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Oliva Posada observó que su objetivo está claro en tratar de contener a la actividad criminal y se tomó con base en el escalamiento de la violencia en la entidad y en lo general en todo el país ¦ Foto AVC Noticias |
Tulio Moreno Alvarado - miércoles, agosto 24, 2011
El reordenamiento de los mandos territoriales de la Marina y la instalación en Veracruz de su principal centro de operaciones en contra del narcotráfico es producto del fracaso de la confrontación del gobierno federal en su lucha contra el crimen organizado que, con base en una estrategia de “prueba y error”, ha dejado costos muy altos para el país y augura que el actual estado de las cosas trascenderá mucho más allá de esta administración federal.
De acuerdo con el doctor Javier Oliva Posada, profesor del Centro de Estudios Políticos de la UNAM y experto en temas de seguridad nacional, se trata de “una decisión que tiene que ver con la reconfiguración de los mandos territoriales de la Armada y atiende a la situación directa de la importancia estratégica que tiene Veracruz por su amplio litoral en el Golfo de México”.
Aunque consideró que esta decisión del alto mando castrense no forma parte del Plan Mérida, sí tiene que ver más con una visión que trasciende a este gobierno “cuando se abre una instalación militar de este tipo es para ocuparse a largo plazo, no es una decisión que responda a este gobierno ni al que sigue sino que se quedará funcionando durante mucho tiempo”.
Entrevistado con respecto a la información dada a conocer el pasado lunes por La Jornada en el sentido de que la Marina establecerá en el puerto de Veracruz su principal comando en contra del crimen organizado, Oliva Posada observó que su objetivo está claro en tratar de contener a la actividad criminal y se tomó con base en el escalamiento de la violencia en la entidad y en lo general en todo el país.
“Se vienen tomando decisiones en este sentido y cuando se observa que pueden colapsarse las autoridades locales es cuando se llega a una determinación de esta naturaleza. Cada vez más la autoridad militar tiene que enfrentar este escenario porque la autoridad civil no corresponde con el mismo nivel de lealtad con que lo hacen los militares”.
Autor de diversas publicaciones sobre el tema , recordó que los altísimos costos para el país que tiene la guerra contra el crimen organizado esta aislando a Calderón y su equipo porque “ ni siquiera el PAN lo ha apoyado en su iniciativa de ley de seguridad nacional, la misma que de hecho no saldrá en este ni en cualquiera otro periodo en lo que resta de la administración”.
Aunque destacó la importancia de dotar con nuevo equipo y mejor armamento a las corporaciones policiales estatales, aseguró que este hecho por sí mismo no es suficiente para conseguir buenos resultados porque “se requiere que haya una interrelación con esta decisión de reordenar los mandos militares de la Armada. El problema se viene cuando no hay compatibilidad y la cadena delictiva siga funcionando y aumentando la violencia”.
Ejemplificó con lo sucedido en Michoacán, donde el gobierno federal eliminó a la dirigencia de la criminalidad, pero a su vez, esto trajo su fragmentación y el nacimiento de nuevos grupos practicantes de peores niveles de violencia y crueldad.
–¿Cómo observas la intromisión de efectivos militares de EU en el país?
–La verdad es que es una colaboración que proviene desde la década de los 40. Desde esa fecha se han derivado diversos acuerdos regionales porque ningún país puede, por sí solo, hacerle frente a la “criminalidad trasnacional”, como se le llama ahora al narcotráfico. El problema es que el gobierno de Calderón y sus voceros siguen aposentados en la inútil y absurda tendencia de culpar a gobiernos anteriores por la presencia de estos agentes ya que esto forma parte de la natural colindancia geopolítica de EU y México. Les hace falta cultura histórica a estos funcionarios.
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