En México han sido asesinados 88 periodistas desde el año 2000, de
acuerdo con cifras de Artículo 19 que incluyen el homicidio de Espinosa
Becerril. Foto: Cuartoscuro.
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Ciudad de México, 10 de agosto (SinEmbargo).– El desdén hacia la prensa y la no tolerancia a la crítica por parte del Estado mexicano ha creado un ambiente que no garantiza la libertad de expresión ni la protección a los periodistas, alertan organizaciones internacionales.
A pesar que el gobierno aceptó algunas de las recomendaciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), del relator especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la Organización de Estados Americanos (OEA), y de otros organismos internacionales, como por ejemplo, la implementación del mecanismo de protección a periodistas o la creación de la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión (FEADLE), no significa que el gremio periodístico trabaje con libertad y garantías, sino que se encuentra solo, en un ambiente de total violencia sin importar la fuente que se cubra.
A principios de julio, el representante de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH), Javier Hernández Valencia, informó que la ONU determinó que la mayoría de los periodistas mexicanos asesinados desde hace 10 años, eran comunicadores locales y no corresponsales de guerra o comunicadores fuera de su lugar de origen.
“No es cierto que los conflictos armados son los que cobran más vidas de hombres y mujeres de prensa”, expresó.
Agregó que el ”54 por ciento de estos periodistas caídos eran periodistas hombres y mujeres que trabajaban con temas locales” y que su muerte estaba relacionada directamente con investigaciones de corrupción, abuso de poder, violencia.
Perseo Quiroz Rendón, director ejecutivo de Amnistía Internacional (AI) México opinó que el contexto de impunidad, en donde la aplicación de la ley tiene muchas deficiencias, ha impedido que haya justicia en ataques contra la prensa.
“Se suma la falta de voluntad política de los funcionarios públicos para empujar las garantías a la prensa. Actualmente el ejercicio del periodismo se ha convertido en una actividad sensible más allá de la fuente que se cubra”.
A pesar que México es un país donde el periodismo se ha convertido en una actividad de riesgo, la protección a periodistas aún no es tema de debate en la Asamblea General de las Naciones Unidas ni tampoco en el Congreso de las Naciones Unidas; la discusión de la problemática a nivel internacional apenas comienza a ser abordada, así lo aseguró Javier Hernández Valencia, representante en México de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
El representante de la ONU dijo que en México y otros países que enfrentan “un déficit democrático”, el periodismo actúa como contrapreso del gobierno, como una actividad que busca reivindicar el actuar del Estado; pero aquellos reporteros que investigan casos sobre abuso de poder, corrupción, violencia, violaciones a derechos humanos… son atacados. Y esas agresiones todavía no son un tema que repercuta en un nuevo tratado entre los miembros que conformar el organismo internacional.
“No parece que estemos, ni parece haber hoy elementos para hacer la ruta de un tratado específico, de una herramienta jurídica específica sobre protección de periodistas”, dijo Javier Hernández Valencia, durante el Foro Derechos Humanos y Protocolos de Actuación en la Protección a Periodistas, realizado en la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF).
Ante la realidad a la que se enfrenta la prensa, el Consejo de Derechos Humanos tiene pendiente la tarea de crear un marco de comprensión y una alianza que pueda impulsar el debate, dijo; sin embargo, el tema no ha sido retomado, sumado a los avances que se han tenido en el pasado, como en 2013, cuando se logró determinar las bases mínimas donde todos los países condenan este tipo de agresiones, reconocen que no son exclusivas de conflictos armados y donde los estados se comprometen a tratar de erradicar estos crímenes.
El representante de la Oficina del Alto Comisionado agregó que la protección a periodistas es algo nuevo en la ONU y que los casos que se han suscitado en México han empujado “un camino para transitar en esa dirección”. Sumado a ello el funcionario explicó que hay foros de talla internacional y que surgen propuestas, pero al momento de convertir esas ideas en decisiones políticas, los estados que integran el organismo y otros países que no son parte oficial pero que participan, no aceptan los informes, sobre todo si se trata de gobiernos autoritarios.
Agregó que los ataques a la prensa están entrando en discusión poco a poco en la Asamblea de Naciones Unidas cuando se habla de otros temas, como violaciones a los derechos de la población civil, por ejemplo. Pero hasta el momento no se ha visto como un asunto específico.
LOS GRANDES AUSENTES
El 89 por ciento de los casos de ataques contra periodistas en México queda impunes –según datos de organizaciones–, y a pesar de los mecanismos, leyes, fiscalías y de las recomendaciones u observaciones emitidas por instituciones públicas de derechos humanos, la injusticia impera.
Lo peor, dijo la Directora Ejecutiva de Propuesta Cívica, Pilar Tavera Gómez, es que los ataques a la prensa no necesariamente surgen en zonas peligrosas, como habría de suponerse, sino que actualmente la “cobertura de cualquier tema social, se está convirtiendo en una cobertura de riesgo”.
En el marco de Foro Derechos Humanos y Protocolos de Actuación en la Protección a Periodistas, realizado en la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), Dario Ramírez, director en México de la organización Artículo 19 aseguró que dentro de los responsables de los ataques a la prensa es la propia prensa, pues opinó que el propio gremio ha guardado silencio y se ha dividido frente ha esta situación.
“Los periodistas hablan todo el tiempo de los jodido de las condiciones del periodismo, pero ¿dónde quedó el apoyo a Regina Martínez? Algunos hasta se tomaron la foto con Javier Duarte el día de la “libertad de expresión”. Hubo dos asesinatos recientemente, ¿cómo puede haber dos asesinatos y el silencio?”, cuestionó Ramírez.
“Los periodistas son los grandes ausentes”, afirmó.
Ramírez criticó que los representantes de los medios muchas veces ven con desdén a quien hace bien su trabajo, y esa división, sumado a la discrecionalidad de las empresas, provoca que la misma “sociedad no esté defendiendo a sus periodistas”.
El director de Articulo 19 propuso reestructurar la práctica periodística eliminando, por ejemplo, la publicidad oficial como un subsidio de los medios de comunicación.
“¿Qué tipo de periodismo se haría si le quitáramos ese recurso al gobierno que actúa como condicionante?”, cuestionó Dario Ramírez.
Detalló que se debería contar con mecanismos adecuados que distribuyan el gasto de publicidad y que los propios medios de comunicación rindan cuentas y transparenten los ingresos en este ramo, a modo que ese dinero no sea una condicionante de la labor periodística.
Por su parte, Víctor Arrazola de Reporteros Sin Fronteras (RSF) destacó que para enfrentar los ataques a la prensa, primero, el gremio debe hacer una autocrítica y “eliminar las malas prácticas del periodismo”.
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