El peor
gobernador de Veracruz, Javier Duarte,
a dos meses de terminar su tan cuestionado y violento mandato, vuelve a ser el
centro de indignación y reproche tanto a nivel estatal y nacional por dos
acontecimientos de está semana en sus ya tan distintivas materias: violencia
contra periodistas y corrupción.
La política prrista de Duarte lo encamina a continuar con acciones
en decremento de la sociedad hasta su último día en el poder, por ello el sello
asesino no se hizo esperar y la madrugada de este pasado miércoles
concluyó una vez más con la vida de un periodista quien pasó a ser parte de los
17 comunicadores asesinados durante su gobierno, según
el conteo de la organización social
en defensa de la libertad de expresión, Artículo 19.
Una voz más que se atrevió a denunciar las constantes
violaciones, inseguridad y corrupción que se vive en la entidad, fue
silenciada, con el fin de provocar en los demás autocensura y silencio, pese a estas formas de
amenazas del gobierno estatal, muchos comunicadores siguen sosteniendo desde la muerte de
la periodistaAnabel Flores
que “la verdad no se calla matando periodistas” por lo que seguirán
investigando e informando.
Pedro Tamayo Rosas
de 45 años, periodista que trabajaba para los diarios Al calor Político y Piñero de
Tierra Blanca,Veracruz, una de las zonas más violentas
de la entidad -donde también este año sucedió la desaparición forzada de 5
jóvenes- fue asesinado frente a su familia, afuera de su hogar y cabe recalcar
que tanto él como su esposa ya habían recibido amenazas a principio de
año.
“Le intervinieron el teléfono y posteriormente le dijeron textualmente que le dijera a su marido que ‘le
bajara de huevos y que dejara de estar chingando al Fiscal y al Gobernador’”,
declaración publicada en medio El Piñero.
Este caso se suma a 17 más que siguen impunes y que en su
mayoría siguen una línea de investigación lejana a su trabajo periodístico,
pero cercana a la criminalización de las víctimas, lo cual ha sido
calificado por reporteros como una “postura muy cobarde” provocada por “un mal
gobierno”.
En el asesinato de periodistas de Veracruz
se culpa a los comunicadores por su muerte, ya que se les acusa de
tener nexos con el crimen organizado o vivir en zonas inseguras o relacionarse emocionalmente con criminales, como lo fue en el caso
emblemático del homicidio de la periodista de Proceso Regina Martínez,
quien realizaba un periodismo de denuncia sobre las violaciones y abuso de
poder de los elementos del Ejército en la entidad.
Tamayo en su momento denunció y visibilizó las fosas clandestinas de Veracruz,
donde se responsabilizaba de las muertes al grupo delictivo de Los Zetas coludido con las autoridades gubernamentales.
Con este nuevo asesinato se demuestra que Duarte cree que se mata la verdad matando
periodistas, intentar callar lo que ya no puede ser ocultado, que es su
asqueroso gobierno, que violenta nuevamente contra el derecho a la información
y el derecho básico a la vida.
Gregorio Jiménez, Moisés Sánchez, Juan Mendoza Delgado, Armando Saldaña, Octavio Rojas, Sergio Landa Rosales, Miguel
Morales, Víctor Manuel Baez, Guillermo Luna, Gabriel Huge,
Esteban Rodríguez, Ana IrasemaBecerra,
Yolanda Ordaz, Misael López, Miguel Ángel López y Noé López,
son las voces que han sido calladas porDuarte y que ha posicionado a la
entidad como una de las más peligrosas para el ejercicio periodístico a nivel
mundial, así lo han acusado organizaciones nacionales e internacionales.
A este acto violento y sello distintivo del priismo,
que busca silenciar las denuncias a través del uso de la fuerza, se suma que
Javier Duarte ya
ha preparado su lujosa huida a Houston Texas.
Por si no fuera poco haber creado una megadeuda en Veracruz a
través del robo de recursos públicos como lo ha demostrado el trabajo
periodístico de Animal Político con
el desvío de 645 millones 693 mil pesos del erario a través de empresas
fantasmas entre 2012 y 2013; o el haber triplicado el adeudo en menos de un año
– tercer trimestre de 2015 al primer trimestre de 2016- que significó la
perdida de 9 mil 536 millones de pesos, caso reciente denunciado por el
secretario de la Comisión de Hacienda del Congreso del Estado.
Esta semana el exclusivo Woodlands Country Club
dio la bienvenida a Duarte y
su esposa a su nueva mansión de lujo que costó entre 552 mil y 627 mil dólares,
propiedad comprada con el dinero del pueblo para que el priistagoce
a lo grande después de haber destruido a Veracruz y
perjudicado a los habitantes.
Así es como una vez más los priistas demuestran
que no sólo pueden salir impunes de todos los delitos cometidos cuando están en
el poder, sino que parece que los premian por los malos gobiernos y les
permiten un retiro lujoso, mientras que el partido se esconden en el discurso
de “sacarlos del partido” después de haber realizado tantos delitos.
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