3 de mayo de 2016

VIENE EL TIO FIDE A RESCATAR LA ELECCIÓN…

Entró agitado a Palacio de Gobierno, más que nada porque anda mal de las piernas. “Me esperan, hermano, me van a echar la mano porque debo el hotel, las comidas, no tengo ni para un refresco, pero siempre me ayudan”, y agregó: “pero todo va a cambiar en los días que vienen. ¿Sabes por qué? Regresa “el tío”, viene a rescatar la elección, viene a frenar a Miguel Ángel, sólo él sabe hacerlo. Deja el consulado por Veracruz”. La mirada de escepticismo fue captada por quien alguna vez fue dirigente juvenil nacional y anduvo con Fidel, vio crecer a Héctor, supo de los “secres” del nopaltepecano a los que dio oportunidad de destacar, políticamente hablando, y unos, como las macetas, no pasaron del corredor, aunque otros, a base de llegar hasta la abyección, progresaron, a tal grado que hoy son lo que son no por inteligencia, capacidad, sino por sometimiento. 
¿No me crees, verdad? Mira aquí están los teléfonos del “tío” de México y de Veracruz, porque los conserva y por allí habla con quienes le informan de como va la cosa. Ahorita debe estar ya cenando en Barcelona, pero háblale, quiere saber todo lo que pasa porque viene a poner orden. Y sí, ahí están los teléfonos con su clave y todo. “Es cuestión de horas para que llegue, me cae, te lo juro”. Su mirada se torna vidriosa, desesperada, hablar del “tío” para él significa la salvación del sistema, sólo él puede hacerlo “y el Presidente ya le dijo que sí, que intervenga para poner en orden a panistas y perredistas. Vas a ver, hasta la nuca les va a tronar”, y sigue caminando a lo que le dan sus piernas enfermas, porque “me esperan para echarme la mano, y ahora que venga Fidel todo va a estar mejor”. Y lo dejan entrar a Palacio los guardias, sin preguntarle a dónde va como hacen con otros. ¿Será?



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