Columna: Fuera de Foco
No hay peor enemigo para un
mortal, que regocijarse de un título que no cuenta, ya sea porque jamás tuvo la
oportunidad de estudiar o de plano porque no pudo con la carrera. Si cree que
hablo de un “alto” funcionario enquistado en el poder, está vez se trata más
bien de una rémora que se alimenta de lo que le avientan sus “amos” por
difundir información falsa en contra algún colega periodista -incómodo para el
poder- o por inventar historias sin sustento –que rayan en la estupidez- y
falta de credibilidad.
Existe una historia bastante “chusca” de un
sujeto que se llena la boca diciéndose “licenciado”, cuando no ha de tener ni
la licencia de conducir vigente. Le cuento la historia amable lector:
Se trata de un “fulano” –que actualmente su
única “virtud” es prestarse a cuanta sandez le solicitan de las “altas” esferas
de la política- que deambula por el puerto de Veracruz con ínfulas de
“empresario” y dándoselas de “licenciado” cuando su cruda realidad es que
no pudo salir de la carrera de Ciencias y Técnicas de la Comunicación (Facico)
impartida en la Universidad Veracruzana. Su tedioso e infructuoso intento por
sentirse un universitario se vio mellada por su incapacidad para entender lo
básico de la carrera. Fue compañero de casi los ya consolidados periodistas que
actualmente escriben o dirigen medio de comunicación en los diferentes
municipios o en la conurbación Veracruz-Boca del Río. Pasó largos ochos años en
las aulas de la Facico –cuando la carrera es de cuatro años solamente- y fue
hasta en 1992 cuando supuestamente pudo por fin graduarse y celebrar con
estudiantes más jóvenes que él las fiestas y “mojaderas” que se organizan en
relación a este gran triunfo. Para él sí lo era, pues al parecer el estudio no
era lo suyo.
Yo ingresé a la Facico en 1989 y egresé en
1993. Es decir, la suerte estuvo de lado de nuestra generación al no tenerlo de
compañero de clase. Cuentan que sus chistes y sus acciones, eran acordes
a sus incapacidades, haciendo muy difícil el poder cruzar media palabra con él.
Así que puedo decir que jamás sabré a quien le tengo que agradecer, cuando la
humanidad de los maestros, lograron que este ya por fin saliera de la carrera.
Hace poco visité mi alma mater. A lo lejos
vi a ese “regordete” personaje ingresando a la oficina del actual director,
Marcos Malpica. Pensé que su visita era porque luego de que “su amigo” ya era
la máxima autoridad de la Facico, seguro le iría a pedir dinero como es su
costumbre. Pero no, me equivoqué. Una persona que labora en dicha facultad en
el área administrativa me observaba a lo lejos. Mientras que yo estaba
instalada en una de las escalinatas del edificio, la persona finalmente se
acercó y me dijo:
“Cómo ves a este “cuate” que anda apurado
intentando solucionar un “problemota” que tiene (…) –yo atenta escuchaba-
Resulta que se llevaron sus papeles a Xalapa desde el hace cuatro meses [acto
violatorio luego de que la documentación no puede sacarse por tanto tiempo de
la facultad] porque debe de una materia de hace 23 años (…) Me da risa porque
el tipo viene desesperado pero con prepotencia a querer sorprender a todos (…)
hasta truena los dedos diciendo que viene en nombre de Javier Duarte de Ochoa
para que le pongan una calificación aprobatoria a dicha materia (…) Eso se
podrá hacer al menos que la rectora le regale la calificación y dudo que quiera
hacerlo (…) La neta no va a poder hacer nada, para porque para aprobar dicha
materia tendría que revalidarla y ese plan de estudios ya ni existe (…) Ósea,
el tipejo ya se “jodió” (…) Para su mala suerte tampoco puede volver a
inscribirse, pues resulta que en su historial queda que es un repetidor y que
no pudo con la carrera y ya no puede estudiarla de nuevo aquí (…) Tendrá que
decirle a su “amigo” el gobernador que le pague la carrera en una escuela
privada, pero ya va a salir de bastón”.
Bonita historia. Ahora entiendo y hasta
justifico su mala sintaxis y las alarmantes faltas de ortografía en cada una de
las publicaciones que hace en su medio informativo. También entiendo el por qué
dentro de sus escritos hace uso de todos los géneros periodísticos de manera
inadecuada. Nunca comprendió que estos se tenían que atender por separado y
jamás en una misma entrega. Lo admirable es que si aprendió a escribir su
nombre correctamente, no cualquiera señores, no cualquiera. Digo, no cualquiera
con el grado de ignorancia que él mantiene.
Lo asombroso de este sujeto es que el
primero que se refiere a colegas empíricos con desprecio, cuando él mismo lo
es. Indigna ver como se refiere al periodista y activista social, Moisés
Sánchez Cerezo, pues argumenta que este no es reportero por no haber estudiado
dicha carrera y casi casi instruye a la Procuraduría General de la República a
no atraer las investigaciones –luego de que la PGJE se ha portado omisa- pues
alude que este ni periodista es. Cómo si no se tratara de un ser humano y por
ser empírico, sea menospreciado por la prensa boletinera.
Lo curioso es que tampoco se refiere a un
“amigo” suyo quien es también empírico y no solamente se dice periodista, sino
hasta despacha en un rotativo local como subdirector. Tampoco alude a que el
propio alcalde de Medellín de Bravo cuenta con una enlace de prensa con carrera
en psicología, haciéndola también “empírica”.
Definitivamente, el hecho no les impide en
realizar la actividad. Hasta ahora, no existe ninguna ley que establezca la
profesionalización de la carrera, permitiendo con esto que cualquier persona
pueda –se sienta competente para ejercer la actividad- llevarla a cabo.
Más indignante es, decirse “licenciado”
cuando ni a pasante llega. También decir que fue estudiante de la carrera de
comunicación sin serlo y aunado a ello, no saber escribir correctamente. Con su
circunstancia denota [espero entienda el significado] una lastimosa falta de
formación académica, como también una lacerante falta de ilustración.
Licenciada en Ciencias y Técnicas de la
Comunicación, directora general y columnista. Sustenta su trabajo, tras 23 años
de ejercicio periodístico adquirido en diversos medios de comunicación situados
en el estado de Veracruz. Su principal objetivo dentro de su carrera
profesional es ofrecer a la ciudadanía una editorial ética y objetiva. Un
espacio donde los temas sociales y políticos, son analizadas con una visión
crítica, con la finalidad de mostrar una perspectiva sustentada y razonada
sobre la problemática social de Veracruz y de la República Mexicana.
Quejas y comentarios:
Twitter: @AGNVeracruz
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