* El procurador y las acusaciones “de oídas” * El desafuero
se puede caer * A Maryjose no la doblega Duarte * Rechaza la
Suprema Corte revisar amparo concedido a la periodista * Pablo Ventura,
el contratista favorito de la alcaldesa * El gavilán pollero y la novia
de su ex amigo * La marrana ladra a través del perro
Luis
Ángel Bravo Contreras ya se enredó. Se le ve frágil. Habla y lo contradicen. Acredita que Moisés Sánchez Cerezo está muerto. Le
refuta la familia, las organizaciones defensoras de periodistas, el Partido
Acción Nacional y hasta legisladores del PRI. Le cuesta sostener su verdad.
De origen, “Culín”, alias el procurador de Veracruz, se
extravió. Decía que a Moisés Sánchez lo había amenazado el alcalde de Medellín
de Bravo, Omar Cruz Reyes, deslizándole una aviso: Te quiere “dar un susto”.
Esa
fue su apuesta durante 23 días, supuestamente aún vivo Moisés Sánchez, el
director de “La Unión”, semanario editado en El Tejar, municipio de Medellín,
plagiado el 2 de enero.
Decía y sostenía que era una amenaza del alcalde y que esa era su pista más
sólida, quizá la única, desdeñada la del crimen organizado pese a que el
periodista denunciaba frecuentemente la inseguridad, los asesinatos, los
asaltos, los secuestros.
Moisés
Sánchez Cerezo organizó a la gente, conformó las autodefensas y difundió su
existencia. Eso irritó al gobierno de Veracruz, a Javier Duarte, al secretario
de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita, y al alcalde Omar Cruz.
Pretendieron
desmentirlo. Moisés Sánchez respondió con la exhibición de los videos en que se
ve a las autodefensas, armados con palos y palas, piedras y bates de beisbol.
Era visto como un enemigo del duartismo por exponer que si la gente no se
defendía, nadie lo haría.
Fue
entonces cuando llegó la amenaza. Corrían los últimos días de diciembre de
2014. Un amigo de Moisés se acercó a verlo. Le habló claro: el alcalde le daría
un susto. Moisés Sánchez se lo dijo a su hijo Jorge.
Perpetrado
el levantón, el 2 de enero, el fiscal Bravo Contreras se montó en la pista de
la amenaza del alcalde, su énfasis en que así lo había expresado la familia. Y
a lo largo de 23 días no se bajó de ahí.
Fue
cuestionado, conminado por la prensa crítica de Veracruz a demostrar que no
entretenía el caso. Fue acusado de simular que investigaba, como denunció
Artículo 19 en entrevista con Carmen Aristegui, en MVS Noticias. Fue instado
por Reporteros Sin Fronteras a seguir la pista del crimen organizado.
Respondió
“Culín”, el procurador, que no era un simulador y que estaba a punto de
esclarecer el caso, el miércoles 21. Obvio, sabía que Moisés Sánchez esaba
muerto. Pero hasta ahí volvió a decir, en el espacio de Carmen Aristegui, que
el alcalde Omar Cruz le había prometido “dar un susto” al periodista.
No
siguió el fiscal Bravo Contreras la pista del crimen organizado, como
recomendaba Reporteros Sin Fronteras, poderosa organización internacional. No
la seguía, pese a ser Medellín la confluencia de las rutas del narco.
“El
Fiscal ha omitido que en Medellín, caso Moisés Sánchez, confluyen los cárteles
que distribuyen droga en la región Veracruz/Boca del Río”, dice Laura Rojas en blogexpediente.mx, del columnista Luis Velázquez
Rivera.
A
lo largo de 23 días, “Proculín” no se salió del guión. A Moisés Sánchez le iba
a “dar un susto” el alcalde de Medellín, repetía.
Pero
el susto resultó algo más. En el día 23, después del levantón al periodista,
Bravo Contreras presentó el testimonio incriminatorio de su indiciado estrella:
Clemente Noé Rodríguez Martínez, un ex policía de la Intermunicipal
Veracruz-Boca del Río-Medellín, que finge no haber sabido que Moisés Sánchez
era periodista y no haber previsto el escándalo que se iba a armar.
