Chacaltianguis, Ver. 31/1/2015.- Montículos de tierra entre cañales son vigilados por familiares de personas desaparecidas de Cosamaloapan, Chacaltianguis, Carlos A. Carrillo, Loma Bonita y Alvarado.
La esperanza de encontrar a su familiar con días, meses o hasta años de desaparición se concentra en los fragmentos de tierra removidos por un trascabo amarillo, manipulado por órdenes de la Procuraduría General de la República (PGR).
“Si me dicen ve allá y rasca, voy y rasco”, expresó una mujer cubierta con una gorra y gafas oscuras. Ella comparte una sombrilla con otra mujer que se acomodó entre los ya minúsculos cerros construidos de búsqueda iniciados la tarde del lunes.
El trascabo saca la tierra de los montículos.
La tensión se transpira con olor a caña quemada. La vigilancia es nula por parte de la autoridad local. Una camioneta de la Secretaría de Marina acompaña a los familiares convertidos en vigilantes llenos de esperanza por hallar un cuerpo, posiblemente, un hermano, esposo o hijo.
Los rumores de encontrar una docena de cuerpos fue muy grande en la zona, los vigilantes de excavación comentan poco, dudan, molestan y piden respeto por su duelo e ilusión de encontrar a su ser querido sustraído de manera violenta por secuestrados.
Los camiones de carga de caña quemada van y vienen a escasos metros de la búsqueda en el tramo que conecta con el ingenio San Cristóbal. La estrecha carretera de dos carriles enlaza con Tres Valles, municipio donde aparecieron 31 cuerpos en el mes de junio del año pasado.
La mirada fija no se despega de todo aquel que detenga su vehículo o motocicleta a lo cercano de la búsqueda efectuada con trascabo. Las familias se mueven entre al menos cuatro excavaciones en la localidad.
La más cercana se ubica a unos 20 minutos en vehículo particular recorriendo colonias irregulares, canales de aguas negras y viviendas humildes con apenas techos de lámina y paredes de tabla con filtraciones hacia el interior y exterior de la misma.
Al fondo de esas viviendas, un trascabo asoma su brazo manchado de tierra seca y trozos de caña que comienza a ponerse amarilla ante el fuerte sol de la tarde.
Aseguran que los cañales ocultaban algo más.
Los vigilantes de la zona hablan con cautela, dudan de todo y refieren trabajar en una construcción de otro cárcamo para la colonia carente de drenaje.
Los pobladores solo conocen un rumor, un supuesto hallazgo de fosas pero no confirman nada.
El exterior de la morgue de Cosamalopan luce vacía, sin olor más que a olvido. Sin información de la investigación iniciada por la PGR.
Los dos peritos del Semefo no se encuentran en el lugar, solo unas bolsas de basura reciente en la banqueta exhiben comida chatarra degustada por hormigas.
La parcela en las inmediaciones de Tilapa, municipio de Chacaltianguis, es la excavación más recurrente por familiares de desaparecidos.
La autoridad estatal de Veracruz, a cargo del ahora fiscal, Luis Ángel Bravo Contreras, reconoció en su última comparecencia que en los primeros meses del 2014 se registraron 131 secuestros, de los cuales, 14 víctimas fueron halladas sin vida.
Los casos pueden ser más con finales atroces. Un hombre en sombrero y bota que custodia los agujeros de la parcela que conduce a Tres Valles mantiene un registro personal, mantiene una esperanza de hallar a su familiar y una gran barrera invisible para exhibir su angustia convertida en furia e impotencia.
Las autoridades estatales no han dado información al respecto.
Desde hace tres años comenzó a enlistar la desaparición de personas por la Cuenca del Papaloapan, para presionar, para no olvidar que las investigaciones de los casos no avanzan ni dan muestra de llevarse a efecto.
Los familiares llegan en los primeros rayos del sol y se alistan para irse poco antes de la oscuridad, la tensión de la noche se respira entre la tierra. Su última esperanza de las supuestas fosas clandestinas terminará en la última visita de la PGR que será en 15 días.
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