7 de junio de 2014

LIBERTAD DE EXTORSIÓN

Por Trujyper/ Verba Brava
Los aplausos son siempre en contra de alguien.
El viernes 6 y sábado 7 de Junio serán días en que trabajadores de medios de información, tanto como empresarios editores,  funcionarios de gobierno de los 3 niveles y partidos políticos festejarán el Día de la libertad de expresión.
Dolor, llanto y luto para el periodismo en Veracruz
Dolor, llanto y luto para el periodismo en Veracruz
Los mencionados  serán –por unas horas- apologistas de la libertad a que tenemos derecho los mexicanos pero que sin embargo por regla general se la adjudican como propia  los medios masivos de información.
Los apapachos, rifas,  desayunos, cenas, discursos y borracheras con cargo al erario municipal, estatal, federal o partidista, serán el marco a la celebración; siempre ha sido así y así seguirá siendo.
El derecho constitucional a la libertad de expresión de los mexicanos es relativo entre periodistas, se coarta cuando se ejerce otro derecho no plasmado en la Carta Magna, el “derecho a la autocensura”, mismo que se aplica cuando el comunicador o editor intuye que “no es conveniente” dar a conocer  cierto tipo de información porque le perjudique en lo económico o en su integridad física o en su vida privada. O la autocensura intercambiada por publicidad u otras regalías como el acomodo de familiares en puestos burocráticos y otras chambas.
La ética, el compromiso social de ser el vínculo entre sociedad y gobernante, y la libertad de expresión terminan cuando se antepone la realidad; la subsistencia de las empresas de la comunicación impresa, electrónica y cibernética, en las  micro, medianas o grandes cadenas de comunicación. Hay contadas excepciones.
Año con año se repiten  el discurso y la parafernalia de las celebraciones  en torno al 7 de Junio, celebraciones que no dejan de festejarse en una actitud hipócrita, vana y cínica. Esa es la realidad que muchos no quieren ver.
Conocido es el cuento-verdad de cuando caminando en la banqueta ante un inminente “topón” entre un burócrata-político y un reportero, el primero dice ..a ver cuánto dinero me pide este pinche periodista muerto de hambre; al mismo tiempo el reportero dice…a ver cuánto le chingo a este pinche politiquillo pendejo, ladrón y ojete..    Parece cuento sin embargo  es una realidad palpitante.
Otra lastimosa práctica del 7 de Junio son las premiaciones que otorgan  “organizaciones de periodistas”  a trabajadores de medios de información, ¡qué cachaza! de quien las da y de quien las recibe.   
¿Cuáles son los parámetros para determinar quién hizo el mejor reportaje, entrevista  o artículo durante el año?, ¿contra quiénes compararon el trabajo  de un reportero “premiado”?, ¿quiénes formaron el jurado?, ¿Cuál es el historial de las siglas de esos grupos de “periodistas”?, ¿quiénes tienen la capacidad profesional y calidad moral para calificar la actuación durante un año del trabajo de un periodista?, ¿quiénes avalan la premiación?.
Asociaciones, clubes, organizaciones, federaciones de periodistas, está visto, no han funcionado nunca, sino solamente como gangs de vividores y trepadores, explotadores del ego de periodistas y de otros que no son periodistas pero que se sienten como tal.
Estos grupos “gremiales” vivirán mientras existan (entre los trabajadores de medios de información)  la egolatría, el narcisismo, la necesidad de ser reconocido, ya que éstos son los sentimientos –que debieran ser pecados capitales del periodismo- sentimientos  que explotan “los premiadores”  y otorgan a placer “reconocimientos”. Sin embargo aún sabiendo que esas premiaciones son huecas, zumbonamente las reciben periodistas (inclusive buenos periodistas) y las conservan en su  egoteca para mirarlas morbosamente de reojo.
Cuando un periodista aplique el dodecálogo de Camilo José Cela, 1.- Decir lo que acontece  y no lo que quisiera que aconteciera o lo que imagina que aconteció. 2.-Decir la verdad, porque la mentira no es noticia. 3.-Ser tan objetivo como un espejo plano, la manipulación y la especulación de la palabra escrita cabe no más que a la literatura y jamás al periodismo. 4.-Callar antes que deformar, porque el periodismo no es un carnaval, ni la cámara de los horrores, ni el museo de figuras de cera. 5.-Ser independiente en su criterio y no entrar en un juego político inmediato. 6.-Aspirar al entendimiento intelectual y no al presentimiento visceral de los sucesos. 7.-Funcionar acordes con el perfil editorial de su empresa, y si sus diferencias con la empresa son insalvables, buscar trabajo en otro lugar antes de fingir o mentirse a sí mismo, pues para exponer la baraja de posibles puntos de vista ya están las columnas y los artículos firmados. 8.-Resistir toda suerte de presiones morales, sociales, religiosas, políticas, familiares, económicas, sindicales,  etc. 9.-Recordar en todo momento que el periodista no es el eje de nada sino el eco de todo. 10.- Escribir con la máxima sencillez posible y con respeto a la lengua. 11.-Conservar el más firme y  honesto orgullo profesional a todo trance, no inclinarse ante nadie. 12.-No ensayar la delación ni dar pábulo a la murmuración, ni ejercitar jamás la adulación: porque al delator se le paga con desprecio, al murmurador acaba cayéndosele la lengua y al adulador se le premia con una cicatera y despectiva palmadita en la espalda.
Cuando los periodistas veracruzanos practiquen (practiquemos) lo anterior, entonces hablamos de premios a periodistas.
El Frijol, El horroris causa, El Nobel capulinesco,  La pluma de pavorreal, La momia de Filomeno Mata 8,  y otra sarta de premios –que obtienen de arcas públicas- serán entregados y recibidos este 6 y 7 de Junio.¿Cuánta validez tienen?     
Lo que no deja de ser cierto y por lo anterior es que yo iré a recibir mi premio “Fito”, ganado a pulso por ser el reporterillo más representativo  de lo chayotero, castroso, centavero, mamón, exhibicionista, lambiscón, arrastrado, boletinero,  protagónico  del medio, los premios “Fito” de Rodolfo Soler –ssíííííí- son los auténticos del rebane y el vacilón; los demás son puras y reverendas mamadas.     ¡He dicho!.
FUENTE: PLUMAS LIBRES

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