Un niño vendedor de dulces entró al salón Jesús
Reyes Heroles, del edifico del PRI, durante el registro de precandidatos.
En un momento de receso, entre el registro de un candidato y otro, el niño subió al estrado, donde se encontraban los integrantes de la Comisión de Proceso Internos del Partido, que encabeza Carlos Brito Gómez.
Recorrió la mesa, lugar por lugar, ofreciendo sus golosinas, sin éxito. Los políticos le esquivaron la mirada, e hicieron como que no lo escuchaban.
Cuando llegó delante de Brito Gómez, lo recibió una mirada dura, de esas que recorren de arriba abajo. Aún así, el menor se animó a decirle algo inaudible a la distancia, Carlos Brito contestó algo, también imperceptible para el oído humano, hasta la zona de prensa, pero sus palabras se acompañaron con un ademán que señaló la salida del recinto.
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