cortina de humo para que todo mundo concentre su atención en las cifras de muertos y se olvide de la situación política del país.
 
Llegará el PRI de regreso a los Pinos. De eso no cabe duda pues todas las fuerzas fácticas se prepararon para eso, colocando a las piezas claves en las dependencias que revisarían los resultados de las elecciones. Y que tienen instrucciones. Otra vez, “haiga sido, como haiga sido”, llegará un presidente que ya anunció la continuación de la guerra contra el narcotráfico.
 
Queda sin embargo, la decisión de las mayorías. Nadie gobierna sin el pueblo y tendrá que llegar la hora que miles de ciudadanos salgan a las calles para exigir a las autoridades el freno a esta espiral de violencia que como dice el poeta Javier Sicilia, no terminará hasta que “no se cambie la mente y los corazones de la población, especialmente de los jóvenes”.
 
“Debemos convencer a los líderes de que su guerra contra las drogas es un fracaso total, que ha continuado y continuará haciendo no la paz, sino la violencia, la venganza, la muerte y la destrucción”, dijo en uno de sus discurso en su Caravana por la Paz, que va por el sur de Estados Unidos, solicitando el freno del tráfico de armas hacia México.
 
Los ciudadanos deben dejar la comodidad de sus hogares pensando que no les llegará la violencia y sumarse a movimientos como el de Javier Sicilia o crear otros y salir a las calles a exigir a las autoridades de México y de Estados Unidos, la aplicación de nuevas políticas que eviten la violencia, muerte y destrucción en todos los rincones del país.
 
Urge la definición de otras estrategias para resolver el tráfico de drogas, jamás acabará mientras los gobiernos no apliquen políticas de salud para advertir a la población, el daño que ocasiona al individuo el consumo de enervantes en todas sus presentaciones.
 
Mientras México y Estados Unidos no se unan en la definición de políticas para resolver la guerra contra las drogas, el tráfico de armas, lavado de dinero, respeto a los derechos humanos, migración, entre muchos otros problemas, continuará el país aportando el mayor número de muertos.
 
Al país no le conviene el crecimiento de esta espiral de violencia que tarde que temprano, cruzará la frontera. Cuando eso suceda, los vecinos tendrán el pretexto ideal para continuar impulsando sus fueros y sacar provecho, la historia revela cómo se perdió la mitad de territorio tras crisis políticas como la que ahora se enfrentan.
 
Esta visto que el desaliento que prevalece en el país, es producto de la inmoralidad, quebranto, de las alturas. Nuestros políticos continuarán imponiendo sus oscuros intereses y miserables sueños en detrimento de la patria, mientras que las mayorías lo permitan. Aquí está el detalle.
 

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