30 de diciembre de 2017

PREPONDERANCIA DE LAS FUERZAS POLICÍACO MILITARES



En México vivimos sujetos a un Estado policíaco militar, impuesto con el fortalecimiento de las fuerzas policíaco militares, se expresa en la participación directa de los cuerpos represivos en el funcionamiento del actual gobierno y la militarización de toda la sociedad, la guerra psicológica por medio de la política del terrorismo de Estado y mayor intervención extranjera en el ámbito contrainsurgente. Expresión del Estado burgués mexicano impuesto por el imperialismo norteamericano para asegurar la dictadura del capital.

Las fuerzas armadas mexicanas adquieren mayor influencia y manejo en la vida económica, política y social, por tanto, una mayor partida económica para su mantenimiento y accionar que se sintetiza en ejercer la violencia contra el pueblo. Son parte vital del engranaje de las instituciones burguesas, estos “organismos de seguridad nacional”, como engañosamente les llaman, participan en la toma de decisiones de Estado entre ellas la imposición de las reformas burguesas neoliberales.

La columna vertebral del Estado burgués

Las fuerzas armadas en el Estado burgués, en específico el ejército y marina de México, tienen un espacio preponderante ya que son los instrumentos que sirven para mantener en el poder a la oligarquía, para legitimarse a través de la violencia, imponer políticas antipopulares a punta de bayoneta y eliminar toda muestra de descontento e insurrección.

En más de treinta años de régimen neoliberal la imposición de la voluntad oligarca e imperialista avanza sobre la sangre del pueblo, se cimentó y fortaleció el Estado policíaco-militar y el estado de derecho oligárquico.

Desde el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) se mantiene una especial atención en el combate a la voluntad popular de combatir, así como en los “grupos u organizaciones que propagan cambios políticos o sociales por medio de la violencia y la ruptura del Estado de derecho”, de acuerdo con la Agenda Nacional de Riesgos creada por este organismo.

Por medio de este documento se presentan cuatro de las funciones del Estado que desempeñan las fuerzas represivas: “preservar la seguridad nacional, asegurar la gobernabilidad democrática, proteger el estado de derecho, facilitar las reformas estructurales”. Bajo el fetiche de la “seguridad” se dispone de recursos a discreción, se acrecienta la militarización y se aplica la política de terrorismo de Estado contra el pueblo.

Es la bandera que desde hace más de 10 años se utiliza por la junta administrativa para salvaguardar los intereses oligárquicos y asegurar las condiciones para la imposición de las políticas antipopulares. Es el medio por el cual se combate a toda expresión de descontento popular que represente los intereses de los trabajadores.

La “gobernabilidad democrática” es la capacidad institucional que les da las estructuras del Estado para poder legitimar al régimen y buscan tener amplio margen de maniobra para hacer valer la voluntad burguesa, haciéndola pasar como voluntad de la mayoría por medio de los procesos electorales, es la imposición de su ley y el control del país por parte de las fuerzas policíaco militares.

“Proteger el estado de derecho”, ese estado de derecho es el oligarca para asegurar las ganancias y los privilegios de una cúpula económica que ejerce el poder con el único fin de preservar la propiedad privada sobre los medios de producción y asegurar la reproducción del capital.

El “facilitar” la imposición de las reformas se resume en reprimir toda muestra de inconformidad contra estas políticas burguesas neoliberales por medio de la bota policíaca, que se traduce en mayor represión, más crímenes de lesa humanidad y de Estado. Dinero y ejército En cuanto a inversión directa del imperialismo norteamericano en esta materia se contabiliza un total de más de 115 millones de dólares para “programas de ayuda militar y policíaca a México”.

Esta política de intervención norteamericana es transexenal, no depende de partidos electorales o políticos de oficio, sin embargo, son coparticipes y responsables del proceso de militarización y el fortalecimiento del Estado policíaco militar. Los militares en las calles imponen el terror, su presencia ha aumentado en un 50%; el número de tropas militares que están en activo contra el pueblo: 76 mil 500, más 20 mil miembros de la Policía Federal (PF) en acciones de “combate al narcotráfico”.

En el sexenio de Enrique Peña Nieto como parte de la militarización se creó la gendarmería nacional, una fuerza “nueva” con 4 mil 851 efectivos en funciones. Este cuerpo policíaco está dedicado a ejecutar el terrorismo de Estado contra el pueblo, y desde su creación en el 2014 ha gastado 20 mil millones de pesos.

Para el 2018 ya se encuentra aprobada por las cámaras legislativas en lo general la propuesta del Ejecutivo Federal del Presupuesto de Egresos para quedar en un total de 5 billones 279 mil 667 millones de pesos, de los cuales los rubros con mayores incrementos van para el INE (53.3%), Tribunal Federal de Justicia Administrativa (13.1%), Comisión Nacional de los Derechos Humanos (12.2%), Defensa Nacional (11.4%) y Marina (13.4%). El primero para apuntalar la democracia burguesa y su falta de credibilidad; el segundo para fortalecer el estado de derecho oligárquico y su aplicación para oprimir al pueblo; el tercero para brindar legitimidad a la junta administrativa criminal; y cuarto, sostener el régimen con el puntal policíaco militar.

El incremento presupuestal a las fuerzas represivas presupone un total de 264 mil millones que se destinarán para este rubro en las diversas instituciones del Estado burgués. En específico, a las instituciones policíaco militares, se destinarían 99 mil 129 millones de pesos para la “seguridad nacional”, lo que representa un incremento de 15 mil 678 millones más que en el 2017. Recurso que a voces de la junta administrativa a través del informe El proyecto del presupuesto público federal para la función de seguridad nacional, 2017-2018, tiene como objetivo “mantener la integridad, la estabilidad y la permanencia de las instituciones que conforman el Estado mexicano”, todo se reduce a proteger a las instituciones antipopulares.

Para mantener a las fuerzas armadas en las calles de forma permanente se requiere de cuantiosas sumas para su operatividad. La prioridad para las fuerzas represivas y los servicios de inteligencia es asegurar el sistema de explotación y opresión que vivimos, hacer valer la voluntad oligárquica e imperialista. Ante el panorama es una necesidad la organización en torno a la lucha anticapitalista, que ubique y combata a nuestro enemigo común: el Estado burgués mexicano.

El enemigo se pertrecha y prepara para continuar la guerra contra el pueblo, respondamos con mayor conciencia de clase, organización y combate popular, bajo un objetivo común, detener la ofensiva del Estado y mostrarle al pueblo el verdadero carácter criminal de éste. Hermanos, los mecanismos de organización deben afinarse, la disciplina no debe cesar y la acción revolucionaria debe extenderse con mayor aplomo, sólo el pueblo unido y organizado bajo las banderas del socialismo es capaz de terminar con el régimen burgués.

¡Con la guerra popular! ¡El EPR triunfará! 
Año 21 Nº 181 Diciembre de 2017 Pág. 6
ARTICULO TOMADO DE LA REVISTA “EL INSURGENTE”


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El_Insurgente-181.pdf

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