Gilberto López y Rivas
El grupo de personas, colectivos, gremios
y organizaciones que en marzo del 2012 firmamos laProclama por el rescate de
la nación,e hicimos un llamado a hombres y mujeres comprometidos con México
y su pueblo, a unir esfuerzos y organizarse, estamos convocando para el próximo
16 de febrero, a las 10 de la mañana, en la Universidad Obrera, al encuentro
Hacia un pacto por el rescate de la nación y contra el neoliberalismo.
Consideramos que nuestra patria reclama el concurso de mujeres y hombres
de buena voluntad, amantes de la paz, la libertad, la justicia, la dignidad, y
decididos a preservar y refundar a la nación, que atraviesa por momentos
extremadamente difíciles (Rebelión, 13/3/12).
En la Proclama sostenemos
que México vive una situación de emergencia nacional caracterizada por la
pérdida de nuestra soberanía frente a Estados Unidos; la entrega de fuerza de
trabajo, recursos, saberes, culturas y territorios a corporaciones
trasnacionales mineras, turísticas, eólicas, farmacéuticas, entre otras; la
profunda descomposición de las instituciones del Estado a causa de la
corrupción y la penetración del crimen organizado en todos los niveles y
ámbitos de gobierno; la zozobra y el temor de la población que ha provocado una
guerra cruenta y cruel contra pobres y jóvenes; el tejido social fracturado y
la convivencia social anulada por la abdicación por parte del Estado de su
responsabilidad constitucional de otorgar seguridad, tranquilidad y bienestar a
la población; las políticas al margen de la legalidad que quebrantan el estado
de derecho.
A pocos meses del retorno del PRI a la
Presidencia de la República, a través de un proceso de compra de votos con
dineros de recursos ilegales y de procedencia ilícita, corroboramos que la
situación de emergencia nacional prevalece y todas las señales apuntan a que
esta condición se profundizará con un Presidente non grato, sin
legitimidad democrática y que el primero de diciembre mostró el rostro del
autoritarismo que siempre ha caracterizado al PRI, y al propio Enrique Peña
Nieto.
En la convocatoria para el encuentro
sostenemos que “nuestra soberanía sigue vulnerada por la política de
subordinación a los intereses del gobierno estadunidense. Los cárteles en
realidad son alianzas entre empresarios, políticos, miembros de los cuerpos de
seguridad y los sicarios. Un profundo proceso de descomposición abarca a todo
el Estado mexicano y a la clase política: corrupción, impunidad, complicidad,
servilismo hacia Estados Unidos, entrega a empresarios y trasnacionales de
recursos naturales y estratégicos, de territorios de los pueblos y del
patrimonio nacional, tráfico de drogas, personas e influencias: en síntesis, un
Estado delincuencial. Se incrementó gravemente la violación de los derechos
humanos y los crímenes de lesa humanidad, y el nuevo gobierno mantiene la misma
estrategia de subordinación y complicidad que condujo a la catástrofe
humanitaria”.
Paralelamente, el 24 de enero hicimos
pública una carta dirigida al EZLN, en la que destacábamos los tiempos
difíciles que se vislumbran para el país, con la entrega de nuestro territorio
a las grandes corporaciones, con el modelo de despojo y ocupación de losmegaproyectos, con
lascontrarreformas estructurales, como la reciente reforma laboral, que pone a
la clase trabajadora a merced del capital. Externamos el incremento notable de
la violencia feminicida, la desaparición, la trata y la
negación de los derechos más elementales de las mujeres; el abandono del campo
y el campesinado, su condena a la desaparición. Denunciamos la entrega de
nuestro patrimonio nacional al capital trasnacional por parte de una clase
política que a cambio recibe recompensas económicas. Evidenciamos a “los grupos
de poder (que se) reconfiguran como elites por medio de un mal llamado Pacto
por México que no incluye a los mexicanos.
En resumen, nuestra patria se encuentra
ante el grave riesgo de dejar de ser una nación libre y soberana. Las mexicanas
y los mexicanos estamos perdiendo el derecho a tener derechos. Ante esta
situación, describimos el México de la resistencia, en el quepersonas,
organizaciones, sindicatos y pueblos resisten la embestida neoliberal y salen a
defender y a rescatar la nación: la clase trabajadora sigue dando la
batalla en defensa de sus derechos y de sus empleos. Las víctimas de la guerra
se organizan, buscan a sus familiares y denuncian las atrocidades de las que el
Estado, sea por acción u omisión, es responsable. Los jóvenes se organizan ya
sea para exigir educación, para impedir las reformas neoliberales a los planes
y programas de estudio, para enfrentarse al poder de los monopolios, o para
exigir y construir una sociedad realmente democrática. Igualmente, los pueblos
y las comunidades se articulan para defender sus territorios: ya sea mediante
la autodefensa, los usos y costumbres y otras estrategias legales. Decenas de
organizaciones por todo el país enfrentan a los grupos criminales y a las
grandes corporaciones que pretenden, al unísono, arrebatarles su territorio.
Desde la Proclama, nos
parece indispensable la articulación de movimientos sociales en grandes
sectores; su concreción en demandas de transformación nacional, y la
consolidación de una fuerza social capaz de responder a las necesidades
históricas en las que se encuentra nuestro país. La voz, la presencia y la
experiencia dehermanas y hermanos zapatistas es necesaria para seguir en la
construcción de ese otro mundo posible, uno donde exista justicia, democracia y
libertad, y donde los gobiernos manden obedeciendo. El reto de madurez que hoy
todos tenemos es encontrar un camino unitario sobre ejes comunes y principios
éticos irrenunciables, junto al respeto de las dinámicas, estrategias y agendas
particulares.
FUENTE: LA JORNADA
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