7 de junio de 2014

SIMULACIÓN Y FRAUDE, EN EL REPARTO DE UTILIDADES EN MÉXICO


cajera de un supermercado
En algunos casos las utilidades no corresponden a las ganancias
mano contando dinero
3 de cada 10 trabajadores recibe el reparto de utilidades.
Por Rafael Pérez  Cárdenas
El reparto de utilidades se ha convertido en una práctica de simulación y fraude. A pesar de que la Secretaría de Trabajo y Previsión Social asegura que “casi todos” los trabajadores en México tienen derecho a recibir esta prestación, lo cierto es que en promedio sólo tres de cada 10 trabajadores lo reciben de manera simbólica, lo que no se refleja en sus ingresos.
El pago de utilidades está prácticamente en extinción en diversos sectores del país, como el comercio y servicios, donde tiendas de autoservicio, departamentales y de conveniencia, prácticamente han nulificado esta prestación. En tanto, en el sector manufacturero ha descendido al mínimo el número de trabajadores que reciben este reparto, así como el monto del mismo.
De diciembre de 2012 al mismo mes de 2013, al menos 2 mil 500 empresas del país modificaron su esquema de contratación, afectando el reparto de utilidades de cerca de cuatro millones de trabajadores asalariados, según un estudio sobre la situación laboral de los mexicanos realizado por el Centro de Análisis Multidisciplinario de la UNAM.
Lo anterior, como consecuencia de los nuevos esquemas de contratación que se incluyeron en la reforma laboral —que entró en vigor en diciembre de 2013—, entre los que destaca otorgar contratos por tiempo determinado, temporada y capacitación inicial.
El pasado viernes concluyó el plazo establecido en la Ley Federal del Trabajo para que los patrones cubrieran a sus trabajadores el 10 por ciento de las utilidades generadas durante el último año fiscal. El ingreso extraordinario por este concepto se notaba en el consumo comercial, de manera similar a lo que sucede anualmente con el aguinaldo.
En cambio, hoy se reproducen historias como la de José Luis, quien este sábado acudió al banco Banorte sólo para confirmar que la empresa de seguridad privada donde labora le había depositado 80 pesos por concepto de reparto de utilidades. Corrió con suerte.
Por la red circulan cientos de casos de empleados de empresas avícolas, de limpieza, constructoras, tintorerías o mensajería que no han recibido la prestación en cuatro años, lo que implicaría que estas empresas no han reflejado ninguna utilidad en ese periodo.

Simulación y fraude

Desafortunadamente, la regulación tiene muchos huecos, que algunos patrones aprovechan para tratar de evitar el pago de utilidades. Muchos contratan a sus trabajadores por honorarios, para no tener que darles prestaciones; otros, como empresas más grandes y sofisticadas, crean subsidiarias de servicio cuyo único fin es administrar la nómina. Dichas empresas no perciben utilidades.
Algunos optan por contratar su personal utilizando los servicios de una empresa outsourcing de recursos humanos. En este caso, el trabajador tiene derecho a una parte de las utilidades de la empresa outsourcing, pero no de las generadas por aquella en donde está trabajando.
Finalmente, como son utilidades “fiscales”, en ciertas industrias hay mecanismos legales a través de los cuales se puede evitar o disminuir al máximo dicha utilidad, por ejemplo, haciendo inversiones en capital de trabajo o ciertas provisiones contables para ello.
Se calcula que dos tercios de los empleadores retienen estos recursos, negándose a entregarlos a los trabajadores que establece la ley. Se trata de miles de millones de pesos que no llegan al bolsillo de los trabajadores: una parte suele repartirse bajo la modalidad de bonos a los altos ejecutivos, otra se suma a los dividendos que se entregan a los accionistas. En el caso de las empresas trasnacionales regresan junto con el resto de las utilidades a la matriz.
Para lograrlo, explica un especialista, se usan diversos mecanismos para omitir el pago del reparto de utilidades; considerando que los beneficiarios de este derecho deben ser los trabajadores formales que reciben un salario, el pago se omite a todos los contratados de manera irregular, como los llamados honorarios. Otra vía es ampliar los gastos u ocultar ingresos para bajar artificialmente la utilidad.
Existen despachos que han creado un sofisticado sistema de ingeniería financiera para justificar este despojo; sin embargo, el instrumento más común que se usa hoy es la tercerización, llamada outsourcing, y en especial las llamadas empresas de servicios que subcontratan a la totalidad del personal, a pesar de estar prohibido por la Ley Federal del Trabajo.
Las llamadas empresas de servicio son un invento de despachos de abogados con la principal finalidad de omitir el pago del reparto de utilidades, afectando también al fisco y a las instituciones de seguridad social.
Estas han crecido desbocadamente en las ramas de industria y servicios, aún cuando el Poder Judicial de la Federación ha señalado que son contrarias a la ley, como es el conocido caso de Bancomer.
Este esquema fraudulento de derechos continúa creciendo sin límites. Para lograr sus fines, se celebra un contrato entre la empresa beneficiaria del servicio y otra persona moral de paja, creada exprofeso para aparentar formalmente que una provee de personal a la otra. Es una simulación. Este contrato de suministro de personal adquiere diversas modalidades, la más común es la llamada sustitución patronal; por esta vía se hace aparecer como si se tratara de empresas distintas.
Así, los trabajadores no son reconocidos como asalariados de la empresa real, sino de la ficticia, y si las utilidades se generan en la primera, en la segunda no hay prácticamente nada para repartir.

