Si entendiéramos que los derechos a la vida, la justicia y a la libertad, están implícitos en el sólo hecho de existir, independientemente del género, de la especie o de la profesión.
Si entendiéramos que hemos mamado la discriminación, la violencia, la falta de ética, el deterioro de la moral, la indiferencia, el individualismo y las imposiciones religiosas y políticas desde hace siglos, y todos acarreamos ese maleficio como tortugas, sin casi darnos cuenta.
Si entendiéramos que no podemos llamarnos activistas, si ante todo no nos deshacemos de nuestras propias miserias, nuestras propias influencias externas de comodidad y consumismo.
Entonces, insisto, nuestra fuerza y nuestros logros serían mayores y más tempranos.
“Por lo menos hacer algo” no sirve. Exaltarse no sirve. Precipitarse no sirve. Vomitar estados en redes a título de “desahogo”, sin un objetivo elaborado “no personal”, no sirve.
“Sólo sirve hacer algo que sirva”.
Sólo sirve hacer algo con la firme intención de que sirva, y para ello, hay que sentarse a razonar. Detener el tiempo que no tenemos, y suspenderlo en el análisis.
Pensar, analizar, estudiar, aprender, recuperar la propia iniciativa y la humildad receptiva de opiniones externas, estar alerta, asumir la necesidad de formar equipo, empatizar, resignar…Todas capacidades intrínsecas de nuestra especie, pero muchas veces plácidamente dormidas en el facilismo y cobardemente escondidas detrás de los miedos heredados y estratégicamente insertados para aplastar.
El periodista, comunicador, valiente, activista social, trabajador, padre, esposo y soñador en un mundo de pesadillas, Moisés Sánchez Cerezo, ha perdido su libertad en Veracruz. Se lo llevaron, no aparece, por ahora no “estorba” a los dominantes de turno, no “molesta” a quienes siguen oprimiendo a quienes suponen más débiles.
Moisés Sánchez Cerezo es uno de esos quizás ídolos que mucha gente mediocre necesita que existan para ellos mismos no hacer nada, no “meterse”. Esa mediocridad que hasta se atreve a “exigir” que sigan existiendo y hagan el trabajo y la lucha que todos deberíamos hacer.
¿Qué duro pensarlo así verdad?
Moisés Sánchez Cerezo, es uno de los pocos Periodistas que luchan a la par de los Activistas Animalistas, Ambientalistas, Ecologistas, Sociales, y que han volteado hacia una Sociedad en Movimiento que reclama, exige y clama por Justicia. Uno de esos que “buscamos” y que clarísimo está, nos es indispensable para avanzar en una sociedad donde el ciber-activismo no es ni la mitad de suficiente.
Y poquísimos, espeluznantemente poquísimos de nosotros, estamos entendiendo que debemos estar ahí.
En marchas y plantones pidiendo por la aparición con Vida de Moisés, no hubo un solo activista animalista, por ejemplo, que es lo que me compete.
En redes sociales parece que hasta da “escozor” o “vergüenza” o miedo, hacerse eco de la petición de Justicia por un ser humano. Hasta me avergüenza publicar en mi perfil la foto de un perro bonito adoptado exitosamente que recibe más de 400 “likes”, junto a una foto de convocatoria para luchar por la vida de Moisés, que sólo recibe unos pocos comentarios, y por supuesto “de compartir ni pensar”.
¡Qué poco estamos entendiendo Señores!
Los animalistas no somos ángeles, por expresar en redes nuestro “amor” por los animales. No somos especiales por rescatar un animal en sufrimiento. Mucho menos somos héroes, y mucho menos somos “el mejor futuro para ellos”, si no somos capaces de empatizar con el sufrimiento de nuestra propia especie.
Los Animalistas no nos acercamos a ser verdaderos activistas si ante todo no entendemos los orígenes de la problemática de los animales, si no entendemos que finalmente somos los únicos responsables y culpables de sus condiciones, y si no entendemos que la más grande influencia sobre su sufrimiento, es la mismísima indiferencia social.
No hemos entendido que la solución no está en un perro rescatado, sino en un cambio radical de consciencia y de compromiso con las realidades todas. No hemos entendido que nuestro fin último debe ser desaparecer como activistas. Nuestro fin último debe ser que las causas desaparezcan, por no haber necesidad de ellas, consecuencia de que todos asumamos de una vez y por todas, nuestras propias responsabilidades morales.
Y como insisto, los orígenes de la violencia son los mismos, y ante todo somos pacifistas o no somos nada, invoco a la madurez, a la sensatez y al valor de involucrarnos en la acción verdadera, en la acción sustentada por valores morales y por conocimiento.
Invoco a entender que los nichos de lucha son sólo pequeñas plataformas, bases que deberían ser sólidas pero para crear alianzas con otras plataformas que en principio son fondos de impulso para encontrar el mismo tesoro.
Paz, justicia, respeto, empatía, valentía, solidaridad, amor…..únicos objetivos a alcanzar, y son comunes a todos los activistas….El resto de las acciones, individuales y encarceladas por el miedo, son sólo egoísmos individuales con el único objetivo de dormir tranquilos mediante el autoconvencimiento “excusológico”, de que “por lo menos estoy haciendo algo”.
El Periodista Moisés Sánchez Cerezo, DEBE APARECER CON VIDA, porque si así no fuera, simple y sencillamente, estamos fracasando….Todos los Activistas, estamos fracasando…
Dra. Gabriela Martínez Castro
Coordinadora de CODEBA- Comité Defensor del Bienestar Animal.
cel 2299588381
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