Van abajo, en cursivas, pasajes del artículo de Marcos Rascón que no fue publicado en La Jornada, y que determinó su salida de ese diario. No suscribo sus opiniones, las reproduzco.
DE QUE SE MOVIÓ, SE MOVIÓ…
Marco Rascón
Le reclaman a Javier Sicilia y al Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (MPJD) como si les hubieran quitado la cruz a otros.
La descalificación encabezada por John Ackerman y Octavio Rodríguez Araujo al MPJD y Sicilia, acusándolo de filopanista, falso demócrata y progresista, soberbio y distractor […] delata la estrategia del inmovilismo lopezobradorista bajo el concepto de sólo-creo-en-él sustentado en la “fe y formado en la espiritualidad del amor al prójimo”, como dice el spot del cristianismo legítimo.
Para los intelectuales del lopezobradorismo, los muertos y desaparecidos de la violencia del país no son políticamente correctos […], su reconocimiento y defensa significan una táctica distractora.
Estoy de acuerdo en el reclamo de Luis Hernández Navarro cuando afirma que los legisladores no han hecho nada y son parte del problema. Pero esta crítica va directamente al centro más alto del lopezobradorismo en el Congreso, pues justamente es la senadora del PT Rosario Ibarra de la Garza, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Senado, quien en la actual LXI legislatura 2009-2012 y en lo más alto de la violencia sólo ha tenido dos intervenciones en el pleno, en lo que podría considerarse una de las más pobres actividades legislativas, rayando, ésa sí, en una desaparición inexplicable. ¿Es el inmovilismo la línea correcta?
Se acusa a Sicilia y los twitteros por demandar candidaturas independientes y abusar de una representatividad ciudadana. ¿No lo hacen los ciberporros que, en nombre del pueblo, insultan o acusan a quien critique al lopezobradorismo en internet?
Sicilia y el MPJD no pidieron permiso, pero tampoco le quitaron nada a nadie y ni siquiera voltearon al templo de los marxistas fariseos. Son parte de las mejores causas actuales y lograron mover ciudadanía.
Con Sicilia o sin Sicilia, la Ley de Seguridad Nacional será aprobada por el Congreso, no le echen esas pulgas al poeta. Sin embargo, el veto profundo a la ley de marras proviene del diálogo que se impuso en Chapultepec y no del cielo, donde —por cierto, vía spot— ya admitieron en la nueva biblia a los que tienen dinero.
Rodríguez Araujo y Ackerman le piden congruencia al poeta y se retuercen por los besos y abrazos. Serénense, ya les llegarán los suyos del amoroso con lengua de fuego.
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