El ABC del reparto de utilidades

Cada año, las empresas y patrones en general tienen la obligación de participar a sus colaboradores de las utilidades que se hayan reportado en el ejercicio fiscal anterior. Existen algunos principios para el pago de utilidades que no hay que dejar de tomar en cuenta:
La fecha límite para el pago de las utilidades son 60 días siguientes al pago del impuesto anual, es decir 30 de mayo para personas morales y 29 de junio para personas físicas. Las utilidades a repartir se calculan con base en la renta gravable reportada en ese ejercicio fiscal, de acuerdo al porcentaje determinado por la Comisión Nacional de Participación de los Trabajadores en las Utilidades de las Empresas, desde 1996 ésta ha determinado el 10%.
personas trabajando
El trabajador tiene derecho a recibir el reparto de utilidades.
Tanto empresa como patrones deben conformar la Comisión Mixta de Reparto de Utilidades, independientemente de que existan o no utilidades a repartir. La empresa deberá entregar una copia de la declaración anual a representantes de los trabajadores.
Tienen derecho a recibir el reparto de utilidades: los trabajadores de planta, los trabajadores eventuales (independientemente del tiempo laborado), los trabajadores por tiempo u obra determinada que hayan laborado por lo menos 60 días durante el año y extrabajadores que cumplan con los requisitos mencionados. Las utilidades no cobradas del ejercicio anual anterior se deben incluir en las utilidades a repartir en este año.
Solo están exentas de repartir utilidades las empresas de nueva creación durante el primer año calendario; las empresas que produzcan un nuevo producto (durante los dos primero años); empresas de la industria extractiva de nueva creación durante el periodo de exploración; instituciones de asistencia privada y las empresas cuyo ingreso anual declarado para ISR sea menor a 300 mil pesos.
Como cada año, el monto mínimo de pago que deben realizar las empresas en concepto de pago de utilidades es del 10% de la ganancia del ejercicio. En este sentido, hay que entender que el pago que se realiza no se reparte proporcionalmente, sino que se calcula de la siguiente forma:
monedas y biletes sobre mesa
El salario del trabajador.
Esta prestación es calculada en función de los ingresos que tienen los trabajadores y los días que hayan laborado en porcentaje al total de días laborados por la plantilla completa. En cuanto a su salario base para el cálculo, se considera que pueden existir al menos cuatro diferentes tipos de salario:
El salario fijo: se computa el sueldo excluyendo las sumas por concepto de trabajo extraordinario, las gratificaciones, percepciones y otras extraordinarias; el salario variable, en el que se tomará el promedio del salario diario; y el salario mixto, en el cual únicamente se considera el salario fijo.
Además del salario base máximo, que se considerará para determinar la participación de los trabajadores de confianza que perciban salarios superiores al trabajador sindicalizado o de base de mayor salario. En este caso, tendrá un ajuste, es decir, se sumará el salario que durante el año fiscal haya obtenido el trabajador sindicalizado o de base de mayor salario; a esta suma se aumentará 20% y se lo considerará como salario base máximo.
En cuanto a las empresas que tengan varias plantas o sucursales, el cálculo para determinar el salario máximo de estos trabajadores se hará por cada establecimiento, y el resultado será el salario base máximo con el cual participarán los trabajadores de confianza de cada unidad.
El plazo para cobrar las utilidades por parte de los trabajadores es de un año, a partir de que se ponen a su disposición, por lo que se debe esperar para que éstas se ingresen a la masa de utilidades a repartir al próximo año.