Noé
Rodríguez dice en el video editado que presentara el fiscal a la prensa, que el
chofer y escolta del alcalde de Medellín, Martín López Meneses, les pidió “un
favor”: que “desaparecieran” a Moisés Sánchez.
¿Era
susto o era desaparición? ¿Era amenaza o era asesinarlo?
Clemente
Noé Rodríguez no recibió la orden del alcalde Omar Cruz. Dice que uno de sus
cómplices fue quien habló con López Meneses. Pero el cómplice no está detenido
ni confeso. Los cinco secuaces —“El Harry”, “El Chelo”, “El Piolín”, “El Moy” y
“El Olmos”— no aparecen.
Cuando
supieron que el plagiado y asesinado era periodista, se alertaron. Dijeron que
iban a tener problemas. Le pidieron a “El Harry” que hablara con Meneses y que
éste le pidiera al alcalde Omar Cruz que “parara la bronca”.
Pero
Clemente Noé Rodríguez, el único detenido hasta ahora, no recibió la orden
directa del alcalde ni de su escolta López Meneses. Fue, supuestamente, a
través de un cómplice que anda a salto de mata.
¿Qué
tiene, pues, el procurador Bravo Contreras? Nada.
En
la jerga de los abogados, se trata de acusaciones de oídas. Jurídicamente no
son contundentes. Jurídicamente pueden provocar que el caso se caiga.
Lo
único que pudiera salvar el ego del fiscal “Culín” es que López Meneses admita
su participación en el crimen, la petición para “desaparecer” al periodista
Moisés Sánchez, que involucre al alcalde Omar Cruz Reyes, señalando que fue él
quien dio la orden de levantar y ultimar al director del semanario “La Unión”.
De
otra forma, el caso se fragmenta.
López
Meneses, policía, subdirector de Seguridad en el municipio de Medellín, escolta
del alcalde, sabe que si no es con tortura, no lo hacen incriminarse. Por la
buenas, nada, pues en Veracruz, la madre de todas la pruebas no es la
confesión; es la picana y el tehuacán.
Es
patética la fragilidad del fiscal. Así llega el caso al Congreso de Veracruz
con una solicitud de juicio de procedencia para retirarle el fuero al alcalde
Omar Cruz Reyes y poderlo consignar.
Ya
lo advirtió el diputado priísta Juan Manuel Velázquez Yunes, presidente de la
Comisión Instructora: “Si las pruebas que se logren juntar de ambas partes no
prueban la culpabilidad, se puede revertir”.
Hugo
Fernández Bernal, diputado del PAN, sostiene: “Por las propias notas
periodísticas, veo algunos vicios, algunas situaciones de falta de claridad
muchas de oídas. Además que existe la duda que el cuerpo desmembrado sea del
periodista. En fin, creo que de inicio no hay nada claro”.
Sergio
Vaca Betancourt, ex panista, ex diputado local, abogado, le mete ruido al caso.
Sugiere que se obtenga un tercer peritaje de un laboratorio externo al
gobierno. La intención es corroborar mediante la prueba de ADN si el cuerpo
hallado en Manlio Fabio Altamirano es el de Moisés Sánchez, en apoyo al
escepticismo de su hijo Jorge Sánchez Ordóñez.
“Se
trata de un laboratorio independiente de la Procuraduría y del gobierno del
estado y solamente así aceptaríamos que se trata del cuerpo del periodista, porque
no creo que el hijo de este señor pueda confundir los restos de su padre”, dice
Vaca Betancourt, obvia la suspicacia sobre el cuerpo.
Cuestionado,
vapuleado, el fiscal Bravo Contreras pasa de una conferencia de prensa a otra.
Sostiene que la prueba de ADN confirma que es Moisés Sánchez y que fue ultimado
por los sicarios. Habla y dice. El problema es su credibilidad. Pocos le creen.
Anda
enredado. Primero siguió la pista de la amenaza, la del susto. Y así por 23
días, mientras se suponía que Moisés Sánchez estaba vivo. Y en el momento final
asegura que el encargo fue “desaparecerlo” por órdenes del presidente
municipal.
Y
lo peor: quien lo revela es Clemente Noé Rodríguez, al que no se lo dijo el
alcalde sino un cómplice que está prófugo. Todo un caso con una acusación de
oídas.
