Édgar Escamilla
Ixhuatlán de Madero, Ver.- Estudiantes, académicos, campesinos y organizaciones conforman frente común para la defensa de sus territorios ante la cada vez más inminente llegada de las empresas petroleras extranjeras y nacionales que buscarán extraer el hidrocarburo de los yacimientos inmersos en la llamada cuenca Tampico-Misantla; así como para manifestarse y exigir al gobierno mexicano la prohibición de la técnica de perforación horizontal y fracturación hidráulica, conocida como fracking.
A decir de los ejidatarios de la zona norte de Veracruz, existe el temor de quedar indefensos y perder su poco patrimonio una vez que las compañías petroleras lleguen a sus territorios, bajo la figura de servidumbre legal. Por tal motivo se están organizando para formar un frente común en toda la región. Prueba de ello es el reciente taller de capacitación para formadores comunitarios, realizado en la sede de la Universidad Veracruzana Intercultural (UVI) Huasteca, ubicada en el municipio de Ixhuatlán de Madero.
Entre otras acciones, se estarán realizando talleres informativos y de capacitación en diversas localidades de Chicontepec, Zontecomatlán y el propio Ixhuatlán; áreas que podrían ser afectadas por la aplicación de la técnica extractiva fracturación hidráulica.
El fracking consiste en la perforación vertical hasta profundidades de 5 mil metros para alcanzar los depósitos de esquisto, un material rocoso poroso donde se encuentra atrapado el hidrocarburo, según lo comenta el investigador de Fundar Centro de Análisis e Investigación, Francisco Cravioto. Una vez alcanzado el yacimiento, es bombeado líquido a alta presión; hasta 30 millones de litros de agua mezclada con un coctel de químicos, algunos de ellos radiactivos y cancerígenos.
Después de varios ciclos, la mezcla es depositada en pozos letrina, donde permanecerán bajo tierra, incrementado el riesgo de contaminación de los mantos freáticos. También afecta al paisaje en la superficie, pues se requiere de una inmensa red de caminos para el acceso de los autotanques hacia los pozos, que se perforan a una distancia no mayor a dos kilómetros entre uno y otro.
Aunque en la legislación se abordó la prohibición de la expropiación de las tierras, se dejó la figura de servidumbre legal, en la cual los ejidatarios o propietarios de los predios donde se ubiquen los yacimientos, se verían obligados a arrendar sus tierras durante el periodo en que se realicen los trabajos, pero al concluir, se les entregarían no aptas para el cultivo.
En la capacitación de los ejidatarios, estudiantes y académicos, participan organizaciones civiles como la Alianza Mexicana contra el Fracking, la Red Unidos por los Derechos Humanos, Lavida y la propia UVI Huasteca.
Alejandra Jiménez, de la Red Unidos por los Derechos Humanos, mencionó que a pesar de la caída en los precios internacionales del petróleo, las organizaciones que se encuentran abogando por la prohibición del fracking en el territorio nacional no bajarán la guardia y seguirán insistiendo ante el gobierno para que sea prohibida por ley.
Uno de los argumentos legales que persisten para evitar el despojo de las tierras se encuentra plasmado en el artículo 60 de la Ley Agraria, que exige la autorización por escrito del o la cónyugue e hijos antes de que el ejidatario pueda ceder sus derechos ejidales.
Sin embargo, se teme que se encuentre en vísperas de ser reformado en el Congreso de la Unión para facilitar el ingreso de las compañías petroleras y que éstas se apropien de los terrenos ejidales donde extraerán el crudo mexicano, según lo advierte el activista Óscar Espino.
“No bajaremos la guardia y seguiremos realizando una campaña activa en todos los municipios que se verán afectados por la aplicación del fracking para la extracción del petróleo y gas de lutitas”, reafirmó Alejandra Jiménez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario