Esther Díaz
Reforma
Cd. de México, México (11 enero 2015).- A partir de ahora, y hasta el 31 de diciembre de 2015, cuando se producirá oficialmente el apagón analógico, cada vez será más frecuente encontrar televisores desechados en tiraderos a cielo abierto o en esquinas donde se amontona la basura.
A falta de un plan de
manejo para estos aparatos, la solución más simple es deshacerse de ellos o
darlos a precio de ganga para que sean vendidos por partes.
El
problema podría quedar en una cuestión de gestión de residuos si no fuera
porque una parte del vidrio de estos televisores contiene óxido de plomo, una
sustancia para la cual la Organización Mundial de la Salud ha señalado que no
existe un nivel mínimo seguro para la salud.
Además, es
altamente contaminante para el medio ambiente si penetra en la tierra o termina
en el agua.
“El
óxido de plomo se encuentra en una parte del vidrio de las televisiones. Cuando
el vidrio se rompe por accidente o para sacar el arillo de cobre que se sitúa
detrás de él, es cuando el óxido de plomo lixivia en la tierra o acaba en los
ríos”, apunta Sofía Chávez, coordinadora general de la asociación civil
Proyecto Ecovía, Vías Verdes A.C., con sede en Guadalajara.
No
obstante, el gobierno mexicano planea regalar 13.8 millones de televisiones
nuevas, o digitales, a los hogares inscritos en el padrón nacional de
beneficiarios de los programas de la Secretaría de Desarrollo Social ubicados
en zonas de alta marginación, sin haber preparado un plan para el desecho de
los viejos televisores.
De
acuerdo con el Programa de Trabajo para la Transición a la Televisión Digital
Terrestre de la SCT, esta medida tendrá un impacto positivo en el uso eficiente
de la energía que beneficiará a 13.8 millones de hogares, al reducirse en más
del 60 por ciento el consumo de electricidad por televisor de 21 pulgadas. Esto
representará una disminución de mil 600 kilowatts hora o 1.3 veces la energía
que se economiza en el Horario de Verano.
El
documento añade que, al cambiar el televisor analógico por un televisor
digital, las familias tendrán ahorros económicos anuales del orden de mil 638
millones de pesos al año y el gobierno federal dejará de erogar al año 3 mil
276 millones de pesos por concepto de subsidios.
“Considerando
un horizonte de vida útil de un televisor (10 años), nos lleva a ahorros que
ascienden a más de 30 mil millones de pesos”, se asegura.
Hasta
el 18 de diciembre de 2014, el gobierno ya había repartido un millón de
televisores nuevos.
Pero
el discurso gubernamental de que las televisiones viejas consumen mucha más
energía choca con una realidad, advierte la especialista Sofía Chávez: el
impacto ambiental y de salud si no existe un manejo adecuado de los
televisores.
Por
ello, lo que tanto ella como sus colegas de la Sociedad Mexicana de Ciencia y
Tecnología aplicada a Residuos Sólidos (Somers) piden a la población es que,
hasta que no se ponga en marcha un programa de acopio y confinamiento de
televisores viejos, estos se guarden en las casas o en lugares donde los
vidrios no se puedan romper y el óxido de plomo no sea liberado.
El
Programa de Trabajo para la Transición a la Televisión Digital Terrestre
señala, además, que 15.3 millones de hogares dependen de la televisión abierta
analógica, lo que equivale al 49.2 por ciento de los hogares mexicanos.
“Se
calcula que cada hogar tiene un promedio de 1.1 televisiones, por lo que, si
multiplicamos este número por 15.3 millones de hogares, podríamos calcular una
generación de televisiones convertidos en residuo en el orden de 16.83 millones
de unidades. Si se prevé una generación de 378 mil 675 toneladas de tubos de
rayos catódicos que caerán en desuso, con un manejo inadecuado de los mismos
podría haber un problema ambiental de 19 mil 615 toneladas de óxido de plomo”,
explica Chávez.
Proponen diálogo, pero no
tienen éxito
Ante
esta situación, Somers envió el 13 de octubre una carta a la Presidencia de la
República en la que señalaba su profunda preocupación sobre los efectos
colaterales de la transición a la Televisión Digital.
En
ella, se señala que, cuando los residuos de manejo especial, como los
televisores, no se gestionan adecuadamente, pueden originar contaminación por
metales pesados, principalmente por la liberación del óxido de plomo, que
constituye uno de los componentes esenciales de los tubos de rayos catódicos y
que afecta el sistema nervioso, alterando su desarrollo en niños y durante la
gestación, entre muchos otros efectos.
Somers
señaló al gobierno que, aunque el Programa establece que en mayo de 2014 debió
haberse iniciado un plan de manejo para los televisores analógicos desechados,
que considere acopio y reciclaje, hasta la fecha éste no se ha dado a conocer.
Y
se añade que los sitios de disposición final de residuos no tienen la
infraestructura ni la capacidad para recibir y manejar adecuadamente las miles
de toneladas de residuos eléctricos y electrónicos que recibirán en los
próximos meses.
“Tal
como establece la legislación, los residuos eléctricos y electrónicos son
residuos contaminantes que no deben enterrarse en sitios municipales preparados
para los residuos sólidos urbanos”, se añade.
Por
lo anterior, Somers solicita la publicación y difusión urgente del plan de
manejo de residuos de televisiones analógicas y, en caso de que no se cuente
con él, que se convoque a una mesa de trabajo en la que participen autoridades,
organizaciones civiles relacionadas con la problemática y académicos
especialistas para tratar de llegar a una solución.
En
respuesta, el 29 de octubre, la dirección general de atención ciudadana de la
Presidencia indicó que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, a
través de la Subsecretaría de Fomento y Normatividad Ambiental, ya se encuentra
trabajando en un plan de recolección y confinamiento de las televisiones
analógicas que pudieran ser desechadas con motivo del apagón analógico.
“Este
plan de recolección será aplicado y dado a conocer oportunamente a la población
en todo el país para evitar el impacto negativo al medio ambiente y a la salud
humana”, se asegura en la respuesta oficial.
Sara
Ojeda Benítez, presidente de Somers y coordinadora del área de medio ambiente
del Instituto de Ingeniería de la Universidad Autónoma de Baja California,
asegura que la respuesta del gobierno es preocupante.
“De
alguna manera esperábamos esa respuesta de la autoridad que nos deja muy
preocupados. Ellos debieron de haber empezado a trabajar con el plan de manejo
porque las televisiones ya se están sustituyendo, pero están repartiendo los
televisores nuevos sin acopiar los viejos”, afirma.
La
académica apunta que, de manera informal, personal de Semarnat les ha
confirmado que carecen de un plan de manejo. Por ello, el siguiente paso es
enviar un documento a Semarnat exhortando a que den a conocer la fecha de emisión
del plan de manejo.
“Si
aún no lo tienen, volveremos a ponernos a su disposición para contribuir en la
solución para este grave problema que se nos viene encima”, añade.
Soluciones al alcance de la
mano
Para
una buena parte de la comunidad científica, el uso de decodificadores en las
televisiones analógicas resolvería el problema, al menos momentáneamente.
Ramzy
Kahhat, profesor asociado del departamento de Ingeniería de la Pontificia
Universidad Católica del Perú, quien estudió el caso de Canadá, Estados Unidos
y México cuando trabajaba en Arizona State University, cuenta que lo mismo
ocurrió en Estados Unidos en 2008-2009, cuando cambió la tecnología analógica a
digital.
Según
Kahhat, Estados Unidos no fue un caso de éxito porque nunca pensó en el fin de
vida de las televisiones, pero sí se propuso utilizar convertidores para
aminorar la compra de equipos, especialmente para la población de escasos
recursos.
“Si
Estados Unidos pensó eso, me sorprende que México no lo haga cuando hay muchas
personas de niveles socioeconómicos bajos”, afirma, “pensar que la gran
solución para ahorrar energía es regalar televisiones de pantalla plana o
promover su compra para sólo velar por la reducción en el consumo energético,
es tonto. México muchas veces es un ejemplo para Latinoamérica y ojalá que los
países latinoamericanos no copien este mal ejemplo”.
No
obstante, según lo establecido por el Programa de Trabajo de la SCT, esta
alternativa no parece viable a ojos de las autoridades gubernamentales.
“Si
el gobierno federal entregara decodificadores, se enfrentaría a un incremento
anual en el consumo de energía de los televisores analógicos de 21 pulgadas del
9 por ciento”, señala el documento.
Por
ello, en caso de que los decodificadores no sean la solución elegida por
México, Kahhat apuesta por fomentar la reutilización de las partes inocuas del
televisor y confinar el vidrio de plomo en rellenos sanitarios bien manejados,
con exigencias para residuos tóxicos, hasta que se cuente con la tecnología para
poder recuperarlo.
Una mirada al futuro
Eliette
Restrepo Gómez, investigadora del Laboratorio Federal Suizo para la Ciencia de
los Materiales y la Tecnología, señala que, aunque en Europa sí existe la
tecnología para reciclar los tubos de rayos catódicos y separar el vidrio del
plomo, se carece de un único procedimiento de gestión de los residuos.
“Cada
empresa de reciclaje es más o menos libre de decidir qué hace con el óxido de
plomo. Algunos lo utilizan en mezclas de concreto, otros lo envían a refinerías
de óxido de plomo, otros lo usan en cerámica, otros en un material que se llama
esponja y que sirve para aislar del frío a los edificios… pero la Organización
Mundial de la Salud ha establecido que ninguna de esas alternativas es viable
por motivos de salud y porque el plomo es un recurso escaso”, explica.
“Si
lo esparcimos en mínimas cantidades y lo escondemos, por ejemplo, en concreto,
cuando salga una nueva tecnología que requiera plomo no vamos a tener porque va
a estar disperso”.
La
investigadora detalla que, actualmente, en el Instituto Tecnológico de
Massachusetts se encuentran desarrollando unas celdas solares que requieren
plomo en la forma en la que se obtiene de los vidrios de las televisiones y las
computadores, lo cual quizás podría ser una opción a futuro para reutilizar el
óxido de plomo.
Mientras
se encuentra una solución, para Restrepo Gómez la alternativa más viable es
separar el vidrio sin plomo del vidrio que sí lo tiene y utilizar el que carece
de él para elaborar contenedores de vidrio, botellas y jarras. Y no confinar en
rellenos sanitarios el televisor entero, sino simplemente el vidrio que
contiene plomo.
Planean el proyecto
Consultada
por Revista R, la Secretaría del Medio Ambiente informó que “planea
implementar” un programa para evitar que el desecho de millones de televisores
analógicos se convierta en un problema ambiental.
Dicho
programa, aseguró la dependencia, tendrá un enfoque preventivo, y buscará
aprovechar los materiales reciclables de las televisiones, que equivalen al 90
por ciento de cada aparato.
“Este
programa estará dirigido al acopio y reciclaje de los televisores analógicos
desechados, por lo que va más allá de su recolección y confinamiento. No se
trata de acopiar residuos y deshacernos de éstos. Se busca aprovechar todos los
componentes que puedan ser reciclados”, respondió Semarnat.
La
dependencia admitió que si los televisores desechados no son manejados
adecuadamente tienen la potencialidad de convertirse en residuos peligrosos
porque algunos de sus componentes, como el Tubo de Rayos Catódicos, contienen
compuestos tóxicos y peligrosos para la salud humana y para el medio ambiente,
como los metales pesados cadmio, cromo, mercurio y plomo; así como compuestos
orgánicos que se liberan cuando se queman los cables para obtener el metal.
“Se
está previendo que, al aplicar el programa en todo el país, se desaliente por
ejemplo, que los televisores acopiados en algún estado de la República, sean
abandonados en otro estado, provocando focos de contaminación. Se busca también
desalentar que la responsabilidad del acopio y reciclaje recaiga en empresas no
aptas para cumplir con la normatividad vigente”, se asegura.
La
Semarnat no especificó cuándo comenzará a implementar este plan, ni ha hecho
pública la estrategia específica para el manejo de estos residuos. Mientras
tanto, el reparto de televisiones digitales sigue su curso.
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