TEXTO IRREVERENTE
Por Andrés Timoteo
El
fiscal general del estado, Jorge Winckler debe excusarse de conocer, indagar y
hacer declaraciones públicas en el caso del periodista Gumaro Pérez y de los
otros 23 comunicadores asesinados en los últimos siete años, los cuales siguen
pendientes de resolver. El funcionario tiene que hacerse a un lado porque ha
manifestado públicamente una animadversión hacía los comunicadores lo que
parcializa las pesquisas.
Hay
un resquemor personal del fiscal con la prensa al grado de que en alguna
ocasión expresó que sí llega a sus manos algún expediente judicial contra algún
comunicador, lo usaría para “partirle la madre” al implicado,
así por el solo hecho de ejercer el periodismo. Al oaxaqueño Winckler no le
agrada la prensa y eso es peligroso desde cualquier lado que se le vea. El
gobernador Miguel Ángel Yunes Linares y el congreso local tienen la obligación
de exhortar al fiscal que no se involucre en las investigaciones de los
crímenes de periodistas por puede retorcerlas y utilizarlas para el desquite
personal.
En
los hechos ya lo está haciendo. La ‘mala leche’ con la que conduce la
investigación por el homicidio de Gumaro Pérez lo demuestra. Primero le retiró
la condición de periodista –como en su momento Javier Duarte lo hizo con Moisés
Sánchez Cerezo- y luego difunde que estaba involucrado con la delincuencia
organizada. Criminaliza al reportero ahora que no puede defenderse. Enloda a
los muertos como en su momento lo hicieron sus antecesores Luis Ángel
Bravo Contreras, Amadeo Flores Espinosa y Reynaldo Escobar Pérez. El oaxaqueño
Winckler no es mejor ni más decente que ellos.
Sin
decoro, el fiscal expide un comunicado infame en el que señala
“probabilidades” –nada cierto, pues- de que el reportero Pérez haya
estado coludido con el crimen organizado, lo ensucia para no hacer su
trabajo de perseguir y castigar a sus victimarios. ¿Sí Gumaro era un criminal
por qué no lo detuvo y lo procesó antes?, ¿por qué esperar a que lo
mataran para acusarlo?, y sí así fuera, ¿por qué no respetar la secrecía
de la investigación para evitar que el muerto sea exhibido?, ¿por qué
imitar a los malvados de la fidelidad en eso de pisotear la honra de los
difuntos?
Pero
el inefable fiscal no para allí, sino que se solaza arrojando porquería contra
el difunto en las redes sociales por medio de sus jilguerillos, a los que
instruyó para que éstos lo llamen “Zeta” y perjuren que no era periodista. Ayer
hubo una escaramuza cibernética entre el fotorreportero Miguel Ángel López
Solana, exiliado en Estados Unidos y quien es un sobreviviente de los años de
plomo, con un reportero – consentido de la fantasmal comisión de periodistas-
quien se ha erigido en un comedido ensuciador de Gumaro Pérez.
“No
esperes al día que me partan la madre para tirar mierda encima de mi cadáver,
si tienes algo que decir o publicar, de una vez para que al menos me pueda
reír, es no tener huevos seguir tirando mierda a un muerto, así que vez empezando
pues para luego es tarde, esto va para ti y toda la bola de cobardes que
aprendieron eso el sexenio pasado. Díganmelo ahora que puedo partirles la
madre...no lo digan después como cobardes cuando ya no les puedo ir a callarles
el hocico”, le escribió López Solana al jilguero de Winckler, además de
llamarlo incongruente y oportunista. Puso como lazo de cochino al boquiflojo.
No
es el único personero de la fiscalía infiltrado en las redes sociales que tiene
la encomienda de difamar a los difuntos. Son varios los que canturrean la
versión infamante en eso espacios. Es urgente, pues, ponerle un alto al señor
Winckler, obligarlo a que se haga a un lado de las pesquisas y detener la
campaña de lodo contra los muertos. Debe haber algún fiscal especial encargado
de los casos, supervisado por el congreso local o por la comisión de víctimas,
para que el oaxaqueño resentido no meta la mano en los expedientes y los
utilice para saciar venganzas personales.
Sí
el gobernador Yunes Linares le sigue permitiendo esos excesos al fiscal, sí la
diputada y periodista Marijose Gamboa se queda callada ante la infamia –ella
misma padeció las campañas de lodo cuando fue embestida por el aparato
judicial, sí el resto de los legisladores no hacen nada para detener al fiscal
enloquecido y sí el gremio periodístico permite esta indecencia, serán
iguales que los anteriores: cómplices de la ignominia al hacer lo mismo que le
criticaron a Duarte y al innombrable. Ya basta de imitar a los perversos que se
fueron.
SIN AUTORIDAD MORAL
Y
claro, el asesinato de otro periodista en Veracruz es un botín apetitoso en
época electoral y no lo desaprovechó el precandidato presidencial del
Movimiento Regeneración Nacional (Morena), Andrés Manuel López Obrador para
descalificar la gestión del panista Yunes Linares al frente del gobierno
veracruzano. Ayer, durante su paso por el puerto de Veracruz, usó el homicidio
del comunicador como ejemplo de que el gobierno estatal falló en su promesa de
acabar con la inseguridad.
Sí
eso lo hubiera dicho López Obrador hace meses podría tener valía, pero luego de
que anunció que dará la amnistía a los capos del crimen organizado de llegar a
la Presidencia de la República, se le agotó la autoridad moral para opinar
sobre este tipo de tragedias y mucho menos para utilizarlas de ariete
contra los que él llama “mafia del poder”. Es cierto, el gobierno de Yunes
Linares no ha podido amainar la cresta de la violencia que lo mismo engulle
jóvenes que periodistas, pero si gobernara López Obrador, la autoridad
perdonaría a los sicarios que asesinaron a Gumaro Pérez.
El
tabasqueño en lugar de buscar y castigar judicialmente a los criminales que
dieron muerte al reportero y a los que también mataron a muchos otros
periodistas veracruzanos, se sentirá con ellos para ofrecerles una amnistía,
sin que pisen la cárcel ni sean molestados. Eso es lo que propone López Obrador
y respalda Morena, su partido: no combatir a los hampones sino perdonarlos.
Vaya y eso que Morena era “la esperanza de México”. Peor aún, los manejadores
de Morena en Veracruz anticipan que sí Cuitláhuac García gana la
gubernatura en el 2018 buscará pactar con los líderes de crimen organizado el
tema de la amnistía -como sucedió en los últimos doce años de fidelidad-. ¡Dios
guarde la hora!
Envoyé depuis Paris, France.
fuente: notiver
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