Línea Caliente
Por Edgar
Hernández*
¡Se espera su
solicitud de licencia!
Tras la última agresión al gobernador
electo Miguel Angel Yunes Linares, el mandatario saliente Javier Duarte estaría
presentando en las siguientes horas una solicitud de licencia al Congreso y
entregar la estafeta a un comisionado de la Secretaría de Gobernación de la
ciudad de México.
Y no se necesita ser adivino o brujo
como erróneamente asumen quienes descalifican a los generadores de opinión, no.
Basta observar en el día a día el
cúmulo de torpezas, impericias políticas, decisiones atropelladas y esas tan
famosas balandronadas de cantina que han caracterizado al presente gobierno,
para deducir, intuir, determinar o concluir lo insostenible que resulta a estas
alturas el gobierno del señor Duarte.
Basta escuchar el clamor de todo un
pueblo, así como la exigencia del gobernador electo Miguel Angel Yunes Linares
de sacar del gobierno a Javier Duarte, quien de manera enfermiza y
malintencionada está destruyendo las instituciones y llevando a Veracruz a un
estado de violencia irrefrenable.
Ya mismo la prensa nacional y estatal
prácticamente en su conjunto tilda a Duarte de “loco”, “…de afectado en sus
capacidades mentales”, “incapacitado para gobernar” y que “debe irse”,
expresiones nunca antes vistas en Veracruz… ni en la república.
Observemos pues lo que está pasando
en estos días. En las últimas horas. Cada minuto en donde se van sumando
pasivos al desacreditado gobierno.
La sola agresión y pretendido
linchamiento contra al gobernador electo Miguel Angel Yunes Linares y dos
personajes de amplio reconocimiento nacional, derraman el torrente de sucesivos
desatinos y rompen el frágil equilibrio.
Ricardo Anaya es un político valiente
que habla al tú por tú con el presidente Enrique Peña Nieto, quien incluso ha
tenido que arriar banderas y negociar una serie de plazas políticas y
posiciones de poder que han permitido la gobernabilidad federal y atajar el
creciente paso de la oposición Morena que encabeza Andrés Manuel López Obrador.
Una agresión a Anaya de parte de los
matacuaces de Javier Duarte no es un asuntos de “güevos”, ni de hombría como
asume el desvencijado Cesar Del Angel, líder de los 400 encuerados.
Tampoco debe leerse como el desquite
de Duarte para que “ese cabrón de Anaya no se ande metiendo en nuestros
asuntos”.
Es un tema nacional en donde si no se
actúa y toma una decisión puede arrastrar al mismo Secretario de Gobernación,
Miguel Angel Osorio Chong a quien se acusa de omiso ante la evidente agresión
ejecutada a través de Flavino Ríos, que fue quien orquestó todo este operativo.
En paralelo, el tema Creel magnifica.
La agresión a Santiago Creel se
politiza ya que es un personaje que conoce las entrañas del poder. Fue
secretario de Gobernación y aspirante presidencial. Su voz es muy respetada en
el PAN, acaso en la misma proporción que a nivel nacional. Es además un Constituyente.
Creel no se chupa el dedo con el
deslinde de Javier Duarte a quien ya desde ahora ha tomado como su enemigo
favorito.
Y al final, o al principio, está
Miguel Angel Yunes Linares, de nuevo ganador ahora del pleito callejero que
gestó el rijoso gobierno saliente. Yunes queda victimizado y se erige como el
campeón mediático del diferendo.
Hoy suma a su haber más argumentos
para adelantar lo que espera a Duarte. De entrada toma forma la exigencia de
que pida licencia, que se nombre un comisionado especial para la entrega del
gobierno y… pues ¡Que empiece la fiesta!
Con el solo hecho de que lleve a la
cárcel al señor Duarte, Miguel Angel Yunes Linares pasará a la historia como el
mejor gobernante en la historia de Veracruz; el que arrebató 87 años de
hegemonía al priismo; el que terminó con la corrupción llevando a prisión a los
saqueadores del erario público, y el que puso en charola de plata a Margarita
Zavala la tercera reserva electoral de la república.
¿Así o más recio?
Una abrupta salida de Duarte habrá de
empeorar el escenario de quienes están en la mira del ministerio público
federal.
Y es que a los del sexenio de
Hidalgo, porque no hubo necesidad del “Año de Hidalgo”, va no les va a dar
tiempo de borrar las huellas de elefante que están dejando.
Hay muchos hoyos abiertos, muchas
cuentas sin explicar, pero sobre todo mucho dinero en casas de seguridad cuyo
efectivo lo han venido redistribuyendo.
Lo extraen en cajas de huevo como lo
está haciendo Gabriel Deantes; como se está haciendo en Córdoba; como se hace
desde Coatzacoalcos en aviones privados. Hay mucho dinero enterrado en
localizados domicilios de Las Animas. Hay rezago en efectivo en conocido
domicilio de la avenida 20 de noviembre. En el edificio de la avenida Orizaba
aún no se cierran las cuentas y se reparten botines y las casas y edificios,
restaurantes, periódicos y radiodifusoras, aun cuando están en remate, aun no
salen.
Afecta a sus cómplices una
intempestiva salida de Duarte quien rechazó violentamente una transición de
terciopelo. Bueno, eufemístico hablar de terciopelo para quien hace cirugías a
hachazos, mejor hablemos de una transición institucional, de respeto y cortesía
política que jamás se dio.
Todo se quiso resolver a madrazos;
comprometiendo el futuro de las finanzas, de las plazas laborales, de los
programas etiquetados, de cero pesos en las arcas –habrá que insistir en que no
hay en caja para pagar aguinaldos este fin de año- y la cereza del pastel:
Duarte decidió donar la “Casa
Veracruz”, sede del gobernador, a la Comisión de Derechos Humanos, omisa hace
dos sexenios y con una sede en el centro histórico de Xalapa que semi ocupa ya
que nadie asiste a trabajar.
Casa Veracruz se compartirá además
con la Comisión Estatal para Atención y Protección a Periodistas que no atiende
ni protege maldita la cosa, prueba de ello son los 15 periodistas asesinados y
las 238 agresiones a comunicadores sufridas en un sexenio de terror.
La Fiscalía también compartirá el
lujoso inmueble en donde vivió modestamente el gobernador Fernando Gutiérrez
Barrios, quien la adquirió como “Casa del Pueblo”.
Ahora la usufructuará una Fiscalía
que ya cuenta con 52 inmuebles, un edificio principal a todo lujo en el Arco
Sur de Xalapa, dos terrenos y dos helicópteros.
De ese tamaño es el berrinche de
quien todo un pueblo le grita que se ya se vaya.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de
Periodismo
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