Prestación en vías de extinción

El Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM) del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, expone que la tendencia que ha seguido el reparto de utilidades en México es que sólo una cuarta parte de los trabajadores asalariados reciben este pago de acuerdo con los términos establecidos en la Ley Federal del Trabajo (LFT). Esto lo coloca como una prestación en vías de extinción.
El más reciente estudio del CAM sobre cumplimiento de la LFT señala que se ha incrementado por arriba de 60 por ciento el número de asalariados que no recibe nada de utilidades, además de que hay un 15 por ciento que no recibe lo correcto.
De esta forma, está quedando como una prestación simbólica el pago de utilidades en México, ya que no es relevante: en promedio, solo tres de cada 10 trabajadores lo reciben y, en su mayor parte, es solo por trámite y tiene relevancia nula en sus ingresos.
Es decir, se han achicado el número de empresas que pagan este beneficio y los montos a repartir, indicaron a su vez centrales como la Confederación Obrero Regional (COR), la Confederación Revolucionaria de Obreros de México (CROM) y la Confederación de Trabajadores de México (CTM).
mineros trabajando
El 2014 ha sido un año muy duro para las empresas.
Sostuvieron que este año las empresas están otorgando 10 por ciento del reparto que dieron hace un año. En renglones como las industrias textil, del calzado, del juguete y en general las manufacturas, las empresas se están declarando con pérdidas o en ceros; en el sector servicios, la mayoría de los trabajadores están contratados por outsourcing y este pago no existe o es simbólico, y en el comercio está nulificado.
Incluso empresas como la Volkswagen, que antaño otorgaba un reparto generoso, en 2014 lo redujo a una tercera parte. El Sindicato Independiente de Trabajadores de Volkswagen va a impugnar los resultados del ejercicio fiscal de la empresa, ya que ésta quiere esquilmar a los trabajadores y al fisco. Esto es porque mientras en los dos años pasados recibieron un promedio de 30 mil pesos, este año son 9 mil.
Por su parte, la semana pasada la Secretaría de Acción Política de la CTM expuso que los patrones quieren desaparecer por la vía de los hechos el pago de este beneficio. En contrapartida, el sector de la minería es el único que está reportando grandes utilidades en el país, ya que genera un promedio de 21 mil millones de dólares de ingresos anuales.
Grupo México reportó al mercado de valores ganancias netas de 450 millones de dólares en el cuatro trimestre del 2013. Sin embargo, empresas como Altos Hornos de México, que el año pasado repartió un promedio de 10 mil pesos a cada trabajador por este concepto, ha informado que en 2014 será difícil que se paguen utilidades, ya que cerrará tablas, según sus directivos.
Por lo pronto, las quejas no se han hecho esperar. A pesar de que la aseguró que las empresas se encontraban listas para cumplir con esta obligación, trabajadores del Sindicato Independiente de Trabajadores de la Industria Automotriz Volkswagen de México (Sitiavw) anunciaron que esta misma semana impugnarán la carátula fiscal 2013 que presentó la empresa, al considerar que se generaron más utilidades de las que se les repartirán con base en su contrato.
Mientras tanto, en Veracruz, aproximadamente el 40 por ciento de las empresas no realizó el pago de utilidades, según informó la Coparmex. Debido a las complicaciones económicas de 2013 y los primeros 4 meses de 2014, sólo el 60 por ciento de las empresas habría entregado reparto de utilidades a sus empleados, señaló su presidente en el estado, Jorge Coffau Kayser.
De acuerdo a sus cálculos, el 40 por ciento de las compañías, incluso de gran magnitud, no tuvo ganancias por lo que no tendrá qué repartir a sus empleados. Como cada año, la historia se repite.

No hay comentarios:

Publicar un comentario