¿De
qué nivel es el fiscal de Veracruz?
Archivo muerto
Seis
meses en prisión no doblegan a Maryjose Gamboa Torales. Jurídicamente ya
derrotó a Javier Duarte, el gobernador. Políticamente aún falta. Desechó la
Suprema Corte de Justicia de la Nación la solicitud de atracción que le planteó
la parte acusadora, en un intento por mantener a la columnista de Notiver en
prisión por el atropellamiento y muerte accidental de José Luis López Burela.
Maryjose está ahí, tras las rejas, desde el 12 de julio de 2014, no por el
accidente, no por tener responsabilidad. Está tras las rejas por la inquina de
Javier Duarte, obsesivo, enfermo de poder, vengativo, incapaz de soportar las
criticas de la periodista a su deplorable manera de gobernar. La SCJN dijo no.
No ejerce la facultad de atracción para revisar el amparo que le concediera la
justicia federal a Maryjose y que demuestra que la Procuraduría de Veracruz no
pudo acreditar que conducía en estado de ebriedad ni con temeridad, y que debe estar
libre y así encarar el juicio. O sea, el caso regresa a Veracruz y será el
Tribunal Colegiado de Circuito el que analizará y determinará que se cumpla el
amparo concedido a la comunicadora. Ha sido sólo venganza. Ha sido uso
arbitrario de la ley. Ha sido la fobia de Javier Duarte a una mujer que le ha
dicho lo que 8 millones de veracruzanos piensan de él… Pablo Ventura es el
contratista estrella de Nanchital. Es quien factura los trabajos del DIF. Los
factura pero no significa que los realice. Cuentan los insiders que los trabajos los ejecuta el
personal de mantenimiento, pero el documento entra a trámite y con toda
celeridad le pagan. Pablo Ventura es el contratista estelar, pero ya viene otro
empresario que será beneficiado de mejor manera, que está en el ánimo del
titular del DIF, Eduardo Manzanilla Rico, y que será el nuevo favorito de la
alcaldesa Brenda Manzanilla. Para eso querían el municipio de Nanchital… ¿Quién
es ese funcionario municipal, el gavilán pollero, que pretendió llevarse a la
novia un operador marcelista, cortejos desmedidos, palabras melosas, acoso por
todo y a toda hora, hasta provocar el reclamo, en el límite el conflicto,
cerrado el puño y la mentada a punto de estallar? Una pista: después de Joaquín
Caballero, el alcalde, el gavilán y su ex amigo ocupan el segundo nivel… De
risa: la marrana ladra a través del perro. Y lo que aún tendrán que aguantar,
plagado su sexenio de corruptelas, abuso de autoridad, desastre financiero,
debacle social, colusión con la delincuencia, robo en la impunidad, saqueo de
las arcas, mansiones en el extranjero, desvío de recursos a candidatos del PRI
y también de la oposición, uso de aeronaves para cortejar a las damiselas del
harem. Que afine la nota la marrana pues esto apenas comienza…
twitter:
@mussiocardenas
Foto:
Selene Ugalde y expediente.mx
Acerca
del autor
Atrapado en el mundo de las letras y la denuncia social, Mussio
Cárdenas Arellano cuenta ya con un extenso kilometraje recorrido en el
periodismo. Lejano parece ya aquel 1978 cuando en Coatzacoalcos, su tierra
natal, escribió sus primeras notas. Transitó por la entrevista, el reportaje,
la crónica, el artículo y la columna política. Fue corresponsal de la revista
Proceso, Imevisión, IMER, Contralínea; fundador de las revistas Contacto,
Semanario Contacto e Informe Rojo; analista político en radio y televisión, y
ganador del Premio México por columna política, en 2009, otorgado por la
Federación de Asociaciones de Periodistas de México (FAPERMEX). Su contacto con
el periodismo viene de familia. Su padre, Mussio Cárdenas Cruz, y sus tíos
Emilio, Francisco y Paulino, constituyen una dinastía de periodistas
veracruzanos de reconocido prestigio. Actualmente escribe la columna Informe
Rojo, que se publica en portales en internet y medios escritos con amplia
aceptación entre la opinión pública.
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